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La educación general transdisciplinaria y descolonial
en una sociedad democrática1
_______________
Transdisciplinary and decolonial general
education in a democratic society
Recibido: 3 de octubre de 2021 | Aprobado: 23 de noviembre de 2021
Resumen
Esta es una re exión conceptual crítica de la educación general
transdisciplinaria como vía promotora de la descolonialidad en una
sociedad democrática. Se analiza holísticamente la importancia
de la pluralidad e integración de saberes, experiencias, vivencias
y valores de quienes participan en el proceso educativo, su
consecuente resultado en praxis transformadoras y la potenciación de la ciudadanía en un contexto democrático
emancipador. Filosó camente, esta visión, transdisciplinaria y descolonial promueve una conciencia ética y de
acción política compleja que requiere un examen crítico de la relación entre la enseñanza y el aprendizaje y
todos sus componentes complejos. Es una propuesta de convergencia crítica hacia el advenimiento de una
nueva forma de ser, pensar, hacer y sentir para quienes participan en este complejo proceso. Se discute tres
áreas temáticas: (1) Educación general transdisciplinaria y democracia, (2) Pluriálogos, descolonialidad y vida
democrática y (3) Descolonialidad, praxis democrática y educación general transdisciplinaria. Este trabajo
tiene el n de generar praxis transformadoras de la sociedad, donde el conocimiento sea democratizado,
liberador y emancipador en el contexto de las condiciones en que se inserta en Latinoamérica y el Caribe. La
conclusión de este trabajo lleva a considerar que la producción de nuevos conocimientos y la revaloración
axiológica de la educación general desde la transdisiciplinariedad descolonial señalará posibles rutas para
el ensayo de alternativas democráticas en atención de la complejidad social actual.
Palabras clave: Educación general, transdisciplinariedad, Complejidad, descolonialidad, vida democrática
_____________________________
1 Ponencia presentada en junio de 2021 en el XII Simposio Internacional de Estudios Generales (modalidad virtual). Ponti cia Universidad Católica Madrey
Maestra (PUCMM), República Dominicana, y Red Internacional de Estudios Generales (RIDEG).
* Catedrático retirado de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla. Posee un bachillerato en artes en Ciencias Políticas y una maestría en artes
en Psicología Social Comunitaria de la Universidad de Puerto Rico y un doctorado en Psicología Ambiental de The Graduate School and University
Center of the City University of New York. Para contactar al autor: juliov.montalvo@upr.edu
_____________________________
ISSN (en línea): 1814-4152 / Sitio web: http://cuaderno.pucmm.edu.do
CÓMO CITAR: Montalvo Del Valle, J. (2022). La educación general transdisciplinaria y descolonial en una sociedad democrática. Cuaderno de Pedagogía
Universitaria, 19 (37), 36-46.
Julio V. Montalvo Del Valle*
juliov.montalvo@upr.edu
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 19 NÚMERO 37 | PP 36 - 46
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Abstract
This is a critical conceptual reection of transdisciplinary general education as a promoter of decoloniality in
a democratic society. The importance of plurality and integration of knowledge, experiences, signicant life
experiences and values of those who participate in the educational process, its consequent result in trans-
formative praxis and the empowerment of citizenship in an emancipatory democratic context, is holistically
analyzed. Philosophically, this transdisciplinary and decolonial vision promotes an ethical consciousness and
complex political action that requires a critical examination of the relationship between teaching and learning
and all its complex components. It is a proposal for critical convergence towards the advent of a new way of
being, thinking, doing, and feeling for those who participate in this complex process. Three thematic areas
are discussed: (1) Transdisciplinary general education and democracy, (2) Pluri-dialogues, decoloniality and
democratic life and (3) Decoloniality, democratic praxis and transdisciplinary general education. This work
has the purpose of generating transformative praxis in society, where knowledge is democratized, liberating,
and emancipating in the context of the conditions in which it is inserted in Latin America and the Caribbean.
The conclusion of this work leads to consider that the production of new knowledge, the axiological revalu-
ation of general education from the decolonial transdisciplinarity will point out possible routes for the test of
democratic alternatives in attention of the current social complexity.
Keywords: General Education, transdisciplinarity, complexity, decoloniality, democratic life.
Introducción
Este trabajo es una reexión conceptual crítica
de la educación general y su planteamiento
transdisciplinar como vía promotora de la
descolonialidad en una sociedad participativa y
democrática. Los temas son abordados desde una
perspectiva holística considerando la importancia
de los pluriálogos (pluralidad de diálogos), la
integración de saberes, experiencias, vivencias
y valores de quienes participan del proceso, su
consecuente resultado en praxis transformadoras
y la potenciación de la ciudadanía en un contexto
democrático emancipador. De acuerdo con Rincón
et al. (2015):
La decolonialidad como parte constitutiva de
la matriz analítica modernidad/colonialidad,
establece una relación de diálogo conictivo
que surge en el mismo momento que comienza
el despliegue e imposición planetaria de la
retórica salvacionista moderna, su visión
prepotente del mundo, así como el ejercicio
exagerado del poder, constituyéndose esta
última categoría en uno de los debates centrales
de la red modernidad/colonialidad sobre la cual
descansa buena parte de la reexión que da
como derivación el proyecto decolonial. De
igual manera, han sido otras las discusiones
que han mantenido ocupados a los llamados
pensadores de la red modernidad/colonialidad,
conceptos que explican el comportamiento,
intenciones, prejuicios del poder imperial hasta
aquellos que se presentan como una alternativa
justa y comprometida éticamente con la paz
y la dignidad de los pueblos del mundo, en
otras palabras, conceptos como: colonialidad
del poder, del ser, del saber, interculturalidad,
transmodernidad son sin duda supuestos
losócos, ontológicos y epistémicos clave
dentro del proyecto decolonial (Rincón et al.,
2015, pp. 81-82).
La educación general como vía descolonial debe
asumirse de forma transdisciplinaria y aportar a
un análisis develador de la colonialidad así como
de sus formas de reproducirse en las actividades
de los procesos de enseñanza y aprendizaje,
en los programas de estudio (colonialidad
curricular), en las prácticas docentes tradicionales
y, más ampliamente, en las acciones prácticas
cotidianas de la complejidad holística. Quienes
participan en tal complejidad, deben ser agentes
activos, conscientes de la integración de saberes,
experiencias y propuestas transdisciplinarias. De
esta manera, irían dirigidas hacia un proceso de
transformación para deconstruir las relaciones
estructurales de la colonialidad en la educación
general y dar paso a alternativas basadas en las
praxis democráticas descoloniales.
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Dentro de esta visión, transdisciplinaria y
descolonial, hay un posicionamiento ético y de
acción política que requiere una toma de conciencia
crítica de la correspondencia entre la enseñanza
y el aprendizaje, la docencia y el conjunto de
todos sus componentes complejos. Esta es una
propuesta de conuencias críticas crítica hacia de
una nueva forma de ser, pensar, hacer y sentir para
quienes participan de este complejo proceso en
la Universidad y más allá de ella. Va encaminada
a generar praxis transformadoras de la sociedad,
donde el conocimiento sea democratizado, liberador
y emancipador en el contexto de las condiciones
históricas, sociales y culturales en que se inserta.
Es un compromiso fundamental de atender asuntos
de vigencia, pertinencia y urgencia por parte de las
sociedades mundiales actuales, que atañen a las
personas, comunidades y otras conguraciones
históricas, sociales, políticas y culturales. Son parte
de la complejidad social la sustentabilidad de la
vida, lo ambiental y ecológico, la salud humana
y del planeta, la crisis cultural, la globalización,
las guerras, el patriarcado, el tema del género
y sus ramicaciones (feminicidios, la educación
con perspectiva de género y otras) por un lado;
las drogas, la corrupción y las policrisis, entre
otros, que requieren un posicionamiento ético
transdisciplinario y descolonial como elementos
de la educación general universitaria, por el otro.
También incluye la consideración de una conciencia
ciudadana que uya desde la pluralidad y se asuma
en un discurso democrático y descolonial. Todo
esto fundamentado en la praxis transformadora ante
el poder acaparador de los Estados y gobiernos
todopoderosos promotores de la inequidad,
desigualdad económica y la injusticia social.
Ante la complejidad social, la educación general
universitaria suele reejar amplias y diversas
tendencias históricas, sociales y culturales. Estos
marcos de referencia señalan posibles rutas a
seguir en la investigación y aplicación práctica de
la educación general.
En ellos se entremezclan manifestaciones
vitales junto a concepciones epistemológicas,
metodológicas, ontológicas, teóricas y prácticas
impartiéndole una dinamicidad única a los diversos
quehaceres y prácticas docentes, en y fuera del
salón de clases.
El tema de la descolonialidad adquiere un
relieve particular al vincularlo al tema de la
transdisciplinariedad en el contexto de la
educación general en tanto posibilita la pluralidad
de “diálogos”, de pluriálogos, entre distintas áreas
del conocimiento que producirá nuevas epistemes.
Esta exposición a campos del saber inherentes a los
problemas y retos de la educación general presta
atención a la pertinencia y la diversidad de modos
de organizar efectivamente las prácticas docentes
universitarias en América Latina y el Caribe,
Tanto el pensamiento descolonial como el Paradigma
de la Complejidad y la transdisciplinariedad
desmontan transgresivamente el discurso de la
modernidad que aún sigue presente en la educación
general universitaria manteniendo nociones de
universalismo eurocéntrico. Es menester hacer,
pensar y sentir de maneras diversas, formas de
transformación, emancipación y transgresión en
todos los órdenes de la vida y la existencia desde
el profundo autoexamen y asumir posicionamientos
en los distintos planos de la complejidad de nuestra
existencia y conciencia vital.
Por ello viene al caso el planteamiento de Morin
sobre la transdisciplinariedad como resultado
histórico de las imperfecciones crecientes en los
modos dominantes de construir el conocimiento
desde aproximadamente tres siglos. Esta es una
manera de organización de los conocimientos que
trascienden las disciplinas de una forma radical. La
transdisciplina nos invita a procurar un conocimiento
lo más completo posible, aquel que puede
comprender el mundo desde todas las perspectivas
y dialogar con la diversidad de los saberes humanos.
Apunta a ese diálogo cuestionante que impera en
toda mente que aspira la búsqueda compleja de un
saber que transciende a una disciplina en particular
con el n de comprender el mundo desde la unidad
del conocimiento, a sabiendas de que se trata de
un conocimiento inacabado, relacional y complejo.
(Morin, 2018).
Transdisciplina y complejidad están
estrechamente unidas como formas de
pensamiento relacional y como interpretaciones
del conocimiento desde la perspectiva de la
vida humana y el compromiso social. Nicolescu
(1996) plantea:
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La imperiosa necesidad de proponer, vivir,
aprender y enseñar un pensamiento complejo,
que vuelva a tejer las disciplinas como
posibilidad de humanidad en completud (sic);
y que sólo de esta manera se vencería la eterna
limitación y fragmentación del sujeto separado
de mismo en la búsqueda del conocimiento.
(Nicolescu, 1996, en Morin, 2018, p.3).
Siendo así la transdisciplina, el análisis de
la complejidad y el pensamiento decolonial
o descolonial forman una unidad compleja
epistemológica, ontológica, metodológica y
práctica. Esta unidad es parte fundamental de la
educación general, dentro y fuera del ambiente
universitario. Es requerida para la construcción de
nuevos marcos analíticos y la promoción de praxis
democráticas transformadoras de la sociedad.
Algunas instancias donde se puede ver
concretamente la construcción de estas gestiones
son el trabajo comunitario en el que grupos de
ciudadanos y ciudadanas colaboran conjuntamente
con grupos de estudiantes universitarios realizando
actividades donde ambos aprenden de la
interacción y el trabajo realizado. Otra instancia es
el trabajo cultural que realizan grupos de vecinos
en cooperación con grupos universitarios de
donde salen proyectos de creatividad y aprendizaje
popular para fomentar la búsqueda de alternativas
a asuntos de interés vecinal. No menos importantes
son los proyectos de autogestión comunal a través
de comedores sociales urbanos y cooperativas
de alimentos donde personas de la comunidad y
estudiantes universitarios se integran para compartir
conocimientos, experiencias organizativas y
aprendizajes vivenciales que luego forman bases
para seguir mejorando la experiencia.
Educación general transdisciplinaria y
democracia
Toda educación general transdisciplinaria como
vía descolonial y democrática es un proceso
multidimensional complejo en tanto histórico,
social, económico, político, cultural y psicológico
que atraviesa y transcurre en todos los aspectos de
las vidas de sus participantes. Como vía promotora
de la descolonialidad en una sociedad participativa
y democrática se maniesta transversalmente
en su complejidad. Es holística y considera la
importancia de los pluriálogos (o pluralidad de
diálogos), la integración de saberes, experiencias,
vivencias y valores de docentes y aprendices y
otros participantes. Desde un punto de vista
práctico, deberá resultar en praxis transformadoras
y potenciadoras de dinámicas democráticas
emancipadoras.
La educación general como instrumento descolonial
transdisciplinario debe aportar al análisis develador
de la colonialidad, a sus formas de reproducirse
en los procesos de enseñanza y aprendizaje, en
los currículos y en las prácticas cotidianas de
la complejidad holística (Castro-Gómez, 2007).
Quienes participan en tal proceso complejo deben
ser agentes activos y conscientes en la integración
de saberes, experiencias, propuestas inclusivas y
transdisciplinarias que abarquen transformaciones
para deconstruir las relaciones estructurales de la
colonialidad en la educación general y dar paso a
dinámicas democráticas y participativas.
De esta visión, emana una conciencia ética y de
acción política que produce un examen crítico de la
relación entre la enseñanza y el aprendizaje y todos
sus componentes complejos. La educación general
transdisciplinaria descolonial es una propuesta
de convergencia crítica hacia el advenimiento
de una nueva forma de ser, pensar y hacer de
sus participantes. Como propuesta genera
praxis transformadoras de la sociedad, donde
el conocimiento es democratizado, liberador y
emancipador en el contexto de las condiciones
particulares desde donde se inserta considerando
la vida humana y el compromiso social.
La comprensión de lo complejo en distintas
dimensiones, niveles de realidad y sus relaciones
holísticas en el contexto total de la educación general
es de vital importancia. Es la propia complejidad
social la que impulsa a encontrar soluciones a
problemas complejos desde la transdisciplinariedad
y la descolonialidad. La transdisciplinariedad es
una respuesta a los cambios rápidos, múltiples
que caracterizan la complejidad de las sociedades
de los siglos XX y XXI. La educación general
transdisciplinaria y descolonial puede y debe
ser un instrumento para gestar nuevas formas
de desenvolverse en la vida de las sociedades
democráticas.
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Promover valores de una vida democrática a
través de estudios y prácticas pensadas con
ese n es darles poder a sus participantes en el
proceso educativo para devenir en aprendizajes
transdisciplinarios que integren saberes académicos
formales, sabidurías populares y discursos
subalternos en nuevas epistemes. Ello conlleva
praxis consensuadas para convivir respetando la
diversidad y atendiendo las dimensiones inmediatas
y mediatas de la complejidad social.
La puesta en práctica de la integración de nuevos
conocimientos, la utilización de métodos de
investigación transdisciplinaria y sus resultados
aplicados a nivel cotidiano, supone transformaciones
de las condiciones sociales, históricas, políticas y
culturales de la colonialidad. Como mínimo requiere
llevar a cabo una educación holística de personas
autónomas, con conciencia analítica y crítica que
ejerzan prácticas de convivencia y consensos
colectivos en la praxis democrática. Esta vida y
acción democrática descolonial se aanza en la
educación transdisciplinaria que empodera a la
ciudadanía y le potencia como sujetos cambiantes,
activos, emancipados y humanos con nuevas
cualidades analíticas, emocionales y prácticas.
Una educación general transdisciplinaria y
descolonial supone entendimiento holístico de las
relaciones entre las partes que la componen y el
todo que lo conforma en “lo complejo, complexus,
o lo que está tejido en conjunto” (Morin, 2013).
Implica comprender procesos históricos, sociales,
económicos, políticos, culturales colectivos, así
como los psicológicos individuales que dan forma
y transcurren por todos los aspectos de las vidas
de quienes participan en ella, sus interrelaciones e
interconexiones. También debemos verla como un
vehículo para atender y enfrentar los retos que la
complejidad social plantea por medio del acceso
al conocimiento producido por quienes son parte
del proceso educativo en su contexto y así como
en diversos escenarios concretos, que permitirán
entender nuevas formas de acción, pensamiento y
de inserción en la vida digna, plena, descolonizada
y democrática.
La educación general transdisciplinaria y descolonial
universitaria debe ser un instrumento para que el
estudiantado se empodere para enfrentar retos que
la complejidad social plantea en su inmediatez y en
su mediatez. Mediante el acceso al conocimiento
producido por quienes son parte del proceso
educativo en su contexto y en diversos escenarios
concretos se logrará entender nuevas formas de
acción, pensamiento y de inserción en la vida, digna
y plenamente. Nicolescu (1996) plantea que para
la producción del conocimiento transdisciplinario se
necesita de una mente abierta durante el proceso
de aprendizaje. Esta apertura involucra una relación
con la sociedad civil, con el tiempo del ciberespacio
y una consideración de la universalidad con el n de
redenir los valores que rigen la propia existencia.
Es de notar la gran pertinencia para la práctica
docente en la educación general transdisciplinaria
que tienen estos señalamientos. Nuevos y múltiples
procesos de aprender dirigidos hacia la sociedad
civil, hacia un lugar no físico donde se da en el
tiempo cibernético el propósito de la universidad
y de la educación general y hacia una valoración
sobre la propia existencia y la vida.
Pluriálogos, descolonialidad y vida
democrática
El tema de la colonialidad adquiere relieve particular
al relacionarlo con el de la transdisciplinariedad en
el contexto de la educación general universitaria
en la medida que posibilita pluriálogos entre
distintas áreas del conocimiento y produce nuevas
epistemes. Esto contribuye a la exposición a diversos
campos del saber y presta atención a la pertinencia
y maneras de organizar los componentes de las
prácticas docentes universitarias en América Latina
y el Caribe. Ello ocurre en la medida en que hacer,
pensar y sentir diversas formas de transformación,
emancipación y transgresión se van dando en el
proceso democrático de educación general.
Viene al propósito examinar lo que es colonialidad
por su pertinencia al desarrollo de este análisis. Este
concepto se deriva de colonia. Una colonia es un
territorio sujeto a la administración y gobierno de otro
país, por lo general, una potencia remota llamada
‘metrópoli’, que ha invadido y sometido a sus
habitantes por la fuerza1, por lo cual, generalmente,
carecen de autonomía y autodeterminación. Un
_____________________________
1 (https://www.signicados.com/colonia/)
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claro ejemplo caribeño de lo que es colonia es el
caso de Puerto Rico, una colonia bajo el imperio
español desde 19 de noviembre de 1493, hasta el
25 de julio de 1898 en que se produce la invasión
militar de los Estados Unidos, hasta el presente
donde se maniestan características transmodernas
complejas de colonialidad.
El concepto colonia hace referencia histórica
a la apropiación llevada a cabo por España de
los territorios que conocemos como América.
Apropiación ejecutada al nal de la conquista como
proceso bélico y genocida que comenzó hacia
el siglo XVI, hasta el XIX, a lo largo del cual las
nuevas naciones americanas fueron logrando su
independencia política de la España (Historiografía,
2017)
2
. En párrafos posteriores se abunda en la
participación histórica de otros imperios coloniales
europeos en la llamada conquista de “América”.
La categoría colonialidad o colonialidad del poder
designa al patrón estructural de poder especíco
de la modernidad, originado a partir de la conquista
de América y la subsecuente hegemonía planetaria
europea (Quintero en CECIES, 2010-2019). Fueron
las ideas de Anibal Quijano, sociólogo peruano, las
que redenieron la categoría de “colonialidad”, la
cual surge a partir del marco de interpretación de
la modernidad bajo el prisma histórico y cultural de
Latinoamérica. Quijano (1992) la cataloga como
“el nodo epistémico” para estructurar el poder
hegemónico sobre Latinoamérica. Los orígenes
de esta categoría remiten directamente a las
investigaciones y propuestas teóricas de Quijano,
progenitor de la noción en América Latina (Quijano,
2000a y 2000b; Quijano, 2001; Quijano, 1991,
1992; Quijano y Wallerstein, 1992)
El binomio colonialidad del poder es una noción
sostenida por Quijano (1991, 1992, 1993, 2000ª,
2000b) cuyo n es ofrecernos los esquemas de
dominación global propios del sistema-mundo
moderno/capitalista originados con la conquista de
América en el siglo XVI y denominado el colonialismo
europeo. Inicialmente, esta hegemonía estuvo bajo
el puño del dominio español y, a los pocos años, se
unió el imperio portugués. Más adelante, en el siglo
XVIII el colonialismo pasó a la hegemonía francesa
y holandesa, y también a la par, se hace notorio
el imperialismo inglés que se perpetúa con gran
domino en el siglo XIX. Por último, América Latina
ha sufrido los embates del dominio imperialista
estadounidense desde principios del siglo XX
hasta hoy en día. Así las cosas, la colonialidad del
poder incluye una larga lista de transformaciones
y transmutaciones de las dimensiones subjetivas
(clasicaciones sociales) y materiales (formas de
control del trabajo) de este patrón. (Quintero, 2010).
Rojas Tudela (2017), a partir de las ideas de Quijano,
explica que la colonialidad amerita un entramado
de relaciones sociales intersubjetivas en el que el
dominador reconoce y necesita del dominado con
el n de ejercer su dominio e instaurar su sistema de
explotación, así como para establecer la clasicación
social jerárquica que consiste en la articulación de
todas las formas conocidas de expropiación del
trabajo en una única estructura hegemonizada por
el capitalismo. Así, la colonialidad representa uno
de los elementos constitutivos del patrón global de
poder capitalista.
Resultan interesantes los aportes de Quintero (2010)
sobre el fenómeno político-social independentista
que se inicia en el siglo XIX en la mayoría de las
colonias de América y su efecto en la colonialidad.
Pudiera pensarse que con las independencias se
lograría eliminar la subyugación, ya que su principal
objetivo fue la emancipación. Sin embargo, este
fue un proceso de descolonización, pero no de
descolonialidad. De acuerdo con Quintero (2010),
“los nuevos estados-nacionales latinoamericanos
logran independizarse de las potencias
hegemónicas, pero la colonialidad y sus efectos
fundamentales siguen operando a lo interno de
los distintos países”. A pesar de toda la sangre
derramada, en América Latina la colonialidad
del poder sigue siendo el elemento central de la
estructuración de la sociedad.
La colonialidad del poder, según Quijano, es, sin
dudas, uno de los ejes que estructura el capitalismo
colonial moderno. Podríamos pensar que esta
noción mayormente afecta al sistema laboral-
económico, pero no, su mayor impronta que ha
trascendido la relación colonial original consiste
en la clasicación social jerárquica de la población
latinoamericana según criterios raciales, lo cual ha
_____________________________
2 (http://www.la-razon.com)
42
afectado a todas las manifestaciones del poder
mundial poscolonial.
En la última década se ha generado una honda
expansión de la noción de colonialidad y de sus
usos. Aún más allá de América Latina podemos
encontrar el concepto en distintos estudios.
Según Escobar (2005), “el uso más extendido y
signicativo de la propuesta de la colonialidad está
ligado a lo que se ha conocido como el ‘proyecto
modernidad/colonialidad/decolonialidad’ que
reúne a un conjunto heterogéneo de intelectuales-
activistas latinoamericanos en torno al debate sobre
estas problemáticas”. El autor considera que en las
elaboraciones de Quijano el concepto colonialidad
y colonialidad del poder son permutables, lo que
no sucede con en las producciones posteriores
de otros autores quienes han propuesto distintos
usos y exiones del término colonialidad con el
n de profundizar y enfocar diferentes ámbitos o
problemáticas. Entre las exiones más extendidas
de la noción se encuentran: colonialidad del saber,
colonialidad del ser y colonialidad de la naturaleza.
Debe notarse que
el concepto de colonialidad del poder diere
de la noción de “colonialismo”. Colonialismo
designa una relación política y económica, en
la cual la soberanía de un pueblo reside en el
poder de otro pueblo o nación que explota
la naturaleza y productos del trabajo de los
colonizados. En contraposición a esto, la
colonialidad se reere a un patrón de poder
que emergió como resultado del colonialismo
moderno, pero que en lugar de estar limitado
a una relación de poder entre dos pueblos o
naciones, más bien a la forma como el trabajo,
el conocimiento, la autoridad y las relaciones
intersubjetivas se articulan entre sí a través del
mercado capitalista mundial y de la diferencia
colonial. Así, pues, aunque el colonialismo
precede temporalmente a la colonialidad, la
colonialidad, en tanto matriz de poder, sobrevive
al colonialismo (Quintero, 2010, p. 9, en nota
al calce).
Todo lo anterior expuesto nos permite concluir que la
idea de colonialidad no queda limitada al concepto
de colonialismo, es decir, el dominio de la metrópoli
no acaba en la independencia de la colonia. De
esta manera, la noción de colonialidad apunta a las
diferentes maneras y formas en que se mantiene y
se prorroga la colonia después de la colonia, mejor
dicho, la dominación después de que se dice que
esta cesó o se fue.
Siguiendo la misma idea, cabe señalar que la
categoría colonialidad no designa simplemente a
una “herencia” colonial, sino que se trata de un
modelo estructural de dominación, explotación
y conicto originado con el colonialismo global
europeo. De esta manera, la colonialidad, como
patrón de poder, sobrevive al colonialismo y ha sido
recongurado constantemente durante los cinco
largos siglos desde el origen de la conquista. De
esta manera, la emancipación latinoamericana del
siglo XIX desmanteló al colonialismo, pero no a la
colonialidad, cuyo patrón de poder consiste en el
sistema ordenador y acumulativo de las relaciones
sociales evidente en la trama histórica de América
Latina.
Desde el punto de vista descolonial, Dussel (2013)
también presenta elaboraciones de importantes
consideraciones con la teoría del giro descolonizador
en la que critica la noción de la postmodernidad
de pensadores europeos por eurocéntricas y la
reemplaza por la transmodernidad, ir más allá
de la modernidad. Él resume en cinco puntos
los elementos centrales de esta teoría: 1. el giro
descolonizador como un giro epistemológico; 2.
un nuevo método losóco: lo analéctico, una
anadialéctica; 3. la crítica a la modernidad y al
eurocentrismo; 4. una nueva visión de la historia;
5. y una nueva política.
La descolonialidad como herramienta analítica
transdisciplinaria produce transformaciones
sociales y prácticas democráticas participativas
que deben impulsarse desde la educación general
transdisciplinaria en el contexto de los países
latinoamericanos y caribeños y otras partes del
sistema-mundo.
Descolonialidad, praxis democrática y
educación general transdisciplinaria.
La transdisciplinariedad debe ser descolonial como
sistema de pensamiento complejo. Una educación
general universitaria transdisciplinaria ha de ser
descolonial para ser democrática y promotora de la
transformación social y de prácticas emancipatorias.
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Dussel (2013) concibe la democracia como “la
voluntad de vida de un pueblo”. Se trata de la
capacidad del pueblo para participar en todas las
decisiones, incluyendo las decisiones legales y
políticas. Esta concepción que ofrece Dussel (2013)
redene el poder positivamente, ya que se trata de
un concepto simétrico que concibe la vida en la
factibilidad. Según el autor, signica querer vivir en
libertad para tener cultura propia lo que incluye el
derecho a tener formas de creencias, y no a una
cosmovisión impuesta. Vivir también es querer
comer, querer tener agua y poder elegir el sistema
de gobernanza.
Además, es coincidir consensualmente en
todas las decisiones. La hegemonía es el único
proyecto que la política puede formular porque
un proyecto unánime es imposible. La sede
del poder es de la comunidad política y en
concreto, históricamente, el pueblo, que no es
toda la comunidad política sino los que se hacen
actores del cambio de la historia (está también
el anti-pueblo) (Dussel, 2013, p. 10).
Desde este punto de vista y aplicado a la educación
general descolonial, ésta adquiere un carácter
político amplio donde quienes participan del proceso
tienen la voluntad de fomentar pluriálogos para
realizar acciones consensuadas y modicar los
enfoques y quehaceres tradicionales establecidos.
La educación general transdisciplinaria incorporará
las ideas colectivas que sirvan para promover y
producir nuevos epistemes, praxis y metodologías
vinculadas a la descolonialidad. De esta complejidad
saldría lo que contribuiría a la voluntad de vida de
un pueblo de la que habla Dussel.
El pensamiento descolonial es un pensamiento
complejo y transdisciplinario que recoge el desarrollo
del concepto en todas las facetas del conocimiento,
la acción política que valida las experiencias y
vivencias sociales e históricas en distintas partes
del mundo. Es un punto de partida que revalora las
nuevas perspectivas epistemológicas, ontológicas,
axiológicas, éticas y prácticas del sistema mundo
transmoderno y le da un nuevo sentido a la
complejidad de la vida social y democrática.
Las prácticas docentes dirigidas a la descolonialidad
deben darse en el contexto de los saberes
populares, los saberes ancestrales, las visiones
feministas, las perspectivas ecológico-ambientales
y la diversidad de puntos de vista, experiencias y
vivencias de quienes participan en el proceso de
la educación general latinoamericana, caribeña y
mundial como elementos constitutivos de un nuevo
paradigma descolonial para la educación general
universitaria. Sin embargo, es fundamental superar
el eurocentrismo y la occidentalización como
modelos fundacionales de la educación general. El
pensamiento descolonial requiere de una educación
general contextualizada y situada geopolítica,
histórica, social y culturalmente, en la realidad
latinoamericana y caribeña. La transdisciplinariedad
admite y acepta la coexistencia de diversas
epistemes, posibilita y promueve pluriálogos de
saberes y sentires dentro y fuera de la Universidad.
También es preciso revisar críticamente los planes
de estudios o currículos que permitan posturas
éticas y acciones prácticas correspondientes a esta
forma de docencia descolonial y transdisciplinaria.
Requiere que los programas curriculares tomen en
seria consideración e importancia los contenidos
curriculares formales, las vivencias y los trasfondos
experienciales que traen los estudiantes en su
bagaje vital al momento de entrar a la universidad.
Ello representaría el abandono de la colonialidad
curricular.
Desde el punto de vista transdisciplinario, es
en el plan de estudios donde se maniesta la
importancia de las disciplinas, su insuciencia y
limitaciones para la producción de conocimientos
desde la educación general universitaria que
recalca la importancia del uso de la razón sobre
otras características de los seres humanos. Se
ignora la subjetividad, la afectividad, el amor y el
arrepentimiento en sus propias vidas, poseedoras
de un componente irracional importante. Esto no
es así en la cosmovisión andina ni en la africana,
donde la experiencia juega un papel fundamental en
tanto productora de conocimientos (Vélez Cardona,
2014).
El respeto a la diversidad de cosmovisiones y al
papel de nuestra propia subjetividad en el proceso
de sentir/pensar es básico en una docencia
transdisciplinaria que transgrede los cánones y
acepte formas de saber y conocer que habían
sido negadas por la academia occidental, colonial
y moderna. Esto no signica obliterar la ciencia o
los saberes occidentales modernos, sino de llevar a
cabo una integración epistémica. “Un pensamiento
44
integrativo en el que la ciencia occidental pueda
“enlazarse” con otras formas de producción de
conocimientos”. (Castro Gómez, 2007, p. 87)
Se trata de dar espacios igualitarios y signicativos
a los diferentes conocimientos y de ampliar las
discusiones epistemológicas, así como maximizar la
contribución de cada uno de ellos en la construcción
de una sociedad más democrática, justa y más
armónica en su relación con la naturaleza y con el
planeta. Es permitir una discusión pragmática entre
criterios alternativos de validez que no descalique
de una vez todo lo que no cabe en el canon
epistemológico de la ciencia moderna (Boaventura
de Sousa Santo, 2007, en Vélez Cardona, 2014).
También es importante contextualizar e identicar
el lugar desde donde se formula el conocimiento
al analizar la aportación de diversos saberes
producidos a través de la historia ya que son saberes
situados. El mal llamado “universalismo” (Maldonado
Torres, 2007; Mignolo, 2000; Dussel, 2013), es
una noción generada en Europa Occidental y
promovida como exclusiva, válida y legítima en
tanto fuente de saber, porque es la única que
sigue los patrones de la racionalidad “cientíca”,
impulsada fundamentalmente a partir del Siglo XVIII
por hombres blancos de apenas cinco países del
mundo (Alemania, Francia, Italia, Inglaterra y Estados
Unidos) (Vélez Cardona, 2014).
Al considerar la práctica docente hay que tomar
en cuenta el elemento curricular y admitir que
los currículos son maniestos donde se plasman
intencionalidades educativas sobre el perl de ser
humano que se pretende desarrollar. Explicitar
las intencionalidades y asumir posturas éticas en
relación con las prácticas docentes y los procesos
de producción de conocimientos es un compromiso
ineludible de la educación general transdisciplinaria
y descolonial.
La idea de la práctica docente transdisciplinaria
implica una amplia noción política y denota una
estrecha relación entre saber y poder. La frase
“el conocimiento es poder” (knowledge is power)
mencionada en círculos académicos en décadas
anteriores subraya el carácter de esta relación. Por lo
tanto, posicionarse éticamente desde la producción
de un conocimiento situado es acceder al poder
para lograr transformaciones en el mundo real, de
armación de la vida en la factibilidad (Dussel,2013).
Una educación general situada en el Caribe remite
al pensamiento de varios pensadores, entre los que
se destacan los martinicenses Aimé Césaire y Franz
Fanon. Vélez Cardona (2006), defensor perenne de
la renovación y el fortalecimiento de los Estudios
Generales en el Caribe y Latinoamérica, cuestiona
al eurocentrismo y se apoya en las ideas de Césaire,
quien propone “que será del África negra, la madre
de nuestra cultura y nuestra civilización antillana, de
la que provendrá la regeneración de las Antillas; no
de Europa, que solo puede perfeccionar nuestra
alienación, sino de África, que es la única que
puede revitalizar las Antillas”. (Césaire, 2006 en
Vélez Cardona, 2014).
El Caribe resulta ser un buen punto de partida para
iniciar una nueva visión de los Estudios Generales.
El pensamiento caribeño es aún más complejo que
el resto de los países de América Latina dado que
se origina de cosmovisiones diversas: europea,
africana, autóctona de los pueblos que habitaban el
Caribe, asiática y latinoamericana. La construcción
de nuestra concepción del mundo partirá de esa
realidad compleja. Según Vélez Cardona (2014),
esta cosmovisión será:
no de manera provincial, sino todo lo contrario;
sin exclusiones, censuras, represiones, ni
jerarquías arrogantes. Lo haremos de manera
participativa e incluyente, reconociendo las
aportaciones de pensadores caribeños como
Fanon, Césaire, Eduoart Glissent (Martinica),
Michel-RolphTrouillot (Haití), Paget Henry
(Antigua), Lewis Gordon (Jamaica), Ochie
Curiel (República Dominicana), Maldonado-
Torres (Puerto Rico), Pedro Sotolongo (Cuba),
entre muchos y muchas otras, incluyendo a
las presentes. El desarrollo de unos Estudios
Generales Latinoamericanos y Caribeños es un
proyecto que requiere del concurso de múltiples
voluntades.
Conclusión
Una educación general transdisciplinaria
es necesaria como práctica de docencia
democrática que trasciende la Universidad y se
entrelaza con la vida activa de los ciudadanos
y ciudadanas para producir transformaciones
desde el compromiso social. La educación general
transdisciplinaria descolonial es una herramienta
para posibilitar la producción de conocimientos
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 19 NÚMERO 37 | PP 36 - 46
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nuevos y metodologías para potenciar las praxis
democráticas. La transdisciplinariedad es por
denición democrática y el pensamiento descolonial
igualmente promueve visiones democráticas
del poder, del saber, del ser y de concepciones
contextualizadas histórica, social, cultural y
existencialmente. Ambas requieren ser agentes
activos y conscientes de la integración de saberes,
experiencias, vivencias y propuestas inclusivas que
conduzcan a procesos de transformación política
para deconstruir las relaciones estructurales de la
colonialidad en la educación general y dar paso
a alternativas dinámicas donde el conocimiento
sea democratizador, liberador y emancipador en
el contexto de las condiciones en que se inserta.
La puesta en práctica de la integración de nuevos
conocimientos, la utilización de métodos de
investigación transdisciplinaria y sus resultados
aplicados a nivel cotidiano supone transformaciones
de las condiciones sociales descoloniales a los que la
educación general puede aportar signicativamente
dentro y fuera de la Universidad. La revisión crítica
de los currículos disciplinarios y su transformación
en transdisciplinarios y descoloniales ocurrirá
mediante la integración de nuevas epistemes a
través de pluriálogos y acciones democráticas
producidas por los actores en el proceso. El empleo
de metodologías participativas y un posicionamiento
ético claro con respecto a los resultados que se
desean obtener de esta práctica llevará a construir
alternativas descoloniales, consensuadas y situadas
en el contexto en que surgen.
Fuera del contexto de la educación general
universitaria, es necesario fomentar el desarrollo
de personas autónomas, con conciencia analítica
y crítica que ejerzan prácticas de convivencia
y consensos colectivos en la vida y la praxis
democrática. Esta vida y acción democrática se
aanza en la educación transdisciplinaria que
empodera en las personas acciones consensuadas
colectivas y les potencia como sujetos cambiantes,
activos, emancipados y humanos totales con nuevas
cualidades analíticas y prácticas descoloniales.
La transdisciplinariedad, la complejidad y el
pensamiento descolonial son inseparables como
elaboraciones conceptuales y como formas de
acción humana que persiguen una valoración
crítica de la vida y del humano enfrentado a las
realidades que plantean las sociedades del siglo
XXI. La reexión ontológica, epistemológica y
metodológica entran en juego para descubrir
nuevas axiologías éticas y estéticas para integrar
en el entendimiento y nuestra inteligencia emocional
que dentro de la diversidad todos formamos un Todo
complejo. Es en las relaciones e interconexiones
de la multidimensionalidad y la aspiración a vivir
y convivir pensando y actuando para el benecio
de los humanos, las cosas vivas, la ecología,
el ambiente y la conciencia planetaria que se
produce tal conjunción. Este análisis considera
el pensamiento descolonial como forma de
conocimiento transdisciplinario y medularmente
democrático y que aporta a la comprensión de la
complejidad en las distintas manifestaciones del
poder, lo político, los elementos históricos, sociales
y culturales como parte del contexto en que se da
la educación general transdisciplinaria.
La educación general queda inmersa en esta forma
de ver la complejidad de la realidad social y potencia
el empoderamiento de los actores participantes en
el proceso educativo transdisciplinario y descolonial.
La dinámica de este proceder sitúa a la educación en
el centro de acciones transformadoras transmitiendo
y fomentando el desarrollo de cualidades de los
sujetos en la vida democrática. Al n de cuenta,
la agenda auto impuesta es la de atender las
complejidades de las sociedades contemporáneas
y las polarizaciones geopolíticas que amenazan con
destruir la vida en la colonialidad del poder según
la conocemos en el capitalismo salvaje neoliberal,
el cambio climático, la crisis de comunicación, es
decir, las policrisis de nuestro tiempo.
La producción de nuevos conocimientos, la
revaloración axiológica de la educación general
desde la transdisciplinariedad descolonial señalarán
posibles rutas para el ensayo de alternativas
democráticas en atención de la complejidad social
actual. Una educación general transdisciplinaria y
descolonial situada en Latinoamérica y el Caribe
lleva a tener en seria consideración y aprecio a las
signicativas aportaciones para los seres humanos
que podemos ser y para ocupar un lugar digno
con respeto a la vida, a las cosas vivas y a nuestro
planeta.
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