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Técnicas de estudio empleadas por estudiantes de licenciatura
en educación
Study techniques used by undergraduate education students
Suzana Bienvenida Hernández-Rosario1
https://orcid.org/0009-0000-4447-7204
Miyosis Doraliza Mendieta-Hernández2
https://orcid.org/0009-0000-3077-2624
Roberto Antonio Cabrera-Alcántara3
https://orcid.org/0009-0009-0760-6877
Recibido: 11 de marzo de 2025 | Revisado: 25 de marzo de 2025 | Aprobado: 30 de mayo de 2025
Resumen
Las técnicas de estudio resultan cada día más desafiantes debido a las competencias y habilidades
que los estudiantes deben adquirir en la universidad. En este contexto, la presente investigación tuvo
como objetivo analizar las técnicas de estudio que los estudiantes de Educación de una universidad
pública declaran utilizar. Se adoptó una metodología cuantitativa con un diseño descriptivo. La
muestra estuvo compuesta por 81 estudiantes de licenciatura en Educación Básica, a quienes se
les aplicó un cuestionario en línea de 34 ítems con respuestas politómicas divididas en 3 variables.
El instrumento fue validado por expertos y alcanzó un nivel de confiabilidad de 0.892 según la escala
Alfa de Cronbach. Los resultados de la prueba t-student reflejan una preferencia por estrategias
receptivas y organizativas, como la escucha de explicaciones o la memorización del material de
estudios, por encima de técnicas activas de procesamiento de la información como la elaboración
de mapas conceptuales y relacionar los aprendizajes con saberes previos. Se concluye que es
necesario promover en los procesos educativos la participación activa, el pensamiento crítico y la
indagación dialógica para facilitar los procesos de comprensión.
Palabras clave: técnicas, estrategias, atención, comprensión, hábitos de estudio
_____________________________
1 Dra. en Educación y magíster en Neuropsicología. Docente en el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña
ISFODOSU y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Para contactar a la autora: suzana.hernandez@isfodosu.
edu.do
2 Magíster en Orientación Educativa e Intervención Psicopedagógica. Para contactar a la autora: miyosisdoraliza@gmail.com
3 Magíster en Gestión de Centro vinculado al Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña-ISFODOSU. Para contactar
al autor: roberto.cabrera@isfodosu.edu.do
_____________________________
ISSN (en línea): 1814-4152 / Sitio web: http://cuaderno.pucmm.edu.do
CÓMO CITAR: Hernández-Rosario, S., Mendieta-Hernández, M. y Cabrera-Alcántara, R. (2025). Técnicas de estudio empleadas
por estudiantes de licenciatura en educación. Cuaderno de Pedagogía Universitaria, 22(44), 88-104.
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Abstract
Study techniques are becoming increasingly challenging due to competencies and skills students
must acquire and develop. In this context, the present study analyzes the study techniques report-
ed by undergraduate students in Education at a university in the southern region of the Dominican
Republic. The methodology adopted a quantitative approach with a descriptive design. The study
sample was composed of 81 students from the Basic Education bachelor’s program, who com-
pleted an online questionnaire comprising 34 polytomous items organized into three variables. The
instrument, validated by expert judgment, reached a reliability level of 0.892 according to Cron-
bach’s Alpha scale. The results indicate that students predominantly utilize techniques for infor-
mation retention and storage, as well as strategies for organizing time dedicated to examinations
and presentations. However, findings reveal a preference for receptive and organizational strategies
rather than active techniques aimed at deeper information processing. The study concludes that
it is necessary to foster active participation, critical thinking, and dialogic inquiry within educational
processes to facilitate deeper comprehension.
Keywords: study techniques, learning strategies, attention, comprehension, study habits
Introducción
Las técnicas de estudio se consideran elementos fundamentales para el desarrollo de competencias,
habilidades y destrezas que fortalecen el rendimiento académico y aumentan las probabilidades de
éxito en la formación educativa (Delgado y Ruiz, 2021). Estas herramientas permiten a los estudiantes
alcanzar un mayor grado de aprendizaje, siempre que seleccionen y adopten aquella que mejor
se ajuste a su forma de aprender y a las particularidades de cada asignatura (Cárdenas-Narváez,
2019). De igual modo, Jaén (2022) sostiene que el uso adecuado de las técnicas de estudio brinda
dominio y seguridad al estudiante; además, contribuye a favorecer su autoestima, transforma su
actitud frente al proceso formativo y garantiza el éxito académico al abrir nuevas posibilidades de
acción y reducir el riesgo de fracaso escolar.
El estudiantado universitario enfrenta grandes desafíos que afectan de manera directa o indirecta
la calidad de sus aprendizajes, debido a las exigencias de los programas curriculares. En este
contexto, se hace necesario implementar técnicas de estudio pertinentes que permitan optimizar el
rendimiento académico (Pallo-Pilalumbo et al., 2024). Según Cervantes et al. (2020), estas estrategias
favorecen la mejora de los resultados, ya que motivan al autoestudio y fortalecen las capacidades
investigativas del alumnado. Bedolla (2018) afirma que la educación es sostenible cuando se emplean
técnicas de estudio adecuadas en los procesos de adquisición de los aprendizajes. Estas cobran
especial relevancia en el nivel superior, donde se espera un mayor grado de autonomía por parte
del estudiante.
La falta de uso de las técnicas de estudio genera en el estudiantado inseguridad, bajos niveles
de retención de información y de atención, dificultades para comprender e interpretar conceptos
complejos, así como estrés y ansiedad ante exámenes y exposiciones. Esta situación, en última
instancia, conduce a un bajo rendimiento académico. Es preciso considerar que el uso inadecuado de
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dichas técnicas impide que los estudiantes alcancen los aprendizajes esperados, lo cual desencadena
sentimientos de frustración, impotencia, apatía y desinterés. Tales consecuencias pueden, a su vez,
provocar el abandono de los estudios, la repetición de asignaturas y la extensión innecesaria del
tiempo destinado a completar la carrera universitaria (Venet-Muñoz y Carbo-Ramírez, 2017).
En esta misma línea, Pérez (2017), a partir de los resultados obtenidos en su estudio cuantitativo
de corte transversal, sostiene que los estudiantes no aplican de forma sistemática técnicas como
el resumen, la lectura interpretativa, el análisis, los mapas conceptuales, las fichas de estudio ni
la formulación de preguntas. Asimismo, advierte que estudiar para los exámenes y completar las
tareas se convierte en una actividad relegada hasta el último momento. Esta práctica afecta de
manera negativa en su rendimiento académico, ya que los estudiantes no organizan su tiempo
de estudio. Conviene que el alumnado universitario abunde en el conocimiento de las técnicas de
estudio y aprenda a utilizarlas con precisión en sus actividades pedagógicas, con el fin de mejorar
su desempeño.
Con relación a lo anterior, Soto y Rocha (2020) identificaron, a través de sus investigaciones,
una similitud con los datos recabados entre estudiantes de los primeros ciclos de la Facultad de
Enfermería de la Universidad Nacional del Altiplano-Puno, en lo referente a los hábitos de estudio.
Los participantes señalaron que suelen dejar las tareas para el último momento, no profundizan en
los contenidos, estudian únicamente antes de los exámenes, recurren al plagio y muestran poca
disposición para atender la información proporcionada por el profesorado. Como consecuencia,
esta conducta tiende a reflejarse en un bajo rendimiento académico y calificaciones deficientes.
Todo indica que los estudiantes no logran comprender el valor de las técnicas de estudio como
herramienta para potenciar el aprendizaje con menos esfuerzo.
Pallo-Pilalumbo et al. (2024), en sus investigaciones sobre técnicas de estudio y rendimiento
académico, destacaron aspectos positivos al apuntar que los estudiantes con hábitos de estudio
consistentes y bien organizados muestran un mejor desempeño académico. Estos estudiantes hacen
uso adecuado de técnicas como el subrayado y la resolución de ejercicios, lo que les permite mejorar
la concentración en los procesos pedagógicos, la recuperación del conocimiento y la comprensión
del contenido (Dorado et al., 2020). No obstante, también advirtieron aspectos negativos en un
grupo distinto de estudiantes, entre los cuales resalta la falta de planificación efectiva del tiempo de
estudio, situación que origina un uso ineficiente del mismo. Esta deficiencia provoca distracciones
frecuentes y una menor retención del material académico, lo cual repercute de manera negativa en
su rendimiento.
Por otro lado, Barrientos y Flores (2023) señalan que, en el contexto de las clases virtuales, las técnicas
de estudio más utilizadas por los estudiantes incluyen la toma de notas de las ideas principales,
grabaciones de audio y video para su posterior revisión, el intercambio de ideas con compañeros y
la lectura de las presentaciones facilitadas por el docente. En el caso de la clase magistral, la técnica
predominante consiste en tomar notas para registrar lo más relevante y mejorar la comprensión (Cova,
2019). Este proceso se divide en dos fases fundamentales: la primera corresponde al registro literal
o lineal de los contenidos , tal como los presenta el profesor; la segunda involucra la activación de
procesos cognitivos necesarios para interpretar, analizar o parafrasear la información (Briceño, 2020).
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En contraste con los estudios anteriores, Vela-Vásquez et al. (2022) plantean que los estudiantes
presentan desconocimiento en aspectos como el horario de estudio, la técnica del subrayado y la
toma de apuntes. En esa misma línea, Guevara et al. (2022) observan que muchos alumnos suelen
estudiar en condiciones poco favorables, como sillas sin respaldo, mesas pequeñas y ambientes
ruidosos. Asimismo, tienden a copiar y pegar contenidos en lugar de analizarlos y sintetizarlos
de forma adecuada, lo que obstaculiza la retención de las ideas clave. A esto se suma la falta de
aprovechamiento del tiempo libre para repasar los contenidos y la ausencia de una planificación
estructurada. Esto se traduce en una organización deficiente durante los exámenes, lectura lenta y
dificultad para identificar las ideas principales, lo que limita el desarrollo de sus capacidades cognitivas.
Por otro lado, los estudios realizados por Vera-Díaz et al. (2017) revelan que las condiciones
ambientales en las aulas carecen de un clima propicio para el desarrollo del proceso de enseñanza-
aprendizaje. De la misma manera, los hábitos de estudio se consideran fundamentales en el proceso
formativo; la ausencia de los mismos puede afectar negativamente el desempeño académico en
cualquiera de sus etapas. Por esta razón, es necesario fomentar, desde las aulas y en sus diferentes
niveles educativos, el interés por los estudios, con la finalidad de instaurar una rutina que fortalezca,
progresivamente su proceso de formación (Antamba-Valencia et al. 2022).
En efecto, en el contexto actual de la educación superior, uno de los desafíos más importantes es la
optimización del proceso de aprendizaje. Las técnicas de estudio adquieren un interés particular, ya
que su correcta aplicación puede mejorar el rendimiento académico de manera significativa. Dada
la diversidad de estrategias disponibles, resulta pertinente examinar cuáles son las más utilizadas
por los estudiantes universitarios, con el propósito de generar aportes teóricos en torno a aquellas
con mayor frecuencia de uso. A partir de los planteamientos anteriores, surge la siguiente pregunta:
¿cuáles son las técnicas de estudio más utilizadas por los estudiantes universitarios, según sus
propias percepciones? En este sentido, esta investigación tiene como propósito analizar las técnicas
de estudio que los estudiantes de Educación de una universidad pública declaran utilizar.
Es decir, el estudio explora las percepciones que los estudiantes universitarios tienen respecto al
uso de estas estrategias. A partir del análisis de los resultados, se espera contribuir a la puesta
en práctica de las técnicas de estudio más efectivas implementadas por el estudiantado, con el
objetivo de impulsar el logro académico. En los apartados siguientes, se aborda en primer lugar la
conceptualización de los procesos de aprendizaje desde una perspectiva que integra la comprensión,
la retención, la memoria y la atención, así como las estrategias de estudio asociadas a estas
destrezas cognitivas. Luego, se describe la metodología cuantitativa empleada en la investigación.
A continuación, se exponen los resultados obtenidos mediante la aplicación del cuestionario,
organizados en tres tablas correspondientes a las dimensiones evaluadas: técnicas de comprensión,
técnicas de retención y almacenamiento y técnicas vinculadas a procesos atencionales.
Fundamentación teórica
Se entiende el aprendizaje como una actividad compleja que implica una serie de procesos o fases
necesarios para su consolidación. En este sentido, dos procesos importantes del acto de aprender
son la comprensión y la retención. Esta última se refiere al primer contacto con el contenido y se
nutre de la memorización, a través de la cual se recuperan los saberes previos (Rojas-Villarce, 2020).
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Por su parte, la comprensión consiste en la interacción entre los nuevos conceptos y las ideas
previas, lo que permite a los estudiantes argumentar, establecer conexiones, elaborar conclusiones
e interiorizar la información (Pernía y Méndez, 2018).
En otro orden de ideas, la memoria se define como la capacidad humana para recibir, codificar,
almacenar y recuperar la información, y se apoya en tres sistemas de almacenamiento. La memoria
sensorial permite captar la información del mundo exterior a través de los sentidos; la memoria
operativa o de trabajo se encarga de procesar la información; y la memoria de largo plazo almacena
los datos de manera organizada (Schunk, 2012).
Desde la teoría multialmacén, el proceso de retención de la información comienza cuando esta ingresa
a la memoria sensorial a través de los sentidos, la cual se caracteriza por su capacidad ilimitada. Por
esta razón, requiere que haya un papel activo de los procesos atencionales que, a su vez, activan
la percepción sensorial del estudiante (Meza, 2022). En este sentido, para que el estudiante logre
almacenar la información, debe mantener un nivel apropiado de atención y concentración, utilizar la
repetición o el repaso como estrategia de aprendizaje y organizar los contenidos mediante recursos
como mapas mentales, esquemas, cuadros sinópticos o resúmenes. Además, la vinculación de la
nueva información con los saberes previos actúa como eslabón para almacenar los conocimientos
en la memoria a largo plazo (Elosúa y García, 1993).
Siguiendo a Hernández y García (1991), el proceso de comprensión se basa en las estrategias de
selección, dentro de las cuales están las técnicas de exploración, notas, subrayado, esquema,
toma de apuntes, selección de libros y esencialización. En años recientes, algunos docentes han
orientado sus esfuerzos hacia la identificación de nuevas estrategias de enseñanza, basadas
en un mejor entendimiento de los procesos involucrados en la comprensión, desde un enfoque
crítico, cognitivo o constructivista. A esta búsqueda se suman diversos factores que inciden en el
aprendizaje, analizados desde las perspectivas de los distintos actores del ámbito educativo, como
son los alumnos, los profesores, las familias y las autoridades escolares.
Asimismo, se considera que desarrollar los procesos de comprensión sienta las bases para el éxito
de las diferentes disciplinas (Cevallos, 2023). Por su parte, González (2023) sostiene que dicha
habilidad no solo prepara a los estudiantes a nivel académico, sino también para la vida. Este autor
también destaca que la interacción entre alumno y docente fortalece la capacidad de aprender a
aprender y mejora los procesos de comprensión; además, permite romper esquemas tradicionales
centrados en la memorización.
De igual forma, dentro de la estrategia de organización, se sugieren el resumen y los organizadores
gráficos. Estas técnicas favorecen el desarrollo de la planificación, el monitoreo y la autorregulación
del propio aprendizaje (Beltrán et al., 2020). La implementación de estrategias eficaces le permite al
estudiante no solo recordar la información, sino aplicarla en los diferentes contextos educativos de
manera efectiva. También promueve su autonomía y autoeficacia, lo que puede generar un impacto
positivo en su desempeño académico general (Zimmerman y Martínez-Pons, 1990; Wo, 2011). Los
estudiantes exitosos tienen metas claras y desarrollan planes de estudio organizados y estructurados.
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En este sentido, la planificación permite a los estudiantes gestionar su tiempo de manera eficiente,
establecer prioridades y evitar la procrastinación (Ninacuri et al., 2023). Delgado y Ruiz (2021) retoman
investigaciones que evidencian dificultades frecuentes en este ámbito: los estudiantes disponen de
poco tiempo para estudiar y completar sus tareas, carecen de un horario específico para llevar a
cabo sus actividades escolares, repasan contenidos en momentos inadecuados y se preparan de
forma deficiente antes de los exámenes. Por ello, dichos autores subrayan la necesidad de que el
alumnado desarrolle una mayor organización respecto a su rutina de estudio.
En esa misma línea, Hernández y García (1991) plantean que los procesos de retención y
almacenamiento se sustentan en la estrategia de elaboración, la cual integra técnicas de estudio
que privilegian la toma de notas, la visión previa, la elaboración para la memorización, la elaboración
para la comprensión, la consolidación, la valoración y la ampliación. En la estrategia de repetición
se consideran técnicas como las mnemotecnias, las conexiones motivacionales y la asociación de
dimensión superficial y profunda. Asimismo, se toman en cuenta los procesos atencionales, a partir
de las técnicas de estudios ergonómicas que se corresponden con el condicionamiento espacial
y temporal del estudio.
En este mismo orden de ideas, Arco y Fernández (2011) destacan que los hábitos de estudio
representan la forma en que el aprendiz se involucra en su accionar académico a través de la
costumbre adquirida de aprender de manera permanente y sistemática. Esto implica organizar
adecuadamente el tiempo, los espacios, los métodos, los recursos y las condiciones físicas y
ambientales que influyen en los estudios. Un hábito de estudio es una conducta observable en
determinadas circunstancias sin necesidad de reflexionar continuamente sobre cómo proceder
(Solano et al., 2023).
Metodología
Para analizar las técnicas de estudio implementadas por estudiantes de la Licenciatura en Educación
Básica de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD-Neiba), se aplicó un enfoque
cuantitativo con un diseño de tipo descriptivo, cuyo propósito es ofrecer una visión general —
tentativa o aproximativa— de una determinada realidad (Niño, 2019). De igual manera, se aplicó la
prueba t-student y el análisis estadístico, con el objetivo de formular conclusiones generales sobre
la población a partir de los resultados obtenidos de una muestra (Flores-Ruiz et al., 2017).
Para la recogida de los datos, se utilizó la técnica de la encuesta y como instrumento se diseñó
un cuestionario estructurado, compuesto por 3 dimensiones: técnicas de comprensión (9 ítems),
técnicas de retención y almacenamiento de información (11 ítems) y procesos atencionales (14
ítems), para un total de 34 ítems. La escala de respuesta fue tipo Likert, de carácter policotómico,
con valores del 1 al 4 (1: Nunca, 2: Pocas veces, 3: Casi siempre, 4: Siempre). Este instrumento fue
validado por 5 doctores en áreas de educación y metodología de la investigación. Su elaboración
y validación tuvieron lugar entre los meses de julio y agosto de 2024, mientras que la aplicación se
realizó en noviembre del mismo año.
Para determinar la consistencia interna de los ítems del cuestionario, se utilizó el Alfa de Cronbach
(Tabla 1), cuyo resultado fue de 0.892, lo que evidencia la homogeneidad del instrumento y un nivel
alto de fiabilidad (Valencia y Carmenates, 2022; Caycho-Rodríguez, 2017). Además, se aplicó una
prueba piloto a 34 estudiantes en condiciones similares a la población objeto de estudio.
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Tabla 1
Fiabilidad del instrumento
Alfa de
Cronbach
N.º de
elementos
0.892 34
La población está constituida por 243 estudiantes de Licenciatura en Educación Básica. En el estudio
participó una muestra representativa de 81 estudiantes de ambos sexos, lo que corresponde a un
nivel de confianza de un 95 % y un margen de error de 9 %.
El cuestionario fue aplicado a esta muestra mediante un formulario de Google en línea, lo que facilitó
la recogida de información de las respuestas. Para el análisis de los datos, se utilizó el programa
estadístico SPSS.
Resultados
Los resultados se exponen por variables (tipos de técnicas). Primero se muestran las frecuencias y
luego los resultados de la prueba t-student que permiten inferir cuáles porcentajes son significativos.
Tabla 2
Frecuencia de técnicas de comprensión utilizadas por estudiantes universitarios
Ítems Nunca Pocas
veces
Casi
siempre Siempre
Escucha las explicaciones del profesor 2 % 3 % 21 % 74 %
Pregunta al profesor 19 % 23 % 23 % 35 %
Toma notas de las explicaciones dadas
por el profesor durante la clase 2 % 7 % 27 % 64 %
Toma apuntes de tareas y actividades a
realizar 4 % 6 % 10 % 80 %
Subraya las ideas 40 % 21 % 38 % 1 %
Hace resúmenes 3 % 22 % 47 % 28 %
Hace esquemas 14 % 30 % 37 % 19 %
Usa esquemas 9 % 33 % 41 % 17 %
Relaciona los aprendizajes 4 % 10 % 41 % 45 %
Nota. La toma de notas consiste en anotar las explicaciones, ideas clave y conceptos que el profesor comparte durante la clase o
escribir de manera breve, rápida y veraz las ideas de un texto oral o escrito (León y Casar, 2022). Y la toma de apuntes consiste en
registrar las tareas, actividades, instrucciones específicas o información que el estudiante necesita para realizar después (Tejedor y
Rodríguez, 1996).
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Con relación a las técnicas de los procesos de comprensión (Tabla 2), se observa que un porcentaje
alto, específicamente el 74 % de los participantes, sigue las explicaciones dadas por el profesor.
Más de la mitad declara que siempre toma nota de las explicaciones brindadas durante la clase y
el 80 % indica que siempre toma apuntes sobre tareas y actividades a realizar. De igual forma, la
mayoría (86 %) relaciona los aprendizajes con conocimientos previos con una frecuencia de casi
siempre y siempre. Por otro lado, llama la atención que un 40 % informó que nunca subraya las
ideas más importantes del material de estudio cuando lee y un 44 % señala que hace esquemas
con una frecuencia de nunca o pocas veces.
Tabla 3
Prueba T-Student: técnicas de comprensión utilizadas por estudiantes universitarios
Ítems N Med. DE Error t p Dif.
medias
Escucha las explicaciones
dadas por el profesor 68 3.76 .522 .063 19.991 .000 1.265
Pregunta al profesor 68 3.00 .864 .105 4.773 .000 .500
Toma nota de las explicaciones
dadas por el profesor 68 3.57 .630 .076 14.041 .000 1.074
Toma apuntes de las tareas y
actividades a realizar 68 3.75 .529 .064 19.485 .000 1.250
Subraya las ideas 68 2.94 .879 .107 4.139 .000 .441
Hace resúmenes 68 3.19 .675 .082 8.446 .000 .691
Hace esquemas 68 2.31 .833 .101 -1.892 .063 -.191
Hace mapas conceptuales 68 2.37 .960 .116 -1.136 .260 -.132
Relaciona los aprendizajes 68 2.65 1.033 .125 1.174 .245 .147
Nota. Se utilizó una prueba t para una muestra con un valor de referencia teórico de 2.5. Nivel de significancia establecido en p < .05.
Los resultados de la prueba (Tabla 3) revelan que entre las estrategias de comprensión más utilizadas
se encuentran escuchar las explicaciones del profesor (M = 3.76, t = 19.991, p < .001), tomar nota
de dichas explicaciones (M = 3.57, t = 14.041, p < .001) y registrar las tareas y actividades a realizar
(M = 3.75, t = 19.485, p < .001). Estas técnicas muestran diferencias de medias significativamente
positivas respecto al valor de referencia (2.5), lo que sugiere una fuerte presencia en las prácticas
declaradas por los estudiantes. También se reporta un uso considerable de la estrategia de resumen (M
= 3.19, t = 8.446, p < .001), aunque en menor medida. Por el contrario, estrategias consideradas de
procesamiento activo de la información, como hacer esquemas (M = 2.31, p = .063), usar esquemas
(M = 2.37, p = .260) y relacionar aprendizajes (M = 2.65, p = .245), no alcanzaron significación
estadística, lo cual indica una menor incorporación en sus hábitos de estudio.
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Tabla 4
Técnicas de retención y almacenamiento de la información utilizadas por estudiantes universitarios
Ítems Nunca Pocas
veces
Casi
siempre Siempre
Anota datos difíciles 2 % 6 % 28 % 64 %
Revisa el material 4 % 12 % 33 % 51 %
Identica las ideas 5 % 21 % 33 % 41 %
Memoriza la información 1 % 15 % 35 % 49 %
Pone en práctica los aprendizajes 4 % 11 % 32 % 53 %
Muestra dominio en las exposiciones 4 % 25 % 28 % 43 %
Consulta mapas 3 % 13 % 26 % 58 %
Consulta esquemas 5 % 27 % 30 % 38 %
Organiza el material de estudio 1 % 21 % 35 % 43 %
Presenta el trabajo ordenadamente 11 % 28 % 61 %
Se prepara con anticipación 5 % 35 % 60 %
Los resultados de la Tabla 4 muestran que los participantes declaran utilizar ampliamente las técnicas
de retención y almacenamiento, destacando que más de la mitad siempre anota datos difíciles (64
%), practica los aprendizajes (53 %), consulta mapas conceptuales (58 %), presenta el trabajo en
orden (61 %) y se prepara con anticipación (60 %). En cambio, un 25 % indica que pocas veces
siente seguridad al exponer y un 27 % pocas veces consulta esquemas para estudiar.
Tabla 5
Prueba t-Student: técnicas de retención y almacenamiento de la información
Ítems N Med. DE Error p t gl Dif.
medias
Anota los datos difíciles de
recordar 68 3.57 .630 .076 .000 14.041 67 1.074
Revisa el material de estudios 68 3.51 .658 .080 .000 12.722 67 1.015
Identica las ideas 68 3.22 .619 .075 .000 9.596 67 .721
Memoriza la información 68 3.03 .846 .103 .000 5.161 67 .529
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Ítems N Med. DE Error p t gl Dif.
medias
Pone en práctica los
aprendizajes 68 3.35 .641 .078 .000 10.973 67 .853
Consulta mapas 68 2.28 .789 .096 .001 3.395 67 .338
Consulta esquemas 68 2.60 .883 .107 .024 -2.306 67 -.221
Organiza el material de
estudios 68 3.07 .698 .085 .340 .961 67 .103
Se prepara con anticipación 68 3.60 .602 .073 .000 17.173 67 1.132
Nota. Se utilizó una prueba t para una muestra con un valor de referencia teórico de 2.5. Nivel de significancia establecido en p < .05.
Como se muestra en la Tabla 5, entre las técnicas con mayor media se encuentran la memorización
del material de estudio (M = 3.03, t = 5.161, p < .001), la preparación con anticipación (M = 3.60,
t = 15.109, p < .001) y anotar los datos difíciles de recordar (M = 3.57, t = 14.041, p < .001). En
contraste, la técnica de organización y sistematización de la información presentó una media
inferior al punto teórico (M = 2.28), con un valor t negativo (t = -2.306, p = .024), lo que indica un
uso significativamente bajo de esta estrategia. Del mismo modo, la técnica de organización de
contenidos no resultó significativa (p = .340), lo que sugiere que su uso no difiere del valor teórico.
Tabla 6
Técnicas y condiciones de estudio vinculadas a procesos atencionales
Ítems Nunca Pocas
veces
Casi
siempre Siempre
Tiene un horario de estudio jo 4 % 22 % 36 % 38 %
Cumple con el horario de estudio
establecido 3 % 12 % 31 % 54 %
Estudia al menos cinco días a la semana 4 % 40 % 42 % 14 %
Distribuye el tiempo según la dicultad de
cada asignatura - 9 % 38 % 53 %
Alcanza las metas de estudio en el tiempo
establecido - 12 % 43 % 45 %
Dedica tiempo suciente a los estudios - 12 % 47 % 41 %
Prepara a tiempo los trabajos y/o tareas
asignadas - 4 % 24 % 72 %
Tiene un lugar jo de estudio 6 % 25 % 32 % 37 %
Estudia en un lugar lejos de ruidos 14 % 39 % 21 % 26 %
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Ítems Nunca Pocas
veces
Casi
siempre Siempre
Estudia en un lugar libre de objetos 11 % 27 % 32 % 30 %
Cuenta con materiales de estudio 3 % 25 % 10 % 62 %
Tiene espacio suciente 3 % 19 % 16 % 62 %
Cuenta con un lugar con adecuada
iluminación y ventilación 5 % 21 % 16 % 58 %
Al analizar las técnicas utilizadas en los procesos atencionales presentados en la Tabla 6, se observa
que casi la totalidad de los participantes afirman preparar a tiempo sus asignaciones con frecuencia
de casi siempre (24 %) y siempre (72 %). De igual forma, el 62 % siempre cuenta con los materiales
de estudio. No obstante, en cuanto a la frecuencia de estudio, solo el 14 % indica siempre estudiar
cinco veces a la semana, mientras que el 40 % lo hace en pocas ocasiones. A pesar de ello, un
54 % de los encuestados indicó que siempre cumple con el horario de estudio establecido. Por
otro lado, resulta llamativo que más de la mitad carece de un entorno libre de ruido para estudiar,
situación que se presenta con una frecuencia de pocas veces (39 %) y nunca (14 %).
Tabla 7
Prueba t-Student: técnicas de los procesos atencionales
Ítems N Med. DE Error t gl p. Dif.
medias
Tiene un horario de estudio
jo 68 3.18 .845 .103 6.599 67 .000 .676
Cumple con el horario de
estudio establecido 68 3.10 1.148 .139 4.331 67 .000 .603
Estudia al menos cinco días a
la semana 68 3.18 .976 .118 5.713 67 .000 .676
Alcanza las metas de estudio
en el tiempo establecido 68 3.41 .777 .094 9.674 67 .000 .912
Dedica tiempo suciente a los
estudios 68 3.46 .742 .090 10.626 67 .000 .956
Prepara a tiempo los trabajos
y/o tareas asignadas 68 3.19 .833 .101 6.840 67 .000 .691
Tiene un lugar jo de estudio 68 3.31 .815 .099 8.183 67 .000 809
Estudia en un lugar lejos de
ruidos 68 2.75 .780 .095 2.643 67 .010 .250
Estudia en un lugar libre de
objetos 68 3.46 .609 .074 12.938 67 .010 .956
99
Ítems N Med. DE Error t gl p. Dif.
medias
Cuenta con materiales de
estudio 68 3.40 .626 .076 11.811 67 .000 .897
Tiene espacio suciente 68 3.41 .604 .073 12.441 67 .000 .912
Cuenta con un lugar con
adecuada iluminación y
ventilación
68 3.71 .490 .059 20.274 67 .000 1.206
Nota. Se utilizó una prueba t para una muestra con un valor de referencia teórico de 2.5. Nivel de significancia establecido en p < .05.
Como se ve en la Tabla 7, entre las estrategias con mayor media destacan la distribución del
tiempo de estudio según la dificultad de la asignatura (M = 3.71, t = 17.307, p < .001) y estudiar
en un espacio con iluminación y ventilación adecuada (M = 3.71, t = 20.274, p < .001), ambas
con los mayores efectos diferenciales. Según los datos obtenidos, una de las puntuaciones más
bajas correspondió a “estudiar en un lugar lejos de ruidos” (M = 2.75), lo que sugiere un área de
oportunidad para mejorar el ambiente físico de estudio.
Discusión
Los resultados referentes a las técnicas de estudio implementadas por los estudiantes universitarios
encuestados evidencian que, para favorecer los procesos de comprensión, ellos priorizan la toma
de apunte de las tareas y las explicaciones dadas por el profesor, seguidas de la toma de nota de
las intervenciones del docente. Estos datos coinciden con los planteamientos de Cova (2019), quien
establece que la toma de nota es una técnica aplicada en la clase magistral; para su adecuada
implementación, es necesaria la escucha activa con el fin de registrar los aspectos más relevantes y
comprender el contenido. Este hallazgo también se encuentra muy alineado con los estudios realizados
por Barrientos y Flores (2023), quienes sostienen que los estudiantes, en su gran mayoría, toman
apuntes y notas de las ideas más importantes. Esta práctica facilita el desarrollo de las capacidades
y competencias cognitivas, las cuales constituyen aspectos claves para el aprendizaje. Además,
favorece la comprensión de la clase magistral o conferencia, lo cual es un reflejo del proceso de
aprendizaje activo. También fomenta el desarrollo de la atención y la capacidad de identificar lo
relevante y significativo en el proceso formativo.
Asimismo, al considerar las técnicas de estudio utilizadas por la población participante en los procesos
de retención y almacenamiento de la información, se observa una tendencia a prepararse a tiempo
para exámenes y exposiciones, así como memorizar el material de estudio, lo que podría interpretarse
a la luz de los estudios realizados por Demera-Zambrano et al. (2020), quienes afirman que, aunque
la mayoría de los docentes entienden necesario ejercitar la memoria, se debe prestar atención a
los procesos de comprensión de la información memorizada. En tal sentido, un uso inadecuado de
estas técnicas podría derivar en un aprendizaje memorístico, que impide la comprensión profunda
y que puede resultar en una asimilación superficial y poco significativa de los contenidos. Asimismo,
Dorado et al. (2020) infieren que estas técnicas no solo permitieron la organización del material
de estudio, sino también el desarrollo de la disciplina. En ese mismo sentido, Román et al. (2020)
100
manifiestan que la implementación de las técnicas de estudio se orienta a mejorar el rendimiento
académico de los alumnos y a facilitar los procesos de memorización y análisis.
Con respecto a las técnicas de estudio utilizadas en los procesos atencionales, los participantes
afirman contar siempre con un lugar de estudios con suficiente espacio, libre de objetos, disponer
de todos los materiales necesarios y dedicar tiempo suficiente a la realización de las tareas. No
obstante, resulta contradictorio que un porcentaje considerable declare que pocas veces tiene un
lugar fijo y libre de ruidos y objetos. Esta inconsistencia sugiere la necesidad de ahondar en sus
causas, por lo que el uso de métodos mixtos para abordar esta problemática podría ser favorable
en futuras investigaciones sobre el tema.
En relación con la preparación a tiempo, los resultados de la prueba t-Student indican que, en general,
los estudiantes se preparan sistemáticamente antes de asistir a las sesiones académicas. Desde
una perspectiva teórica, estos hallazgos son consistentes con los planteamientos del aprendizaje
autorregulado (Zimmerman, 2002), el cual destaca la planificación y el establecimiento de metas
como elementos clave del rendimiento académico. La preparación previa también puede entenderse
como una manifestación de responsabilidad, autonomía y organización, todas ellas valoradas en
contextos educativos orientados al desarrollo integral del estudiante.
De la misma manera, el cumplimiento del horario por parte de los estudiantes es significativamente
mayor que el valor medio de la escala. En términos prácticos, se puede afirmar que los estudiantes
presentan un alto apego al horario de estudio, lo cual constituye un indicador positivo de responsabilidad
académica y autorregulación. Sin embargo, el alcance de estos datos es limitado, pues solo muestran
las percepciones que tienen los participantes sobre su nivel de responsabilidad y organización.
Conclusiones
A partir de los resultados del estudio, se concluye que las técnicas de comprensión más utilizadas por
los estudiantes universitarios son: seguir las explicaciones dadas por el profesor, tomar nota de las
explicaciones ofrecidas durante la clase y tomar apuntes de las tareas a realizar. Estos datos revelan
una actitud proactiva y comprometida por parte de los estudiantes hacia su aprendizaje, quienes
valoran las orientaciones proporcionadas por el profesor. Sin embargo, para el fortalecimiento de
la comprensión, se hace necesaria la comunicación del estudiante hacia al maestro en el aula, ya
que esto despierta la curiosidad por la información, facilita la adquisición del conocimiento y permite
resolver inquietudes de manera eficaz. Igualmente, se debe promover la elaboración de esquemas
y otros organizadores gráficos, que ayudan a jerarquizar los conceptos aprendidos.
Para la retención y el almacenamiento de la información, las técnicas más destacadas son la anotación
de los datos difíciles de recordar, la revisión del material de estudio, la puesta en práctica de lo
aprendido y la preparación a tiempo para exposiciones y exámenes. La implementación de estas
técnicas permite que el estudiante se enfoque en los aspectos más relevantes y facilita la retención
de datos complejos, organización de las ideas y consolidación de la información. También prepara
al alumno para enfrentar desafíos y alcanzar sus metas educativas.
101
El análisis realizado mediante la prueba t-student permite afirmar que los estudiantes evaluados
demuestran un nivel significativamente alto de preparación a tiempo para sus clases, lo cual constituye
un indicador positivo del compromiso académico. Este hábito puede considerarse una fortaleza
del grupo estudiado, al estar vinculado con un mejor aprovechamiento del proceso de enseñanza-
aprendizaje. Además, destaca la importancia de promover y sostener estrategias pedagógicas que
fomenten la planificación, el estudio anticipado y la responsabilidad individual.
Con relación a los procesos atencionales, los estudiantes priorizan tener a mano todos los materiales
de estudio y disponer de un lugar adecuado para estudiar. Esto favorece un entorno libre de
distractores que puedan interferir en el aprendizaje y fortalece la capacidad del estudiante para
procesar y mantener la información. No obstante, estudiar en un entorno ruidoso podría afectar el
nivel de enfoque en las tareas y, por tanto, dificultar la asimilación de contenidos.
En definitiva, las diferencias en cuanto al uso de técnicas reflejan una preferencia por estrategias
receptivas y organizativas por encima de técnicas activas de procesamiento de la información. No
obstante, estos resultados indican únicamente la autopercepción de los estudiantes sobre sus propias
técnicas de estudio, por lo que podrían no corresponderse necesariamente con las prácticas que
ellos efectivamente llevan a cabo. En tal sentido, se requieren investigaciones de corte experimental
que realicen intervenciones con relación al uso de técnicas y su efecto real en el aprendizaje.
A raíz de las conclusiones de esta investigación, se sugiere también que los docentes y orientadores
educativos proporcionen técnicas de estudio a los alumnos que les permitan personalizar el entorno
académico, desarrollar actividades interesantes que despierten la motivación y la comunicación entre
estudiante y maestro. De igual forma, promover a través de talleres, la gestión del tiempo y la mejora
de los procesos atencionales. En tal sentido, en lugar de presuponer el uso de técnicas activas de
procesamiento de la información, estas deben enseñarse explícitamente, ya que es probable que
el estudiantado las desconozca.
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