CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 19 NÚMERO 37 | PP 36 - 46
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claro ejemplo caribeño de lo que es colonia es el
caso de Puerto Rico, una colonia bajo el imperio
español desde 19 de noviembre de 1493, hasta el
25 de julio de 1898 en que se produce la invasión
militar de los Estados Unidos, hasta el presente
donde se maniestan características transmodernas
complejas de colonialidad.
El concepto colonia hace referencia histórica
a la apropiación llevada a cabo por España de
los territorios que conocemos como América.
Apropiación ejecutada al nal de la conquista como
proceso bélico y genocida que comenzó hacia
el siglo XVI, hasta el XIX, a lo largo del cual las
nuevas naciones americanas fueron logrando su
independencia política de la España (Historiografía,
2017)
2
. En párrafos posteriores se abunda en la
participación histórica de otros imperios coloniales
europeos en la llamada conquista de “América”.
La categoría colonialidad o colonialidad del poder
designa al patrón estructural de poder especíco
de la modernidad, originado a partir de la conquista
de América y la subsecuente hegemonía planetaria
europea (Quintero en CECIES, 2010-2019). Fueron
las ideas de Anibal Quijano, sociólogo peruano, las
que redenieron la categoría de “colonialidad”, la
cual surge a partir del marco de interpretación de
la modernidad bajo el prisma histórico y cultural de
Latinoamérica. Quijano (1992) la cataloga como
“el nodo epistémico” para estructurar el poder
hegemónico sobre Latinoamérica. Los orígenes
de esta categoría remiten directamente a las
investigaciones y propuestas teóricas de Quijano,
progenitor de la noción en América Latina (Quijano,
2000a y 2000b; Quijano, 2001; Quijano, 1991,
1992; Quijano y Wallerstein, 1992)
El binomio colonialidad del poder es una noción
sostenida por Quijano (1991, 1992, 1993, 2000ª,
2000b) cuyo n es ofrecernos los esquemas de
dominación global propios del sistema-mundo
moderno/capitalista originados con la conquista de
América en el siglo XVI y denominado el colonialismo
europeo. Inicialmente, esta hegemonía estuvo bajo
el puño del dominio español y, a los pocos años, se
unió el imperio portugués. Más adelante, en el siglo
XVIII el colonialismo pasó a la hegemonía francesa
y holandesa, y también a la par, se hace notorio
el imperialismo inglés que se perpetúa con gran
domino en el siglo XIX. Por último, América Latina
ha sufrido los embates del dominio imperialista
estadounidense desde principios del siglo XX
hasta hoy en día. Así las cosas, la colonialidad del
poder incluye una larga lista de transformaciones
y transmutaciones de las dimensiones subjetivas
(clasicaciones sociales) y materiales (formas de
control del trabajo) de este patrón. (Quintero, 2010).
Rojas Tudela (2017), a partir de las ideas de Quijano,
explica que la colonialidad amerita un entramado
de relaciones sociales intersubjetivas en el que el
dominador reconoce y necesita del dominado con
el n de ejercer su dominio e instaurar su sistema de
explotación, así como para establecer la clasicación
social jerárquica que consiste en la articulación de
todas las formas conocidas de expropiación del
trabajo en una única estructura hegemonizada por
el capitalismo. Así, la colonialidad representa uno
de los elementos constitutivos del patrón global de
poder capitalista.
Resultan interesantes los aportes de Quintero (2010)
sobre el fenómeno político-social independentista
que se inicia en el siglo XIX en la mayoría de las
colonias de América y su efecto en la colonialidad.
Pudiera pensarse que con las independencias se
lograría eliminar la subyugación, ya que su principal
objetivo fue la emancipación. Sin embargo, este
fue un proceso de descolonización, pero no de
descolonialidad. De acuerdo con Quintero (2010),
“los nuevos estados-nacionales latinoamericanos
logran independizarse de las potencias
hegemónicas, pero la colonialidad y sus efectos
fundamentales siguen operando a lo interno de
los distintos países”. A pesar de toda la sangre
derramada, en América Latina la colonialidad
del poder sigue siendo el elemento central de la
estructuración de la sociedad.
La colonialidad del poder, según Quijano, es, sin
dudas, uno de los ejes que estructura el capitalismo
colonial moderno. Podríamos pensar que esta
noción mayormente afecta al sistema laboral-
económico, pero no, su mayor impronta que ha
trascendido la relación colonial original consiste
en la clasicación social jerárquica de la población
latinoamericana según criterios raciales, lo cual ha
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