CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 20 NÚMERO 39 | PP 177 - 187
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Percepción de los estudiantes universitarios ante una estrategia
de autoevaluación
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Perception of university students about a self-
assessment strategy
Recibido: 6 de octubre de 2022 | Aprobado: 30 de noviembre de 2022
Resumen
La autoevaluación es el proceso mediante el cual los estudiantes toman
participación en la vericación de sus aprendizajes, lo que los convierte en
sujetos activos que reexionan sobre sus niveles de avance y las áreas de
mejora que deben superar. Partiendo de su importancia para favorecer la autonomía y el liderazgo de los
estudiantes, este estudio se realizó en el marco de las asignaturas Realismo Mágico y Español I, con el
objetivo de analizar la percepción de los estudiantes universitarios sobre una estrategia de autoevaluación.
Para ello, se aplicó una encuesta a 45 estudiantes que contaron su experiencia en el contexto de la
autoevaluación como una práctica innovadora para ellos y gracias a la cual pudieron tomar conciencia de su
desempeño y rendimiento académico. Las principales acciones desarrolladas como parte de la estrategia de
investigación-acción incluyeron: diseño de actividades para la autoevaluación, elaboración de instrumentos
para la autoevaluación, realización de autoevaluación por parte de los estudiantes y de una evaluación por
parte de la docente para comparar los resultados de los estudiantes, análisis de fuentes bibliográcas,
aplicación de un instrumento a participantes y sistematización de la experiencia. La investigación permitió
concluir que la evaluación por lo general queda limitada a la heteroevaluación, dejando en un último plano la
autoevaluación. Además, en la sistematización de esta experiencia se constató que los estudiantes valoran
que se les permita autoevaluarse y ven como una práctica favorable que la estrategia pueda replicarse en
otras asignaturas. Además, consideran que la autoevaluación permitió introducir cambios en sus procesos
de construcción del conocimiento y en su nivel de reexión.
Palabras clave: Evaluación, autoevaluación, estudiantes universitarios, Estudios Generales.
Abstract
Self-assessment is the process by which students take part in the evaluation of their learning, becoming active
subjects who reect on their levels of progress and academic gaps that must be overcome. The importance of
self-assessment consists precisely in involving students and granting them a leadership role through which a
dierent view of the assessment is built, while generating a reection scenario from the students themselves.
Genarina Mercedes
Caba Liriano1
Ponticia Universidad Católica
Madre y Maestra
gm.caba@ce.pucmm.edu.do
_____________________________
1 Doctora en Estudios del Español: Lingüística y Literatura por la Ponticia Universidad Católica Madre y Maestra. Docente por
asignatura de la Ponticia Universidad Católica Madre y Maestra. Para contactar a la autora: gm.caba@ce.pucmm.edu.do
_____________________________
ISSN (en línea): 1814-4414 / Sitio web: http://cuaderno.pucmm.edu.do
CÓMO CITAR: Caba Liriano, G. M. (2023). Percepción de los estudiantes universitarios ante una estrategia de autoevaluación. Cuaderno de Pedagogía
Universitaria, 20 (39), 177-187
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This research work was carried out within the framework of general studies with 45 students who recounted
their experience in the context of self-assessment as an innovative practice for them and thanks to which
they were able to become aware of their performance and academic performance. The three main topics
around which the article is developed are: general aspects of evaluation; self-assessment as a process of
reection in university students; experience of university students regarding self-assessment in the framework
of general studies. The main actions developed as part of the action-research strategy included: design of
activities for self-assessment, development of instruments for self-assessment, self-assessment by students
and an evaluation by the teacher to compare the results. of both, analysis of bibliographic sources application
of an instrument to participants and systematization of the experience. The investigation allowed us to
conclude that evaluation is generally limited to hetero-evaluation, leaving self-evaluation in the background.
The systematization of this experience conrmed that the students value being allowed to self-assess and
see it as a favorable practice that the strategy can be replicated in other subjects. In addition, they consider
that the self-assessment made it possible to introduce changes in their knowledge construction processes
and in their level of reection.
Keywords: Assessment, self-assessment, university students, general studies.
Introducción
La evaluación de los aprendizajes puede ser
realizada por diferentes actores, siendo uno de
ellos el estudiante. En este sentido, a los procesos
de evaluación realizados por el mismo estudiante
se le conoce como autoevaluación, tema en el que
se centra este trabajo. El interés por abordar esta
temática reside en que la autoevaluación es una
estrategia que puede contribuir con la mejora de
los aprendizajes, ya que orienta a los estudiantes
a reexionar sobre sus niveles de avances y sus
necesidades académicas.
En sentido general, se puede señalar la evaluación
como uno de los procesos más complejos en
la academia. La misma se realiza en diferentes
momentos del proceso formativo ya que intervienen
en ella diferentes actores y demanda de un conjunto
de instrumentos y criterios preestablecidos
objetivamente y alineados con las competencias
especícas y fundamentales que se pretenden
desarrollar en el estudiantado. Todas estas variables
que convergen en la evaluación ocasionan que
usualmente no se ejecute con el rigor, sistematicidad
y periodicidad que requiere.
Actualmente se han realizado estudios en el ámbito
de la evaluación aplicada a los estudios universitarios
que guardan cierta similitud con este trabajo, en
ellos se establecen los nes de la evaluación,
sus funciones y tipos. En ese sentido, Anijovich
(2017) en su trabajo de investigación aborda la
evaluación formativa como una oportunidad para
los estudiantes. Este trabajo tuvo como objetivo
analizar el valor de la evaluación formativa en la
educación superior. En sus conclusiones la autora
expone que esta estrategia tiene grandes benecios,
por ejemplo, lograr el rol activo de los estudiantes
y la comprensión de los contenidos complejos. Así
también, destaca algunas limitaciones importantes
dentro de las cuales señala “la inexperiencia de los
estudiantes para comprender modos alternativos de
la evaluación formativa () y la mirada casi exclusiva
sobre las calicaciones” (p. 33). Este planteamiento
de la autora llama a la reexión en torno al valor
que los alumnos le atribuyen al aspecto cuantitativo
de la evaluación y no así a sus logros cualitativos.
Por otro lado, Hidalgo (2020) toca el tema de la
evaluación formativa en estudiantes universitarios. En
su trabajo la autora se propuso situar la evaluación
formativa como una estrategia de adquisición de
nuevos saberes de forma proactiva que desarrolla
habilidades en los alumnos. En sus conclusiones
señala que “un claro principio de la evaluación
formativa es asignarles a los alumnos un rol
protagónico y activo en todos los momentos que
estructuran el proceso”. (p. 202). Como se puede
observar el alumno es el actor más importante en
la concepción de evaluación formativa, de ahí la
necesidad de involucrarlos y darles una participación
activa en estos procesos.
De la misma forma, Souto et al. (2020) en su estudio
acerca de la evaluación formativa se propuso
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conocer la percepción de los estudiantes respecto a
esta forma de evaluar. En este trabajo el autor llegó a
la conclusión de que “los alumnos identicaron como
una ventaja de este tipo de evaluación el desarrollo
de un aprendizaje activo, procesual y auténtico
(p. 29). Es decir, la evaluación formativa juega un
papel importante en el logro de los aprendizajes y
el desarrollo de competencias de los alumnos, de
ahí el interés por conocer la percepción de ellos
respecto a la autoevaluación, ya que la misma se
enmarca dentro de la evaluación formativa.
De igual forma, Fernández (2011) trabajó la
autoevaluación como una estrategia de aprendizaje,
con el objetivo de estimular el aprendizaje de lenguas.
En sus conclusiones apunta que el camino hacia
la autonomía pasa por el desarrollo de estrategias
de aprendizajes entre las que gura poder evaluar
el propio proceso. Así también, Cruz y Quiñones
(2012) señalaron la importancia de la evaluación y
la autoevaluación en el rendimiento académico, su
estudio tuvo como nalidad destacar la importancia
de la evaluación y la autoevaluación como actividad
de autoaprendizaje vinculada a la práctica reexiva
y crítica. En sus análisis y reexiones destacan que
la autoevaluación no solo constituye un proceso
introspectivo, sino que además es una estrategia
continua de consolidación de habilidades. Añaden
también que una de las ventajas de la autoevaluación
es que favorece el desarrollo de la capacidad crítica.
Otro estudio relacionado es el realizado por
Rodríguez et al. (2012) el cual tuvo como objetivo
profundizar en la autoevaluación y su utilidad en
la universidad. Las conclusiones fueron que los
estudiantes se implican activamente en el proceso
de autoevaluación y realizan un análisis crítico
de sus necesidades formativas. A la luz de estas
conclusiones la autoevaluación es concebida como
una herramienta favorecedora en el proceso de
crecimiento académico de los alumnos universitarios.
Así también Martínez et al. (2013) en su trabajo
de investigación plantean la rúbrica como un
instrumento para la autoevaluación y destacan que
“la evaluación orientada a los aprendizajes requiere
cambios e innovaciones () de forma tal que a los
estudiantes se les conceda mayor protagonismo y
responsabilidad” (p. 374). Este trabajo tuvo como
objetivo promover la rúbrica como un recurso de
evaluación con efectos positivos en los estudiantes,
tanto en la coevaluación como en la autoevaluación.
En sus conclusiones expresan que la autoevaluación
realizada con rúbricas posibilita la mejora de los
aprendizajes. De igual forma, exponen que se
evidenció gran satisfacción en los estudiantes
autoevaluados cuando contaron su experiencia.
Los estudios citados anteriormente dejan abierta
la posibilidad de seguir estudiando la evaluación
formativa y generar nuevas miradas, es sobre este
pilar que se erige este trabajo sobre la autoevaluación.
Se trata de escuchar la voz de los estudiantes, es
decir, su percepción respecto a la evaluación. Lo
nuevo que ofrece es que involucra a los estudiantes
en una experiencia investigación-acción en la que
tanto la docente como los alumnos toman roles
activos, aplicando además de la rúbrica una lista
de cotejo en actividades de aprendizaje distintas en
las que reexionan sobre los hallazgos e introducen
cambios en sus prácticas desde cada uno de sus
roles y se asume la autoevaluación como proceso
de reexión e introspección, a través del cual los
estudiantes universitarios toman conciencia de su
rendimiento y de los cambios que deben introducir
en sus formas de afrontar sus responsabilidades
académicas. Así las cosas, este trabajo parte de su
propia experiencia de autoevaluación, de la escucha
de su voz y su reexión acerca de cómo les ha
impactado a ellos el proceso de autoevaluación.
En este contexto es importante referirse a la mirada
de Basurto et al. (2021) en la que se concibe la
autoevaluación como “un procedimiento de análisis,
examen y observación de la propia acción y los
resultados con miras a mejorarlo” (). Autoevaluarse
signica que la persona explora su propio trabajo
(p. 384). Los autores destacan que este proceso
conlleva un alto grado de responsabilidad, con lo cual
coincide también la concepción de autoevaluación
asumida en este trabajo.
La cuestionante a partir de la cual se desarrolla
este trabajo es: ¿Cuál es la percepción de los
estudiantes universitarios respecto a una estrategia
de autoevaluación implementada? De esta pregunta
se deriva el objetivo: Analizar la percepción de los
estudiantes en torno a la autoevaluación a partir de la
implementación de la estrategia. Para fundamentar
el estudio, en el siguiente apartado se muestra una
revisión teórica en la que se desarrollan los aspectos
generales de la evaluación y la autoevaluación
como proceso de reexión en los estudiantes
universitarios.
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En este sentido, se abordará la autoevaluación
en el contexto universitario con la nalidad de
brindar una mirada holística sobre el constructo,
sus generalidades y características principales que
permiten que los estudiantes asuman un rol activo.
Después de analizar las teorías que abordan el tema
de la autoevaluación, se presentará la reexión de
los estudiantes en torno a la autoevaluación, el
análisis de los datos y las principales conclusiones.
Fundamentación teórica
Aspectos generales de la evaluación
En este trabajo se asume el enfoque de evaluación
formativa, desde el cual no solo se concibe la
evaluación como el proceso mediante el cual se
comprueba el nivel de logro de un estudiante en
relación con una competencia, tomando como base
unos criterios e indicadores de logro de la misma,
sino como estrategia mediante la cual al estudiante
se le asigna un rol activo y participativo. En este
orden, Cruzado (2022) especica: “La evaluación
formativa permite recabar información con la
nalidad de perfeccionar el aprendizaje durante
su construcción y que al igual que la enseñanza se
debe adecuar a las necesidades de los estudiantes”
(párr. 2). Así pues, la información recogida en el
proceso de evaluación formativa es usada como
insumo a partir de la cual se rediseña el proceso de
enseñanza-aprendizaje y se realizan ajustes para
lograr los objetivos de aprendizaje.
Desde el contexto de la evaluación formativa se
puede decir que la evaluación es un proceso que
busca el mejoramiento de los aprendizajes a través
de la reexión continua, tanto del estudiante como
del docente, sobre los componentes académicos
y el desarrollo de las competencias propuestas
en el modelo pedagógico en el que se inscribe la
evaluación. Es un proceso sistemático y continuo
que a su vez debe ser transparente, objetivo y
participativo. Su nalidad es dar respuesta a unos
propósitos establecidos a partir de las competencias
en el contexto del área disciplinar en la que tiene
lugar, tomando en cuenta los indicadores de
logros. La misma se realiza mediante técnicas
e instrumentos que derivan de una estrategia de
evaluación concebida previamente.
Por su parte, Castillo y Cabrerizo (2009) abordan la
complejidad del concepto evaluación reriéndose
a su carácter polisémico y a su evolución. En tal
sentido, explica: “el concepto de evaluación en la
educación ha evolucionado notablemente, hasta ser
en la actualidad uno de los temas que ha adquirido
mayor protagonismo, por el grado de conciencia
que han adquirido los diferentes actores de su
importancia y repercusión” (p. 9). Así pues, desde la
perspectiva del autor citado, en estas décadas del
siglo XXI se les atribuye mayor valor a los procesos
de evaluación. Ciertamente, gracias a la difusión de
la información, las actualizaciones curriculares, la
formación continua de los docentes, la puesta en
circulación de materiales didácticos relativos a la
evaluación y la instrumentación ha traído consigo
que los estudiantes conozcan más de la evaluación.
Reriéndose a la evaluación, Tobón (2005) expone:
“La valoración de las competencias requiere de
la orientación de un modelo pedagógico en sus
nes y metodología” (p. 240). Como se puede
observar, la evaluación no es un proceso aislado
y desarticulado del modelo pedagógico, sino que
se apega a la metodología preestablecida, lo que
le imprime un carácter de rigor.
Por otro lado, la evaluación es una aspiración en
proceso en el ámbito universitario. En este sentido,
Salinas y Cotillas (2007) destacan que “la evaluación
en última instancia también debería suponer la
enseñanza de la autoevaluación” (p. 18). Como se
puede observar, la autoevaluación es una deuda
pendiente en el contexto universitario. Por esta
razón, la misma es una oportunidad para ponerla
en práctica y conocer la percepción que tienen
los estudiantes universitarios con relación a su
aplicación.
De igual forma, conviene en este contexto tomar
en cuenta la mirada de Clavijo (2021) quien aborda
la temática de la evaluación para el aprendizaje,
destacando que “la misma se realiza durante el
proceso de aprendizaje y no al nal de este, con
el propósito de tomar decisiones para ajustar la
enseñanza de conformidad a las necesidades de
los alumnos” (párr. 7). Como se puede observar,
el objetivo fundamental en este contexto es el
aprendizaje del alumno desde la óptica de cuánto
puede mejorar, no cuánto sabe. Para ello, el docente
se ve en la necesidad de ajustar sus estrategias
con miras a conseguir mejores resultados de
aprendizaje.
En este mismo orden, la University of Cambridge
(2019) señala que la evaluación para el aprendizaje
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parte de tres elementos claves que son: “hacia
dónde va el alumno, dónde se encuentra el alumno
y cómo puede alcanzar el objetivo” (párr. 1). A la
luz de esta cita, se puede notar que el proceso
de evaluación para el aprendizaje está enfocado
en el estudiante, cuestionando continuamente su
progreso y las formas en que se puede mejorar.
Por su parte, Bain y Barbera (2005) cuestiona la
forma en que se evalúa a los alumnos, destacando
que los docentes universitarios que él cataloga
como “buenos” le atribuyen un alto grado de
importancia a la evaluación y no usan la información
extraída de estos procesos para categorizar a
sus estudiantes, sino para ayudarlos a construir
aprendizajes. En este sentido, si la mayoría de los
docentes concibiera la evaluación de esta forma,
no se les haría tan difícil diversicar las estrategias
e involucrar a los estudiantes en este proceso. El
autor citado anteriormente enfatiza en la necesidad
de que en lugar de preguntarse qué nota queremos
que obtengan los estudiantes, es conveniente
preguntarse qué tipo de progresos y cambios
académicos y personales queremos ver reejados
en ellos. En consonancia con lo planteado, queda
claramente establecida la necesidad de que el
docente reexione continuamente acerca de su
práctica y con ella, los procesos de evaluación.
La autoevaluación como proceso de reexión
en los estudiantes universitarios
En los aspectos introductorios se hizo notar que en
la evaluación educativa participan diferentes actores,
de tal forma que, cuando es realizada por el mismo
estudiante se emplea el concepto de autoevaluación
para su denición. En este apartado se abordará
exclusivamente el concepto autoevaluación, con
el propósito de explicar de forma amplia en qué
consiste, cuáles son sus características y cuáles
son los benecios que ofrece a los estudiantes y
al docente.
Es evidente que, según actor que evalúa, la
evaluación más usual es la heteroevaluación, ya
que el docente asume como una de sus tareas
principales medir el rendimiento de sus estudiantes.
En este sentido, la coevaluación y la autoevaluación
se utilizan mínimamente (Salinas y Cotillas, 2007).
Esta situación se constituye en un problema, debido
a que una de las aspiraciones de la educación
es promover la autonomía del sujeto, así como
el desarrollo de su capacidad crítica y la toma
de decisiones, por esta razón, permitir que los
estudiantes veriquen sus niveles de aprendizaje
podría ser de gran provecho para el logro de estos
nes educativos.
En el caso e specíco de los estudi antes universi tarios,
nivel en el que son responsables directos de sus
aprendizajes, la reexión en torno a sus procesos
de aprendizajes por medio de su participación se
considera pertinente y necesaria. En este sentido,
Pérez (2000) expone: “uno de los efectos más
relevantes de la evaluación del aprendizaje, es su
contribución en la formación de cualidades como
la autonomía y la reexión, la responsabilidad ante
sus decisiones, la crítica, que forman parte de los
objetivos de la enseñanza universitaria” (p. 41). Es
decir, la universidad se convierte en el escenario
propicio para desarrollar en los estudiantes el
sentido de responsabilidad y la toma de conciencia
en relación con el cumplimiento de sus deberes
académicos.
En ese mismo orden, Pérez (2000) continúa
explicando la importancia de que se intercambien
los roles del evaluador entre el alumno y el docente,
en tal sentido, especica: “En el nivel superior se
reúnen las condiciones más favorables para estos
nes por las características de estos estudiantes(p.
60). Es decir, tomando en cuenta la edad de estos
estudiantes y sus niveles de autonomía y madurez
en relación con los estudiantes de los niveles
primario y secundario, se considera que tienen el
perl ideal para asignarles la responsabilidad de
tomar participación en su evaluación y generar
una dinámica de introspección sobre sus logros
y sus oportunidades de mejora desde su propia
mirada y reexión.
Además de los benecios que ofrece a los
estudiantes la autoevaluación, en tanto que les
permite mirarse a mismos, reexionar y tomar
decisiones; es importante recordar que no es un
premio que se otorga a los estudiantes, sino que
es una oportunidad que les permite reorientar sus
aprendizajes, por eso los procesos de autoevaluación
deben contemplarse en el plan de clases, tomando
en cuenta los criterios y competencias que se
pretenden desarrollar en el estudiantado. Por otro
lado, es importante aclarar que el docente debe
poner al alcance de los estudiantes los criterios en
base a los cuales se realizará la autoevaluación y
socializarlos con ellos, para que de esta manera el
estudiante pueda realizar un proceso justo, objetivo
y pertinente; de tal manera que la información
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recopilada alcance su máximo nivel de veracidad y
sirva para el diseño de planes de mejora. Es decir,
el hecho de intercambiar los roles y darles a los
estudiantes la oportunidad de autoevaluarse no
exime al docente de su responsabilidad de organizar,
orientar y asesorar el proceso; de establecer los
criterios conforme a las competencias que se están
evaluando e, incluso, diseñar los instrumentos, ya
que es el actor facultado para estos nes, pues el
estudiante no es un experto en la elaboración de
instrumentos de evaluación.
Por su parte, Fernández (2011) concibe la
autoevaluación como una estrategia para el
aprendizaje. En este orden, expone:
La autoevaluación no se improvisa, sino que
se integra en un marco didáctico dentro de la
misma programación y que se desarrolla día a
día en las clases. Este marco didáctico reconoce
al aprendiz como eje de toda la acción didáctica
y artíce de su conocimiento (p. 4).
Pensar la autoevaluación desde esta óptica implica
cambios signicativos en relación con las formas
en que el docente concibe su rol. Como se puede
observar a la luz de la cita anterior, se le atribuye
un rol protagónico al aprendiz lo cual riñe con los
esquemas tradicionales en los que el docente es
la gura protagonista. Sin embargo, es importante
abrazar la idea del cambio y la innovación en las
acciones pedagógicas.
En este mismo contexto, Cruz y Quiñones (2012)
exponen: “Se ha observado que, con el n de lograr
el aprendizaje autónomo se debe fomentar en el
universitario la autoevaluación (...), ya que le permite
al estudiante comprobar su nivel de aprendizaje y
reorientarlo” (párr. 2). Esta consideración corrobora
la tesis que se ha defendido a lo largo de todo el
desarrollo de este trabajo en torno a la autoevaluación
como estrategia para la introspección, el cambio
y la toma de decisiones en los aprendizajes en el
contexto universitario.
De igual forma, Rodríguez et al. (2012) conciben la
autoevaluación en el contexto universitario como
un desafío tanto para el docente como para el
alumno. De igual forma, señalan que “la capacidad
creativa del estudiante universitario en el proceso
de evaluación a través de la participación activa en
el mismo, está reclamada en los últimos años por
numerosos autores” (p. 404). La visión de estos
autores respecto a la autoevaluación corrobora la
necesidad de brindar una mayor participación al
estudiantado en los procesos de evaluación.
Como se puede observar, diversos autores coinciden
en la necesidad de dar mayor importancia a los
procesos de autoevaluación, cooperando de esta
forma con la apuesta por estudiantes más capaces,
independientes en la gestión del conocimiento, más
críticos y más participativos.
Metodología
El estudio se enmarca en la investigación-acción
y parte de un enfoque cuantitativo. Las fases
de la estrategia de investigación-acción que se
aplicaron son: establecimiento del punto de partida,
planicación, implementación de las acciones,
observación y análisis de los resultados. Es
importante resaltar que, durante el proceso de
implementación de las acciones, se realizaron
ajustes en el instrumento de evaluación para
garantizar una mejor comprensión del mismo por
parte de los estudiantes durante el proceso de
socialización. De igual forma, se realizaron cambios y
modicaciones en el plan de clases en el que fueron
sustituidas exposiciones orales por reportes de
lecturas, a n de generar un producto que pudiera
ser construido de forma procesual en el que fueran
aplicadas las mejoras encontradas en el proceso.
En primer lugar, se procedió a identicar y describir
el problema: falta de implementación de la estrategia
de autoevaluación en el contexto universitario.
Posteriormente se planicaron las actividades de
autoevaluación en las que los estudiantes debían
evaluar su desempeño. Una de estas actividades
fue la construcción de un portafolios de textos
argumentativos y otra, la escritura de reportes
de lectura. Para ello, la docente entregó dos
instrumentos de evaluación, una rúbrica y una lista
de cotejo, en los que se contemplaron los diferentes
criterios en consonancia con las competencias
especícas del área. Estos instrumentos tomaban
en cuenta las siguientes dimensiones: dominio de
contenido, calidad de la redacción y pensamiento
crítico, capacidad inferencial y de razonamiento. De
igual forma, se procedió a analizar los resultados
obtenidos por los estudiantes y compararlos con la
evaluación que simultáneamente realizó la docente.
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Tabla 1. Rúbrica de autoevaluación para evaluar el reporte de lectura
Profesora: Genarina Caba
Nombre del estudiante:
Asignatura:
Fecha de aplicación:
Criterios de
evaluación
Niveles de dominio
Preformal Receptivo Resolutivo Autónomo Estratégico
Dominio de
contenido
Repito literalmente el
contenido sin evidenciar
construcción de
conocimiento.
Identico la información
elemental del material
de lectura citando y
deniendo conceptos
claves.
Comprendo la
información y lo
demuestro a través
de la construcción de
inferencias.
Ejemplico los aspectos
claves del material de
lectura relacionando los
hechos con situaciones
de su contexto.
Juzgo los hechos,
las informaciones y
la actuación de los
personajes y / o la
postura de los autores.
Redacción
Abordo la información
tomando en cuenta
las normas básicas de
redacción.
Organizo la información
tomando en cuenta las
normas generales de
redacción que requiere
el género y el ámbito
en que se inscribe el
reporte de lectura.
Empleo una estrategia
de redacción que facilita
la comprensión del
texto y denotan dominio
de las normas de
redacción que requiere
el género y el ámbito
en el que se inscribe el
reporte de lectura.
Integro variadas
estrategias de
redacción que dan
cuenta de un estilo
propio al momento de
organizar la información
evidenciando dominio
de las normas de
redacción que requiere
el género y el ámbito
en el que se inscribe el
reporte de lectura.
Adapto la redacción
del discurso al ámbito
y género en el que se
inscribe el reporte de
lectura, mostrando
dominio de las normas
de redacción que
requiere el género.
Pensamiento
crítico
Abordo literalmente la
información del material
de lectura sin evidenciar
comprensión del tema
y la valoración crítica de
la información.
Señalo conceptos
e informaciones
relevantes del material
de lectura en las
que deseo enfatizar
sin juzgar ni valorar
de forma crítica la
información.
Categorizo la
información incluida en
el material de lectura
enfatizando en las ideas
de mayor relevancia,
destacando su
importancia.
Retroalimento las
informaciones
contempladas en el
material de lectura
evidenciando una
valoración crítica y
análisis del contenido
mediante la exposición
de juicios creiticos.
Ayudo a los lectores
a comprender el
reporte de lectura
proporcionándole
ejemplicaciones,
aclaraciones,
construcciones
inferenciales y
análisis críticos de la
información.
Defensa de tus
argumentos
Memorizo argumentos
literales planteados ya
anteriormente.
Recupero información
del material de apoyo
y la presento como
argumentos.
Elaboro razonamientos
puntuales que apoyan
mi exposición en el
reporte de lectura.
Analizo la información,
cuestionando los pro y
los contra, así como su
relación con la realidad
conceptual, a partir
de lo cual presento
argumentos.
Recreo los hechos e
informaciones a partir
de lo cual genero
argumentos que
apoyan y deenden sus
posiciones.
Inferencias y
conclusiones
Codico información
literal del material de
apoyo y la presento
como inferencias y
conclusiones mías.
Reproduzco literalmente
ideas del material
de apoyo como si
fueran conclusiones e
inferencias.
Interpreto las
informaciones
presentadas en el
material de apoyo y
las presento como
conclusiones.
Aporto informaciones
nuevas a modo
de inferencias y
conclusiones que
derivan y se relacionan
con el objeto de
estudio.
Genero nuevas
miradas y formas de
interpretación de los
hechos, situaciones
e informaciones,
enlistando diversas
conclusiones e
inferencias.
Para conocer la percepción de los participantes,
se diseñó un cuestionario en línea, de preguntas
cerradas, en un formulario de Google al que
tuvieron acceso y manifestaron su experiencia
en los procesos de autoevaluación, así como los
benecios que obtuvieron luego de implementar
la estrategia. En el estudio participaron los 45
estudiantes que conformaban el universo, es decir,
185184
todos los que cursaban las asignaturas de Español
I y Realismo Mágico. Para validar los instrumentos,
se realizó previamente una prueba piloto. Finalmente,
se procedió a analizar los datos, se socializaron
los hallazgos con los estudiantes y se sistematizó
la experiencia.
Es conveniente aclarar que el hecho de que solo
se incluyeran preguntas cerradas en el instrumento
se asume como una limitante del estudio según su
propósito, ya que no se les permitió a los estudiantes
exponer otras consideraciones y percepciones que
no estuvieran contempladas en el instrumento, pero
al mismo tiempo se visualiza como una oportunidad,
pues se deja abierta la posibilidad de que el mismo
sea retomado a futuro a n de generar nuevas
informaciones y puntos de vistas de los estudiantes.
Resultados
Percepción de los estudiantes respecto a la
autoevaluación en el marco de las asignaturas de
español y realismo mágico.
En este apartado se presentan los datos recogidos
con los participantes en la encuesta para valorar
el proceso de autoevaluación y el impacto de este
en su experiencia universitaria. Se presentará cada
pregunta acompañada del gráco correspondiente
y la interpretación de este.
Figura 1. Conocimiento que tienen los estudiantes
sobre el concepto de autoevaluación.
Como se puede ver, el total de los estudiantes
encuestados estuvo de acuerdo en que conoce
el concepto de autoevaluación. Esta pregunta se
incluyó para garantizar que los participantes tuvieran
conciencia del concepto y asegurar la conabilidad
de las respuestas
Figura 2. Experiencia de los estudiantes con la
estrategia de autoevaluación.
El 57. 8 % respondió que solo se le había permitido
evaluarse en una sola asignatura, es decir, en la
que estaba aplicando el proceso de autoevaluación.
En este sentido, la experiencia de autoevaluación
resultó ser una experiencia innovadora para ellos.
Figura 3. Impacto de la autoevaluación en los
estudiantes.
El 91.1 % de los estudiantes encuestados aseveró
que el proceso de autoevaluación hizo la diferencia
en relación con otras asignaturas en las que no se
les dio la oportunidad de autoevaluarse. En este
sentido, al momento de socializar los resultados
expresaron que les gustaría que la práctica de
autoevaluación pudiera realizarse en las demás
asignaturas que cursan. De igual forma, es importante
prestar atención a la minoría de estudiantes que
manifestó que está en desacuerdo, por lo que en
investigaciones futuras sería oportuno incluir un
acápite para que los estudiantes justiquen sus
respuestas, a n de generar toda la información
posible en relación con el proceso.
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Figura 4. Impacto de la autoevaluación en el
desempeño académico de los estudiantes.
Todos los participantes coincidieron en que la
autoevaluación permitió que ellos reexionaran y
tomaran conciencia del rumbo de su desempeño, es
decir que desarrollaron conciencia crítica respecto
a sus niveles de aprendizaje.
Figura 5. La autoevaluación como herramienta de
cambio en la conducta de los estudiantes respecto
a sus aprendizajes.
El 93.3 % de los participantes logró introducir
cambios en sus procesos de aprendizaje a partir
de autoevaluarse y hacerse conscientes de
sus necesidades. Al momento de socializar los
resultados, los estudiantes expresaron que para ellos
tuvo un gran impacto colocarse una calicación, que
fue chocante enfrentarse consigo mismos y encarar
los resultados, lo que provocó que reexionaran
sobre sus aprendizajes, el aprovechamiento del
tiempo y los recursos de aprendizajes.
Figura 6. Aspiraciones de los estudiantes respecto
a la autoevaluación.
Tal como se muestra en la gura anterior, el proceso
de autoevaluación tuvo una valoración positiva por
parte de los participantes, quienes expresaron su
interés de que en otras asignaturas se les permitiera
autoevaluarse.
Finalmente, para vericar el nivel de criticidad y
responsabilidad por parte de los estudiantes al
momento de autoevaluarse, la docente usó el mismo
instrumento de evaluación que los estudiantes
para evaluar las mismas actividades, encontrando
que había coincidencia entre las calicaciones y
valoraciones de los estudiantes con las suyas.
Análisis de los resultados
Como fruto del análisis de los resultados, se obser
que los alumnos consideran que la autoevaluación
les ayudó a mejorar sus prácticas académicas, lo
cual nos remite a lo planteado por Pérez (2000)
sobre la importancia de intercambiar roles durante el
proceso de evaluación para promover la autonomía y
autorregulación. En este orden, dar a los estudiantes
la oportunidad de colocarse del otro lado y asumir
el compromiso de otorgarse una calicación les
conduce a un proceso de madurez académica y
sentido de pertenencia en relación con la asignatura
que están cursando.
Además, el hallazgo de que la mayoría de los
estudiantes encuestados expresó que solamente se
le había permitido autoevaluarse en una asignatura
nos remite a lo planteado inicialmente acerca de que
se le debe dar más importancia a los procesos de
autoevaluación en el entendido de que la misma está
contemplada como una necesidad poco atendida
en las prácticas diarias según los autores Salinas y
Cotillas (2007) citados en la revisión de la literatura.
Finalmente, los estudiantes demostraron un alto nivel
de responsabilidad en sus autoevaluaciones, en
187186
tanto que los niveles de dominio que se atribuyeron
en la rúbrica coincidieron con la evaluación de la
maestra, lo que concuerda con lo planteado por
Pérez (2000) en las teorías que sirven de referente
a este trabajo, cuando expone que el contexto
universitario es ideal para este tipo de prácticas por
el grado de madurez que posee el estudiantado.
Esto pudo comprobarse al comparar los resultados
de la evaluación realizada por la docente y la
autoevaluación, pues algunos estudiantes incluso
se otorgaron una puntuación menor a la asignada
por la docente.
Conclusiones y recomendaciones
A continuación, se exponen las principales
conclusiones a las que se ha arribado como
resultado tanto del estudio de los antecedentes
citados como del trabajo de campo hecho con
los participantes.
Como fruto de las observaciones y el análisis de los
datos, se ha podido concluir que la autoevaluación
incide de forma positiva en el rendimiento académico
de los estudiantes, la toma de conciencia y sentido
de responsabilidad en su rol de estudiantes. Incluir
la autoevaluación como parte de las estrategias
genera, además, un clima de conanza y empatía
entre los alumnos y el docente que incide en el clima
de aula, en tanto que los estudiantes se sienten
escuchados y tomados en cuenta.
En cuanto al objetivo general de este estudio,
analizar la percepción de los estudiantes en torno
a la autoevaluación, los hallazgos principales
permiten armar que existe una sentida necesidad
por parte de los estudiantes de que en el entorno
universitario se le otorgue más importancia a la
autoevaluación, en tanto que ha demostrado ser una
estrategia favorable en la experiencia académica.
Los estudiantes valoran de forma positiva que se
les dé la oportunidad de autoevaluarse y consideran
que favorece sus aprendizajes.
También, en atención a este objetivo, ha quedado
evidenciada la necesidad de dialogar con los
estudiantes, escuchar sus voces y tomar sus
experiencias en la universidad como fuentes
de aprendizajes a partir de las cuales se puede
mejorar signicativamente, no solo su proceso de
aprendizaje, sino también la docencia. De igual
forma, a la luz de los resultados se puede inferir
que es importante introducir cambios en las formas
en que evaluamos los aprendizajes de nuestros
estudiantes, quienes evidenciaron que en muy pocas
asignaturas se les da la oportunidad de participar
en el proceso de evaluación. En la práctica, la
autoevaluación parece ser un desafío para el
docente, pues implica otorgar un rol participativo
al estudiante de que pueda incluso cuestionar las
formas en que es evaluado.
Finalmente, se concluyó también que el estudio
enfrenta algunas limitaciones relacionadas con el
cuestionario aplicado a los estudiantes, debido
a la carencia de preguntas abiertas en la que
los estudiantes pudieran exponer de forma más
amplia sus consideraciones en relación con la
autoevaluación.
Ante estos hallazgos, se brindan las siguientes
recomendaciones a los docentes:
Otorgar un rol activo a los estudiantes a
través de la autoevaluación e inducirlos por
medio de los resultados a reexionar y tomar
decisiones en relación con sus aprendizajes.
Asegurarse de que los estudiantes
comprenden las consignas que guían las
actividades y los instrumentos de evaluación
que usarán en el proceso de autoevaluación.
Crear un clima de conanza y empatía
con el estudiante en el que se conciba la
autoevaluación como un proceso de mejora
de los aprendizajes.
Incentivar a los estudiantes para que asuman
la autoevaluación como una oportunidad
de generar cambios en su vida académica.
Profundizar más en el tema de la
autoevaluación para conocer la percepción
de otros grupos de estudiantes, a través de
instrumentos cualitativos que contemplen
preguntas abiertas e incluyan otras
dimensiones.
Finalmente, y a modo de conclusión general, resulta
importante enfatizar que la autoevaluación no excluye
al docente del escenario, ya que él es quien organiza
el proceso y otorga al estudiante un rol fundamental,
es decir, lo involucra y le da las herramientas para
evaluarse al proporcionarle los instrumentos para
estos nes con criterios previamente establecidos.
Por lo anterior, en esta actividad el estudiante se
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pone en contacto con su realidad, reexiona en
torno a ella, se cuestiona y se otorga la calicación
en función de una puntuación que ha sido jada,
pero el docente no ha estado al margen, sino que
ha tenido también una participación responsable.
Esta interacción maestro-alumno en este proceso
propicia el diálogo, la negociación y el crecimiento
de ambos actores. Denitivamente, el proceso de
autoevaluación enseña a los estudiantes a pensar
en sí mismos, mirar en su interior y a crecer con
responsabilidad y participación crítica.
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