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La función de compromiso en
algunas obras de Gabriel García
Márquez en contraste con diversas
cintas cinematográcas. Recursos
pedagógicos que promueven la
sensibilidad y criticidad para un
proceso reconstructor del perdón y la
paz en Colombia
The commitment function in some works by Gabriel
García Márquez in contrast to various cinematographic
lms. Pedagogical resources that promote sensitivity
and criticality for a reconstruction process of
forgiveness and peace in Colombia
Recibido: 15 de octubre de 2020 / Aprobado: 26 de noviembre de 2020
Jonathan Caicedo Girón
a
UNIMINUTO
jcaice15@uniminuto.edu.co
Eusebio Lozano Herrera
b
UNIMINUTO
Eusebio.lozano@uniminuto.edu
a. Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana de UNIMINUTO. Magíster en Estudios Literarios de la Universidad Santo Tomás.
Coordinador académico de CEPLEC y de la Licenciatura en Humanidades de Lengua Castellana en UNIMINUTO. jcaice15@uniminuto.edu.co Tutor de literatura en la
Universidad Santo Tomás Cau – Facatativá. jcaice15@uniminuto.edu.co
b. Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana de UNIMINUTO. Máster Profesor Internacional en la Enseñanza de Lengua
y Cultura Española en la Universidad Ponticia de la Universidad de Salamanca UPSA. Magíster en Innovaciones Sociales en Educación de UNIMINUTO.
Eusebio.lozano@uniminuto.edu
ISSN (en línea): 1814-4152 / Sitio web: http://cuaderno.pucmm.edu.do
CÓMO CITAR: Caicedo Girón, J. y Lozano Herrera, E. (2021). La función de compromiso en algunas obras de Gabriel García Márquez en contraste con diversas cintas
cinematográcas: recursos pedagógicos que promueven la sensibilidad y criticidad para un proceso reconstructor del perdón y la paz en Colombia. Cuaderno de Pedagogía
Universitaria, Vol. 18, n.º 35, enero-junio, pp. 107-121
Resumen
El presente artículo analiza algunos textos del escritor Gabriel
García Márquez, como La hojarasca (1955), El coronel no
tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967),
Los funerales de la mamá grande (1968), Crónica de una muerte anunciada (1981) y Vivir para
contarla (2002), además de algunas producciones cinematográcas como Chircales (1972), El
pianista (2002), Voces inocentes (2004) y SomeTimes in April (2005) como recursos útiles para
fomentar el pensamiento crítico y la sensibilización sobre la construcción de los procesos de paz
en Colombia con los estudiantes de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. La asignatura de
Comunicación Escrita posibilita una integración de los saberes a través de la lectura, la escritura
y el cine desde una mirada praxeológica que metodológicamente devela cómo se desenvuelve el
asunto desde una perspectiva pedagógica en el aula. La propuesta integra a los estudiantes de
todas las carreras de primer semestre. El objetivo principal estriba en reejar cómo progresivamente
cada uno de los estudiantes se va sensibilizando a partir de los ejercicios de introspección que
propenden por la unicación de relatos que promueven un pensamiento reexivo y crítico a través
de un proceso de alteridad. El asunto se enfoca en crear nuevas sensibilidades y experiencias al
analizar algunos relatos del autor caribeño, cuya narrativa permite repensar la noción del perdón
y de la reconciliación, así como el análisis de algunos lms, ambos recursos para la construcción
de un sentir social que evidencie cómo desde la universidad se tejen alternativas educativas que
pueden impactar los contextos.
Palabras clave: pedagogía; paz; literatura; cine; alteridad.
Abstract
This article analyzes some texts by the writer Gabriel García Márquez how La hojarasca (1955), El
coronel no tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967), Los funerales de la mamá
grande (1968), Crónicas de una muerte anunciada (1981), y Vivir para contarla (2002), as well
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1. Introducción
En la universidad, especícamente a través
de asignaturas humanísticas, ha surgido la
inquietud en torno al papel del arte y la literatura,
en particular, en la formación integral de los
estudiantes. Este estudio pretende evidenciar
nuestra edicación de proyecto garcíamarquiano
como una estrategia de aula en el fortalecimiento
de los procesos de la lectura y de la escritura con
estudiantes de UNIMINUTO, mediado por una
perspectiva praxeológica, pues la narrativa de
Gabriel García Márquez pone en evidencia un
contexto social y literario que permite pensar los
procesos de cambio, de paz, de reconciliación y
de perdón. También se muestra cómo el uso de
algunas cintas cinematográcas permite reejar
los mecanismos a través de los cuales distintas
naciones del mundo han vivido el conicto de
manera directa en sus diversas facetas.
Es necesario implementar una estrategia
de corte crítico y reexivo que les permita a
los estudiantes pensar su país desde otros
escenarios. La universidad debe brindar
horizontes amplios que posibiliten procesos de
transformación y de cambio. La narrativa de
Gabriel García Márquez será analizada junto a
algunas cintas cinematográcas con el objetivo
de hallar puntos de comparación que permitan
un encuentro entre los elementos propuestos en
las cintas y en las obras, ejercicio interpretativo
que deconstruye algunas miradas y visiones de
mundo de los autores a través de las acciones
de sus personajes. Hacer este rastreo también
nos posibilita anclar factores decisivos en la
comprensión de cómo se tejen los procesos de
paz, de reconciliación y de perdón en contextos
diferentes al colombiano, cuyos ejemplos son
una ventana abierta para que los estudiantes
reexionen cómo muchas comunidades han
sentido y vivido los horrores de la guerra y de
los conictos, pero que pese a ello, siempre
existen líneas de fuga que permiten reconstruir
la edicación de sociedades nuevas que desde
las prácticas educativas cosechan mejores
futuros. No en vano se esboza el siguiente
cuestionamiento, ¿cómo hallar en la literatura
de García Márquez y en algunas producciones
cinematográcas elementos especícos que
se constituyan en un bálsamo reconstructor del
perdón y de la paz en Colombia?
La población estudiantil en UNIMINUTO es muy
heterogénea. El carácter social de la universidad
integra a todas las sangres de Colombia. Por
tanto, fácilmente en un salón de clases se
puede hallar diferentes estudiantes de diversas
regiones. Algunos de ellos han lidiado con sus
familias los nutridos escenarios bélicos que se
presentan en la nación. Otros estudiantes han
tenido que vivir desde la periferia y desde las
capitales los despojos del conicto armado.
Se puede aseverar, entonces, que ninguno de
los protagonistas es ajeno a las dinámicas del
conicto.
En efecto, parte de la literatura garcíamarquiana
y las producciones cinematográcas son
elementos artísticos que retratan posibles salidas
a las problemáticas reales. No se trata de un
ejercicio netamente contemplativo. Se trata más
bien de mirar cómo desde nuestro quehacer
como docentes podemos proponer reexiones
que posibiliten el bienestar y la paz. No obstante,
también el asunto se traduce en el actuar del
estudiante ante las dinámicas propuestas, pues
es él quien debe hacer toma de su posición como
actor que transforma el contexto. Diversas son
las salidas que se proponen a n de apropiarnos
de un tema tan neurálgico como la construcción
de la paz en Colombia en donde cada uno de
nosotros tiene su cuota de responsabilidad.
En esta propuesta se aborda parte de la
narrativa de Gabriel García Márquez, como
as some lm productions such as Chircales (1972), El pianista (2002), Voces Inocentes (2004),
and SomeTimes In April (2005), as useful resources to promote critical thinking and awareness
about construction of the peace processes in Colombia with the students of the Minuto de Dios
University Corporation. The Written Communication course enables the integration of knowledge
through reading, writing and cinema. The proposal integrates students from all rst semester
careers. Through a praxeological look that methodologically reveals how the matter unfolds from
a pedagogical perspective in the classroom. The main objective is to reect how progressively
each one of the students is sensitized from the introspection exercises that tend to unify stories
that promote reective and critical thinking through a process of otherness. The issue gravitates in
creating new sensitivities and experiences through some stories by the Caribbean author, whose
narrative allows us to rethink the notion of forgiveness and reconciliation and another lms in the
construction of a social feeling that evidences how educational alternatives are woven from the
university that impact the contexts.
Keywords: pedagogy; peace; literature; lm; alterity.
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la novela Cien años de soledad, que devela
el conicto bipartidista situado a mediados del
siglo XX, en donde liberales y conservadores
pobres se asesinaban cruelmente. La hojarasca,
por su parte, nos contextualiza sobre la masacre
de las bananeras. Evento que luego del paso
del tiempo ha llamado la atención de diversas
poblaciones que no imaginan la barbaridad de
los hechos. En Crónica de una muerte anunciada
se retrata parte de un pueblo colombiano en
donde la única salida posible pareciese ser la
muerte. Así, pues, a través de las obras que se
examinan más adelante se reeja un panorama
amplio de las dinámicas del país concernientes
a los conictos. En líneas generales, las obras
del escritor caribeño ponen en evidencia las
tensiones y los conictos de un país que ha
vivido en la puja política por la paz.
Ahora bien, con relación a algunas producciones
fílmicas, como SomeTimes In April del director
Raúl Peck, nos permite ejemplicar cómo se
tejen los procesos de perdón y reconciliación
por medio del accionar de sus habitantes. En
contraste, la película Voces inocentes (2005)
de Luis Mandoki, pone en evidencia cómo se
desata una guerra civil en donde los niños son
los principales damnicados. Problemática muy
cercana al conicto colombiano en donde el
reclutamiento armado es apenas la cabeza del
iceberg. Mientras tanto, El pianista deja ver las
canalladas y los procesos de deshumanización
de los seres humanos, pero que al nal nos da
una luz de esperanza con el arte como catalizador
de los problemas de la existencia. Finalmente,
el documental Chircales retrata algunas
sociedades patriarcales que también cosecha
desde el odio y desde sus prácticas eventos
que retratan lo difícil de construir un proceso
de paz cuando buena parte de la comunidad no
está comprometida con esta empresa. Cuando
se recurre al material visual, se permiten otras
formas de lectura, que hacen más digerible un
acercamiento al contenido social de la literatura,
dado que el séptimo arte opera como facilitador
pedagógico y didáctico que hace que los
asistentes se conmuevan y puedan pensar cómo
a través de cultivar su moral y sus acciones, se
puedan acercar al otro y reconocerlo como un
par a quien se debe ayudar. Estas producciones
sirven como instrumentos para trabajar de lleno
el proceso sensibilizador en el aula de clase.
Es menester subrayar que se realizó la búsqueda
de estudios previos que dieran cuenta cómo
podríamos abordar nuestra temática desde
una mirada pedagógica y disruptiva. Dentro del
material hallado pudimos constatar cómo en
algunos países se toma a la educación como
eje vital en la construcción de paz, por ejemplo,
en la célebre carta enviada a Colombia por la
intelectual Martha Nussbaum (2016) en la que
expresa: “La nueva Suráfrica fue creada por la
disposición de Nelson Mandela para trabajar
constructivamente con los anteriores opresores,
reconocer sus preocupaciones y desplegar
conanza en ellos como conciudadanos” (p.3). Es
decir, que se trata de un trabajo mancomunado
de respeto hacia los otros. En ese mismo
maniesto menciona que para la edicación
acertada del proceso de paz en Colombia urge
“una política de la reconciliación que también
debe preocuparse profundamente por la forma
de la educación. A todos los niveles, desde la
escuela primaria hasta la educación superior, un
compromiso con el fortalecimiento de los valores
humanos” (p.4) Retomando la cita anterior, la
propuesta pedagógica que planteamos está
en sintonía con lo propuesto por la intelectual
norteamericana. Nuestro compromiso parte de
trabajar a través de la literatura garcíamarquiana
y el cine como herramientas pedagógicas
que aterrizamos al aula y que fomentan el
pensamiento crítico a través de los análisis y las
discusiones.
De otro lado, es importante traer a colación
el estudio de la académica Martiza Álvarez
denominado El texto literario como estrategia
para desarrollar la escritura creativa y el
pensamiento crítico (1997), que tiene por
objetivo el desarrollo de la escritura creativa
para el fortalecimiento del pensamiento crítico,
estudio que permite a los docentes contar con
bases conceptuales y pedagógicas con respecto
a este tema. Además, esta investigación nos
orienta con sus reexiones que giran en torno a
las prácticas educativas. Otra investigación que
se consulta es la de Calderón (2014) titulada:
Implementación de la estrategia didáctica del
desarrollo del pensamiento crítico reexivo en
el análisis literario de Hamlet de Shakespeare
(2014), la cual pone en evidencia el desarrollo del
pensamiento crítico a través de la literatura y el
desarrollo de las competencias argumentativas
de los estudiantes.
A diferencia de los estudios citados, nuestra
temática, como ya hemos anunciado, aborda
algunas obras de Gabriel García Márquez
en conjunto con algunas producciones
audiovisuales como ejes vitales que nos permiten
fraguar un bálsamo que posibilita el desarrollo
del pensamiento crítico para afrontar las heridas
de la guerra. Nuestra meta es que a través de
estos recursos se pueda lograr el cambio en
la forma de pensar al escuchar el discurso del
otro, ya que verse reejado en las peripecias
de los personajes, permite una sensibilización.
Conocer las obras literarias y descubrir el mundo
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de la lectura nos posibilita, a través del discurso
académico, proponer un ejercicio muy serio en
el cambio social y cultural.
A continuación, estaremos presentando las
obras seleccionadas del autor y a la par, los
lms que sirvieron para trabajar los elementos
de contraste. Más adelante, explicamos la
metodología implementada para lograr el
proyecto. Ofrecemos también unas reexiones
hermenéuticas como resultado del análisis de
las obras elegidas; a continuación, los resultados
que el ejercicio provocó en los estudiantes
materializados en textos y ponencias y,
nalmente, presentamos las conclusiones que
ha encauzado este ejercicio.
2. La reflexión y el fomento de la
sensibilidad a través de la narrativa
garcíamarquiana seleccionada en
conjunto con algunos films
“La violencia implica la destrucción de la
capacidad de sentir, opinar y actuar que un
individuo tiene por parte de otro sujeto”
Walter Benjamin
La compresión de la paz en Colombia es un
proceso complejo trabajado desde ejercicios
de reexión que trascienden todos los niveles
sociales y que incluso han llegado a convertirse
en un paradigma mundial. De hecho, guras
reconocidas del panorama internacional, como
el nobel de literatura Gabriel García Márquez, no
han sido indiferentes ante esta reexión. Así, el
expresidente colombiano, Juan Manuel Santos,
en su libro: La batalla por la paz (2016) dedicó
páginas valiosas para mostrar el compromiso
político que tenía el escritor colombiano para la
edicación de la paz en el país.
Sentencias como: “Le debemos mucho más
que libros y la gloria literaria (…) Le debemos
su compromiso permanente con la paz” (p.12).
No es información secreta que, en diversas
oportunidades, también se comunicó con los
exmandatarios Virgilio Barco, Belisario Betancur
y Andrés Pastrana, que, según un informe del
diario El País (2016) “El Nobel de Literatura
incidió en el proceso de paz con el M – 19 dada
su amistad con el presidente de entonces,
Belisario Betancur, un conservador demócrata,
muy inclinado a las letras, la poesía y las artes”.
La discusión de estos cuestionamientos,
trascendentales para la construcción de un
pensamiento crítico, redunda en el análisis
sobre la percepción del pueblo colombiano
acerca de sus escritores, quienes representan
una cosmovisión propia de la nación. Así, pues,
conocer sobre la vida y la literatura de un lugar
en el mundo llamado Macondo, haciendo énfasis
en la vida y en la obra del nobel colombiano, es
inminentemente necesario.
En relación con la producción literaria de
Gabriel García Márquez se podría dilucidar
que solo algunos estudiantes se han acercado
a su narrativa, mientras que otros solo hablan
de una novela denominada: Cien años de
Soledad (1967), y los más desacertados
expresan someramente “que el autor no quería
al país, pues su vida y su trayectoria literaria la
había construido fuera de Colombia”. El diario
El Espectador (2014) en una nota aclaraba lo
siguiente: “por eso García Márquez se fue de
Colombia: no porque odiara a sus conciudadanos
como muchos suelen decir hoy -, ni tampoco
porque fuera un pretencioso que rechazara a
su patria - como se escucha cada tanto -, sino
porque, en pleno gobierno del Estatuto de
seguridad divulgado por el gobierno de Julio
César Turbay Ayala, una acusación política
equivalía a tortura y cárcel”.
En efecto, en aquel momento el escritor costeño
había sido exiliado por el gobierno de Rojas
Pinilla y vivió todas las penurias posibles en
Francia esperando a que le llegara el bono de
alimentación mensual que, entre otras cosas,
jamás llegó. No en vano, en aquel tiempo le
da vida a una novela que encarna todas las
nostalgias del mundo, El coronel no tiene
quién le escriba (1961), obra literaria hecha
“con las uñas”. Allí se pone en evidencia la
vida de un coronel y su incertidumbre por
recoger una pensión que jamás le llegará. En
la novela se mostrará cómo también asesinan
al hijo del coronel. La violencia es retratada de
manera cruda, pero es precisamente en donde
empezamos a comprender una historia bélica
de conictos que pone en evidencia la literatura
garcíamarquiana.
También, se puede generar un llamado a la
consciencia histórica que nos permita extender
lazos de fraternidad en la procura de un nuevo
país. De hecho, en su autobiografía, Vivir para
contarla (2002), se podía ver cómo desde su
experiencia personal en el liceo vivió parte de
las secuelas políticas del país: “La política
entró a golpes en el liceo. Nos partimos en
grupos liberales y conservadores, y por primera
vez supimos de qué lado estaba cada quien.
Surgió una militancia interna, cordial y un tanto
académica al principio, que degeneró en el
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mismo estado de ánimo que empezaba a podrir
al país” (p.267).
A partir de las lecturas del escritor colombiano
desde una perspectiva crítica, la sesión de clase
se convierte en una posibilidad para deconstruir
los discursos bélicos y hegemónicos que han
permeado la historia de Colombia y que han sido
retratados por la literatura. Se permite reexionar
en torno a la experiencia y la expresión cotidiana
de los estudiantes, en una sinergia con la literatura
y el arte, en la búsqueda de nuevas deniciones
del conicto social. Así mismo, se hace posible
comprender la obra garcíamarquiana con la
develación de su proyecto para la construcción
de la paz, no solo en el país cafetero, sino en
una visión latinoamericana. En el lirismo de su
discurso de entrega del nobel (1982):
Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y
el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni
los diluvios ni las pestes ni las hambrunas ni
los cataclismos ni siquiera las guerras eternas
a través de los siglos y los siglos ha conseguido
reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte.
Una ventaja que aumenta y se acelera: cada
año hay 74 millones más de nacimientos que
de defunciones, una cantidad de vivos nuevos
como para aumentar siete veces cada año la
población de Nueva York. La mayoría de ellos
nace en los países con menos recursos, y entre
éstos, por supuesto, los de América Latina. En
cambio, los países más prósperos han logrado
acumular suciente poder de destrucción como
para aniquilar cien veces no sólo a todos los
seres humanos que han existido hasta hoy, sino
la totalidad de los seres vivos que han pasado.
Tener una visión crítica lograda de lo
latinoamericano y de lo nacional contribuye a la
dignidad del maestro como sujeto, dado que nos
pone ante un escenario de reexión, sobre todo,
en el aula de clase, en donde las manifestaciones
artísticas nos permiten un acercamiento profundo
a la realidad, vinculando más estrechamente a la
academia con el compromiso con la paz y, aún
más, entendiéndola como un proyecto de unión
y de paz. Los diálogos, la narrativa y el cine
usados como recursos y estrategias didácticas
les permiten ver a los estudiantes cómo, a
través de la cotidianidad, los colombianos nos
podemos comprometer con acciones sencillas
de reconciliación. Las posibilidades de discernir
las ideas nos permitirán la entrada a un
pensamiento crítico. En palabras del profesor
Bermeo (2015), podría esbozarse que la escuela
y las universidades como territorios de paz
permiten una movilización pedagógica, política
social y ética que siembra y abona la esperanza
y el pensamiento crítico en la niñez y en la
juventud, en la construcción participativa de los
movimientos sociales y políticos. Una escuela y
una academia que estén dispuestas a aprender
de las historias de la vida de las gentes, de sus
estudiantes y de los pueblos, que el conocimiento
no sea un instrumento de clasicación social,
sino la comprensión transformadora y solidaria
de nuestras experiencias para superar los
miedos y decidirse a cambiar.
Esta reexión conjunta nos conduce a través del
diálogo con los estudiantes a la pregunta sobre
el papel de la educación en la construcción de
la paz y su consecuente conceptualización, y,
por consiguiente, al papel de la planicación
curricular en el desarrollo de la memoria colectiva,
la participación ciudadana y el reconocimiento
del otro. Estas inquietudes se fundamentan
en la importancia del autocuidado como un
escenario de encuentro y reconocimiento de
nuestras diferencias en la generación de nuevos
aprendizajes alrededor de la responsabilidad y
la dignicación de la vida.
A propósito, Santizo (2019) sostiene que
la educación se relaciona con la memoria
histórica, pues esta última representa una
posibilidad para hacer frente a las políticas de
olvido e impunidad, pero, además, lo que es
más importante, porque permite recordar las
experiencias que nos conguran como seres
humanos y que nos aportan ciertas formas de
libertad; en suma, la educación y la memoria
histórica permiten comprender nuestro propio
rol en la construcción de paz. En el mismo
sentido, Albán y Rosero (2016) destacan el
papel de la educación como “fundamental
para la transformación de paradigmas en torno
desarrollo y la naturaleza”. (p. 27). En efecto, esta
mirada curricular nos permite en las sesiones de
clase enlazar la narrativa de García Márquez, en
diversos fragmentos de su obra que aluden a la
consolidación en el discurso de un nuevo país,
que posibilita un enlace entre la narrativa con
los estudios generales, las clases de Historia,
las clases de periodismo, las clases de Sociales.
Al integrar algunas áreas del saber, se alude al
aprendizaje de un conocimiento transversal y
humano en contexto.
Enlazar la narrativa con elementos del currículo,
por ejemplo, con los Estudios Generales, las
clases de Historia, las clases de Periodismo, las
clases de Lengua, etc. El mismo autor critica las
formas de gobierno en el ámbito político, social,
cultural y educativo. De hecho, el narrador
colombiano apuesta por una educación de la cuna
hasta la tumba en la que cada connacional tenga
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la oportunidad de acercarse al conocimiento,
mediado por una sociedad fraterna que trabaje
por un país al alcance de los niños (1994). Esta
misma apuesta se evidencia en el documento
de la “misión de sabios”, Colombia: al lo de
la Oportunidad, en el que el mismo García
Márquez, junto a otros intelectuales colombianos,
le planteaban el reto al Estado de procurar una
educación de calidad si en verdad quería enrutar
al país hacia el desarrollo (Presidencia de la
República de Colombia – Colciencias, 1996).
Aunque la propuesta fue redactada a comienzos
de los años noventa del siglo pasado, sigue
siendo vigente.
Esta visión garciamarquiana la vimos reejada
junto con los estudiantes en Los funerales de
la mamá grande (1978), especícamente, en el
cuento Un día de estos, donde se narra la historia
de un pueblo de Colombia en el que un dentista
atiende al alcalde del municipio. Al parecer, el
mandatario es un soldado (patriarca) que impone
sus leyes a diestra y siniestra. La única manera
en la que el odontólogo puede tomar venganza
es sacando la muela al alcalde, pues lo aqueja
un dolor desde la noche anterior. Después de
una larga discusión sucede lo siguiente:
El dentista regresó secándose las manos.
Acuéstese dijo y haga buches de agua de
sal. El alcalde se puso de pie, se despidió con un
displicente saludo militar, y se dirigió a la puerta
estirando las piernas, sin abotonarse la guerrera.
-Me pasa la cuenta dijo. - ¿A usted o al
municipio? El alcalde no lo miró. Cerró la puerta,
y dijo, a través de la red metálica – Es la misma
vaina. (García, 1978, p.23).
Con relación a la cita anterior, se puede inferir
un contexto de corrupción por parte de las
autoridades locales, en el que los mandatarios
del lugar se identican fraudulentamente con el
Estado, mientras el pueblo sigue en el abandono.
García Márquez realiza un retrato cotidiano
que permite ver cómo las formas del poder se
ejercen contra los olvidados, los pobres. Al nal
de la cita, se reeja cómo el alcalde demuestra
su poder y su capacidad de usar los recursos
públicos a su antojo.
Ahora bien, la primera novela que publicó el
nobel colombiano, La hojarasca, retrata desde
una polifonía de voces un pueblo en donde
la modernización ha llegado de frente. Esta
novela muestra cómo la United Fruit Company
acusa canalladas en contra de los trabajadores
bananeros de la época, hecho que fue encubierto
por el gobierno de turno. Tal cual se presentaron
los hechos en una noche que quedó grabada en
la historia de violencia en el país.
Después de casi un mes de huelga diez mil
trabajadores de la United Fruit Company
solicitaron una reunión con el gobernador del
Magdalena. Los huelguistas quienes reclamaban
por el sistema de contratación de esta empresa y
la escasa legislación del momento, presentaron
un pliego de nueve peticiones que, fue ignorado
en su totalidad por gobierno, pero representativo
al momento de contar los muertos que según
datos del Estado solo fueron nueve, no obstante,
la historia y la cción los cuentan por cientos:
“La peligrosa memoria de nuestros pueblos
es una energía capaz de mover el mundo”
(Banrepcultural.org 2017).
Con el objetivo de brindar una mirada crítica
a La hojarasca, la modelización contribuye
para que no se pierda el carácter histórico de
la obra, es decir, que toda novela debe tomar
elementos de la historia, a n de reejar una
realidad. De esta manera, la novela se centra en
la historia de Macondo, una pequeña población
ubicada cerca de la Costa atlántica, en la cual
se desencadenan los sucesos de la historia.
Gabriel García Márquez toma una problemática
socio - histórica y la presenta en una visón
literaria, muy cercana a la cotidianidad: las
compañías bananeras que arribaron al pueblo,
con la nalidad de acabarlo y dejarlo en ruinas,
de ahí la metáfora que da nombre al libro, La
hojarasca. Al respecto, podemos ver reejado el
siguiente aparte:
Empezaron a ser reemplazados por las casas
de madera de la United Fruit Company, con
techos de cinc de dos aguas, ventanas de
anjeo y cobertizos adornados con enredaderas
de ores polvorientas. (…) Las matanzas no
eran sólo por las reyertas de los sábados. Una
tarde cualquiera oímos gritos en la calle y vimos
pasar un hombre sin cabeza montado en un
burro. Había sido decapitado a machete en los
arreglos de cuentas de las ncas bananeras
y la cabeza había sido arrastrada por las
corrientes heladas de la acequia. Esa noche le
escuché a mi abuela la explicación de siempre:
«Una cosa tan horrible sólo pudo hacerla un
cachaco». Los cachacos eran los nativos del
altiplano, y no sólo los distinguíamos del resto
de la humanidad por sus maneras lánguidas
y su dicción viciosa, sino por sus ínfulas de
emisarios de la Divina Providencia. Esa imagen
llegó a ser tan aborrecible que después de las
represiones feroces de las huelgas bananeras
por militares del interior, a los hombres de tropa
no los llamábamos soldados sino cachacos.
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Los veíamos como los usufructuarios únicos del
poder político, y muchos de ellos se comportaban
como si lo fueran. Sólo así se explica el horror
de “La noche negra de Aracataca”, una degollina
legendaria con un rastro tan incierto en la
memoria popular que no hay evidencia cierta de
si en realidad sucedió. (García, 2002 p. 43)
La separación de las razas, el odio y el capitalismo
salvaje empezaban a sembrar sus primeros
pinos. La desolación de un pueblo sediento y
hambriento. Las jornadas y las explotaciones a
los habitantes del pueblo son comentados por
el escritor caribeño, pues nadie puede negar
la relación del autor con su obra, además, no
puede haber un mejor ejemplo de esto, siendo
García Márquez uno de los escritores más
regionalistas en Latinoamérica, pues casi toda
su obra está centrada en el pueblo de Macondo
y sus problemáticas. Se podría decir que es el
reejo del lugar de sus amores, de allí donde
vivió, se crio, allí donde su abuela Tranquilina,
sentándosele en sus piernas, le contaba
relatos maravillosos. Macondo es el mundo de
cción de Aracataca con sus pocos habitantes,
magistralmente descrito en Cien años de
Soledad.
Pudimos, a través de una charla amena con
los estudiantes, ver cómo en los pueblos del
Caribe se produjo un exterminio de la población,
las guerras civiles, los enfrentamientos entre
bandos políticos empobrecidos. La narrativa
de García Márquez incluye en sus relatos la
presencia de gente del pueblo, de esclavos y
de guajiros. Hipotéticamente se plantea que el
autor quería mostrar su inconformidad contra
aquel proceso de industrialización en el que
salieron mal librados los habitantes de aquella
región del país. Además, otorga una visión
sesgada en la que muestra cómo el proceso de
neocolonialismo estaba tomando forma, no solo
en aquellas regiones rurales, sino en todo el
país. Es así como no solo se ve este fenómeno
comercial, sino que se evidencian los maltratos,
las infamias y los crímenes, en dicha época.
Pero, entonces, ¿Cómo entender la dinámica del
perdón cuando los estudiantes a través de sus
lecturas y del cine propuesto, ven retratado cómo
los colombianos han sido oprimidos, castigados
y deshumanizados por el Estado, por aparatos
militares y otras instituciones? Entonces fue el
momento de concebir la categoría del perdón
como un evento alejado del ámbito metafísico y
humano, es decir, como una actitud relacionada
con lo político, como un proceso complejo que
está mediado por dinámicas de comprensión
humana. El discernimiento como acto político
en la toma de decisiones contribuye al ejercicio
del perdón. que en palabras de Arendt (1994),
se podría describir como un asunto netamente
humano que concierne a la facultad de actuar
para revertir las acciones mal dadas, en otras
palabras, que el sujeto está en la capacidad de
resarcir sus actos.
De otro lado, habría que decir también que
un panorama propio de los maltratos y de las
humillaciones que se veían en el Caribe y en todo
el país se retrata de manera transparente en el
documental: Chircales (1972) en donde se pone
en evidencia un contexto patriarcal y gamonal
si así se quiere. En el ámbito de la fabricación
de ladrillo artesanal, las familias enteras eran
sometidas a las canalladas más indolentes por
parte de los dueños de los terrenos que a su vez
endeudaban a la familia con préstamos etéreos.
La falta de oportunidades laborales, la carencia
educativa y la ausencia del Estado colombiano
dejaban ver un panorama aciago y crudo que
reejaba la realidad de muchas personas.
Precisamente, este paralelo nos permite
comentar mediante esta sinergia los relatos de las
masacres y los castigos a los que eran sometidos
los trabajadores. Las precarias condiciones de
vida y las humillaciones monetarias dejaban ver
la verticalidad del poder en contra de los pobres.
Al nal del cortometraje, la familia termina con
problemas personales y en la calle. En la historia,
las familias se hallan más empobrecidas y en la
tumba (con suerte). Es por ello menester que la
educación como hecho político debe permitir a
los estudiantes entender la importancia de un
voto. Una inteligencia política y crítica que les
permita construir una visión de un nuevo país
mediante el ejercicio de nuevas acciones y de
nuevos relatos que nos permita pensar al país
no como una tragedia griega, sino como una
nación en donde la única opción sea el silencio
o la muerte (que es lo mismo).
De ahí que, todas las canalladas y los abusos son
puestos estéticamente en la obra literaria, la cual
asume también la función de compromiso, para
que los lectores, y en este caso los estudiantes,
puedan dilucidar cómo una obra artística y
literaria puede contener una crítica especíca
y radical a un régimen de control. Aunque el
contenido político no pueda generalizarse, es
posible hallar esa búsqueda de una salida, de
una línea de fuga, a determinada organización
de poder, como la que rastrean Deleuze y
Guattari (1978) en la obra de Kafka, que, sin ser
directamente política, rastrea las encrucijadas de
la burocracia y busca esos espacios en los que
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es posible desbloquear el deseo. Por otro lado,
no hay que olvidar que la obra literaria es capaz
de producir afectos reales a través de la cción,
lo que permite establecer un nexo afectivo entre
los lectores y los acontecimientos descritos en
una obra (Landinez, 2018).
Todas las novelas de Gabriel García Márquez
y toda la producción literaria tienen un sitio en
especíco de desarrollo: Colombia. Al acercarse
a la narrativa del autor, uno puede rastrear al
territorio nacional a pesar del exilio voluntario
en Cuernavaca: “Mi ausencia prolongada de
Colombia no me ha desarraigado del país, sino
todo lo contrario, me ha dado una perspectiva
más amplia. Creo conocer a Colombia mejor
que muchos de quienes nunca han salido de ella
y creo haberle servido bien con mis libros en el
mundo entero” (El Espectador, 1989).
En una sesión de clase y luego de la observación
del material audiovisual y de algunas lecturas
clave desentrañamos el pensamiento político y
de justicia en García Márquez desde su literatura,
especícamente, en su novela cumbre El otoño
del patriarca (1975), y de la que tanto habló el
mismo escritor como el trabajo más serio que
había logrado en el ámbito de la escritura: “Si yo
hubiera sabido que mi hijo iba a ser presidente
de la república lo hubiera mandado a la escuela”
(García, 1975, p. 172) Una visión de mundo
emancipadora que nos permite en las sesiones
de clase comprender cómo un escritor se aleja
de los cánones del poder impuesto, es decir,
entra en un campo de producción cultural y lo
permea desde adentro, lo que entendería Pierre
Bourdieu (1986) relacionándolo al campo de
producción cultural y “el campo del poder, es
decir, el campo de los artistas y los escritores,
y con mayor generalidad, los pertenecientes al
campo intelectual, aquellos que pertenecen a un
sector dominado de la clase que predomina, esta
preferencia es ejercida mediante mecanismos
estructurales que son globales como el mercado
y la economía”.
Lo anterior también es perceptible en el
lenguaje cinematográco. Varias producciones
audiovisuales han procurado reejar la realidad
del control social en personajes que encuentran
en el arte un camino de escape ante la opresión
que ejerce el Estado. No en vano en Voces
Inocentes (2002) del director Luis Mandoki nos
muestra una de las escenas más sublimes de
la cinta cuando el tío de “Chavita” comienza a
cantar las casas de cartón, en un momento en
que la solución más obvia sería empuñar las
armas. Sin embargo, es en la guitarra que el
personaje encuentra un refugio para enfrentar la
guerra.
Para Landinez (2011), el sujeto necesita
encontrar una manera estética de vivir, cuya
nalidad se enraíce en el porvenir y las letras
como la mejor excusa para evadir por unos
momentos las dinámicas establecidas por los
mecanismos de poder y de control. De tal manera,
el arte opera como catalizador que hermana a
los hombres en una relación de alteridad y de
reconocimiento. Un ejemplo de ello es la cinta
El pianista (2002) del director polaco Roman
Polánski, la cual reeja una escena en la que al
pianista le es perdonada la vida por un mando
Nazi al oírlo tocar el piano. Este es un ejemplo
valioso que nos permite soñar con un porvenir
mejor, es decir, una alteridad bien lograda en
donde cada uno puede preocuparse por el otro
y reconocerlo como un ser social que también
necesita ser feliz.
El cine es un elemento social y de creación de la
resistencia en el que van de la mano la “gratuidad”
de la experiencia estética y la libertad de quien
la tiene y las mismas cintas cinematográcas
exploran este nexo, como en el siguiente pasaje:
“Observó detenidamente las paredes y se jó
en un cuadro de Botero. Se preguntó por qué
habría pagado tanta plata por una «gorda» sin
gracia” (Caicedo, 2019, p.12). Este fragmento
permite discutir el extrañamiento, esa incómoda
sensación que brinda el arte, ya que a través de
ella se encuentra una mirada de incertidumbre
que permite reconocerse de otra manera en el
mundo.
La literatura, el lenguaje cinematográco y, en
particular, la narrativa de García Márquez, no
solo contribuye a pensarse la paz, sino que
invita a pensarnos como nación, y a recordar
que en cada pueblo de Colombia existe un
Macondo, y que, al igual que un soñador como
José Arcadio Buendía, existen personajes como
los profesores que aunque no empuñan armas,
sino libros, buscan remover sensibilidades
en la consolidación de un país concienzudo,
en el que el analfabetismo sea una cosa así
como el Realismo Mágico. Concerniente a la
construcción de paz, el escritor caribeño nos
permite ser tocados por la siguiente sentencia:
Ya es hora de entender que este desastre cultural
no se remedia ni con plomo ni con plata sino
con una educación para la paz, una educación
inconforme y reexiva que nos incite a descubrir
quiénes somos en una sociedad que se parezca
más a la que merecemos, que nos oriente
desde la cuna en la identicación temprana de
las vocaciones para poder hacer toda la vida
sólo lo que nos guste, que es la receta mágica
de la felicidad y la longevidad. En síntesis, una
legítima revolución de paz que canalice hacia la
115
vida la inmensa energía creadora que durante
casi dos siglos hemos usado para destruirnos y
que reivindique y enaltezca el predominio de la
imaginación. (Una educación para la paz, 2016)
Igualmente, en este ejercicio comparativo y
analítico de observación del material fílmico
aunado a los textos literarios les permite a
los estudiantes hallar una forma particular de
reexión, diálogo e indagación de los asuntos
que atañen a una sociedad golpeada por
los innumerables conictos por el poder. La
resistencia nace, entonces, desde la escuela y
es la academia el espacio llamado a recuperar
la memoria histórica para encontrar lugares de
refugio que permita la transformación hacia una
nueva sociedad más sintiente.
Por último, el mismo Bertolt Brecht (1944)
aludirá al efecto espejo que posee el arte y
que permite ver un cuadro en donde se reejan
nuestras pasiones y nuestras acciones. Este
ejercicio introspectivo nos permite precisamente
y mediante un diálogo concertado mencionar a
los estudiantes la importancia de conocer los
sucesos históricos en el país. Esas acciones
posibilitarán una lectura crítica del contexto
político, social y cultural en el país que reúne a
todas las sangres del mundo.
3. Metodología empleada
Metodológicamente, abordaremos la cuestión
a través de un enfoque praxeológico entendido
por Juliao (2002) como una unidad dinámica
y dialéctica entre la comprensión teórica y la
práctica social. Este diseño comprende cuatro
fases o etapas que esbozamos a continuación
y detallamos en el apartado correspondiente.
En primer lugar, la fase del ver, entendido como
el primer acercamiento al fenómeno que se
pretende estudiar que nos permitió como líderes
del proceso la elaboración de un diagnóstico
de percepción a partir de un diálogo con los
estudiantes sobre su visión general sobre el
cine, la literatura de Gabriel García Márquez y
el proceso de paz en Colombia. Esta fase es
un primer acercamiento que devela aspectos
iniciales de los conocimientos previos de los
estudiantes con relación a su contexto cercano.
De ese modo, nos ideamos un panorama sobre
el corpus analítico más propicio para iniciar con
el trabajo pedagógico de aula.
La segunda fase es el juzgar, entendido por
Juliao (2002) como el momento en donde las
partes conuyen en un diálogo a saber. Por
ejemplo, docentes y estudiantes analizamos dos
novelas: Cien años de soledad, y La hojarasca
con relación a las películas Sometimes In April
y Voces inocentes. Del ejercicio propuesto se
hallaron puntos en común y puntos de diferencia
que nos propició un primer mapeo de conceptos
como el perdón y la reconciliación cuyo mirar
hizo hincapié en las producciones artísticas.
Reexiones hondas y muy sensibles salieron
de allí, dado que los estudiantes interiorizaron
las dinámicas de guerra que afectan a las
poblaciones. En esta fase los chicos se llevaron
ideas para la construcción de un documento de
reexión que se presentaría en la recta nal del
curso.
La tercera fase conocida como el actuar,
comprendida como el proceso que luego de
la observación y la reexión permite generar
espacios de ejecución de actividades, posibilita
que los estudiantes sugirieran ponencias
orales y escritas en los espacios académicos,
de tal manera que podrían esbozar sus ideas
e intenciones de reconocer un anclaje directo
entre las obras literarias y el cine. Así, pues, nos
encontramos con que un estudiante proponía la
integración de la película Voces inocentes con la
hojarasca en donde pretendía demostrar cómo
desde el aparato de guerra el Estado forma a los
soldados en contra de su pueblo.
Poemas antiguerra, ejercicio escrito en donde
una estudiante que había vivido el conicto de
lleno, propuso desde su prosa poética cantos
desde el perdón y la reconciliación basándose
por su puesto en la película sometimes in april en
donde se reeja cómo, después de la sangrienta
guerra, los oprimidos viven incluso en el mismo
sector que sus verdugos. Ejercicio este que
cosecha las pasiones del alma. Esbozamos
por ahora estos ejercicios que nos permitieron
ver desde el actuar cómo en la universidad
podemos cosechar procesos de transformación
y de cambio.
Por último, trabajamos en la fase de la
devolución creativa concebida como el proceso
en donde se hace la retroalimentación del
trabajo a través de varias mesas de diálogo en
donde se plantea la reexión que gira en torno a
la comprensión de la obra garcíamarquiana con
relación a las películas y a la edicación de la
paz. Los estudiantes conmovidos comentaban
un nuevo nacer del pensamiento. Sugerían que
la experiencia debía replicarse. Se entendió
que la salida no son las armas, sino el diálogo.
Entendieron que leer permite saturar de
contenido la existencia humana.
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4. Reflexiones hermenéuticas a partir
de la metodología empleada
“El campo intelectual es por denición la
conciencia. Un intelectual que no comprende
lo que pasa en su tiempo y en su país es una
contradicción andante. Y el que comprendiendo
no actúa, tendrá un lugar en la antología del
llanto, no en la historia viva de su tierra”
Rodolfo Walsh.
El cine es un lenguaje y esto implica una
estructura propia que se adereza de un sentido
estético, que comunica mucho más allá de los
enunciados propuestos, es decir, una práctica
social que se marca por una ideología, por una
visión de mundo en los ojos de su director y que
se comparte en una espiral hacía un diálogo de
saberes, experiencias e interacciones culturales.
Para la construcción de la visión de mundo
garcíamarquiana, también es relevante la
construcción conjunta y sinérgica de las visiones
de mundo que ha generado su obra, así como las
otras visiones dadas a partir de la concepción de
la otredad para la construcción de la paz en un
mundo afrentado por tiempos aciagos. A partir
del trabajo en la universidad Minuto de Dios con
estudiantes de primer y segundo semestre de
la asignatura Comunicación Escrita y Procesos
Lectores, es menester comentar que, como
ejercicio pedagógico dentro de la academia,
las sesiones de clase tomaron cada vez más
preponderancia.
Así pues, por las sesiones de clase deslaron
películas necesarias para el desarrollo de
conceptos como paz, reconstrucción y reparación.
La primera de ellas, y como hilo conductor de la
obra del nobel colombiano con los conceptos,
es Crónicas de una muerte anunciada (1987),
dirigida por Francesco Rossi, que presenta una
adaptación homónima de la obra literaria de
García Márquez. Así como el documental de
GABO, la magia de lo real, producido (2017) por
el Canal Caracol y Discovery Chanel y dirigida por
Justin Webster. En efecto, el cine se ha venido
convirtiendo en una herramienta pedagógica
que muchos docentes han llevado a las aulas
de clase. Por tanto, desentraña una posibilidad
lúdica que involucra aspectos sociales,
políticos, culturales e, incluso, antropológicos
inherentes a la literatura, en particular, a la obra
garciamarquiana, aunque expresados en otro
lenguaje que a lo largo del desarrollo de las
clases permite una sinergia entre el lenguaje
literario y el lenguaje cinematográco. Llevar al
aula de clase la producción cinematográca de
la obra garciamarquiana, así como otras cintas
que develan esta relación sinérgica del cine y
la literatura, permite, evidentemente, acercar la
reexión sociocultural a los estudiantes, a partir
de la idea de paz, poder, memoria histórica,
conicto bélico y resiliencia muy características
en las obras expuestas en clase.
Las charlas eran muy hondas, de carácter
introspectivo, al contrastar nuestras realidades
con el panorama nacional. Por ejemplo, en una
de las sesiones y con relación al ámbito literario,
los personajes y sus visiones de mundo sobre
la realidad reejan un sendero que permiten ver
cómo Gabriel García Márquez usó la literatura
como un bálsamo que podría sanar a los
individuos que de alguna manera han vivido el
conicto armado.
La reexión que nos permitieron estas dos cintas
cinematográcas redunda en la posibilidad de
concebir una educación para la paz tomando
como principio lúdico el lenguaje cinematográco
y el proyecto garcíamarquiano como camino
hacia la consideración de una sociedad más justa
y humana. En este sentido, la película Voces
inocentes proyecta una perspectiva social del
ser humano resiliente que ante las dicultades
generadas por el conicto bélico de la nación
encuentra en el arte, especícamente en la
música, una forma de reparación espiritual. Al
nalizar las sesiones evidenciamos cómo cada
estudiante abandonaba el salón en silencio,
pensativos y con ganas de seguir en este
proyecto. Bezanilla (2018) alude precisamente a
una visión de lectura crítica y reexiva mediada
por la razón/reexión, esta dualidad concuerda
con nuestra propuesta pedagógica, pues se
hace un llamado a la introspección a través del
diálogo y el material literario y visual. La lectura
de la realidad colombiana requiere ser tratada
con mucho cuidado. Las sensibilidades andan
disparadas. Dentro del documento también
se esboza un aparte muy interesante sobre la
creatividad como bálsamo y como posibilidad de
pensarnos dentro de los ámbitos de la alteridad.
Así mismo, la narrativa de García Márquez
da cuenta de esta dinámica cultural de la
transformación social. Conviene, entonces, citar
este pensamiento del escritor caribeño: “Aquella
visión me persiguió durante muchos años como
un sueño unánime que todo el pueblo vio pasar
las ventanas hasta que conseguí exorcizarla
en un cuento” (García, 2002, p. 23). En el
fragmento anterior, se evidencia cómo intenta
generar una catarsis entre un suceso de la vida
real que muchos vieron pasar por la ventana,
un par de mujeres desoladas que tristemente
llevaban un ramo de ores a la tumba de aquel
117
ladrón asesinado brutalmente por aquel pueblo
que impávido observaba. ¿Cuántas veces la
sociedad Colombia ha obrado como aquel
pueblo que indolente ve pasar tantos cortejos
fúnebres por las ventanas de sus televisores?
Sometime in April expone, desde un punto
de vista realista, una visión del genocidio de
Rwanda, con un relato crudo y escueto de las
acciones violentas del episodio. Precisamente,
acude a actores reales para poder exponer desde
la experiencia de sus mismos representantes la
tragedia ocurrida. Al respecto, Sánchez (2005)
comenta: “No hubiera hecho una película sobre
el genocidio si no hubiese contado con la
participación del pueblo que la padeció”. De esta
manera, es evidente la intención de reparación
suscitada en el rodaje de la película, pues son
sus mismas víctimas quienes deben situarse
en cada uno de los escenarios, o en palabras
más coloquiales, ponerse en los zapatos del otro
para comprender lo sucedido. Llevar la historia
al mundo se convierte en un bálsamo reparador
para los sobrevivientes de tan controvertible
matanza.
A propósito, Cécéreu (1989), citando a Scorsese,
se reere a estos ejercicios fílmicos, en cuanto
conmueven, tocan nuestras vidas y nuestras
almas, sirven como punto de partida en la
comprensión intersubjetiva del mundo en el que
vivimos. En especial, para los colombianos que
debemos intentar perdonar y hacer un ejercicio
de introspección que permita la generación
de nuevas sensibilidades. Qué mejor manera
que la lectura y la escritura para posibilitar al
ser humano encontrarse, mejorar y poner en
práctica la construcción de un nuevo país.
Ahora bien, retomando las fases del enfoque
praxeológico, nos permitimos comentar que en
el actuar se generó la reexión, los debates y
los productos escritos que se desarrollan como
resultado de cada conversatorio que permiten
crear redes de discusión a favor de una nueva
cosmovisión, de una idea incluyente, de la
construcción de país alrededor de una idea de
paz y, sobre todo, de propuestas argumentadas
y sentidas del conicto en Colombia. Es decir,
que la propuesta metodológica lleva a los
estudiantes a una metacognición de sus saberes
culturales de su contexto. La edicación de los
productos de creación empezó a dar cuenta de
sus pensamientos y cómo de alguna manera
habían sido tocados por las producciones
artísticas.
No en vano la cinta cinematográca propuesta
desde la narración de Crónicas de una muerte
anunciada da comienzo a la historia con un barco
que retorna al pasado, que en algún momento
fue egoísta y esquivo, para convertirse ahora
en una nueva oportunidad de transformación,
reparación y paz. Así puede constatarse en
la voz de las reexiones generadas por los
estudiantes, quienes encarnando ese retorno
viajan a sus propias experiencias sociales con
una única idea de reconstrucción y reparación.
La imagen dejada en la construcción
cinematográca de un barco que se acerca a
una población olvidada y en el que viajan, varias
veces guras representativas de la sociedad
colombiana, que generalmente sigue de largo,
hace un primerísimo primer plano en la gura
de aquel hombre que vuelve al pueblo a tratar
de reconstruir lo destruido y a dar una segunda
oportunidad a aquellas víctimas de la crónica
de una muerte anunciada, quienes, luego de
la tragedia, no han tenido otra posibilidad que
enviar cartas a un pasado que promete un futuro
mucho más alentador.
Entender, entonces, la construcción de paz
como una tarea de todos resulta una reexión
apremiante, si entendemos que la crónica de una
muerte o de más muertes no puede seguir siendo
anunciada, pero a la vez ignorada o invisibilizada
por la sociedad. Así como le sucedió a Santiago
Nasar, quien fue el último en enterarse de su
muerte, ya que quienes lo sabían, pensaban que
esto lo solucionarían los implicados. La escena
de su deceso rodeado de muchas impávidas
personas permite comprender una muerte
acompañada de más muertos que caminan sin
inmutarse ni sentir dolor por otro.
Así, y de acuerdo con Orwell (2016), se logra
la percepción del libro como fascinación y
experiencia tranquilizante, que no dice nada
nuevo, pero que justamente es de allí donde
radica su encanto. Entonces, los mejores libros
son aquellos que nos dicen lo que ya sabemos,
pero de lo que no nos percatábamos, que nos
permiten hacer catarsis con lo que se describe,
mas no para recordarlo sin sentido, sino para
tratar de reconstruir lo perdido, porque en la
literatura “la vida aparece dotada de un tono que
de otra manera quedaría en silencio o reducido
al juicio sacrosanto de las evidencias ‘objetivas’”
(Landinez, 2018, p. 1360).
En buena hora, Webster (2020) nos recuerda
aquel discurso del nobel colombiano en el que nos
invita a recordar la imposibilidad de negar el más
rme propósito del alma, ¿tal vez la felicidad?,
¿tal vez la paz?, a través de la consolidación de
una quimera opuesta al capitalismo explotador
por una utopía donde nadie pueda decidir por
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otros hasta su forma de morir, donde las estirpes
condenadas a cien años de soledad tengan por
n y para siempre una segunda oportunidad”.
Bien lo menciona Héctor Abad Faciolince
(2017) cuando arma que las cifras de la guerra
son tristemente célebres, pero que, a la vez,
producen un sentimiento benéco. Se trata de
una conciencia permanente y profunda del valor
de la vida.
Entonces, intenciones como la descrita en
Sometime in April tienen como fondo la idea de
generar una reexión sobre la importancia de
la defensa de la vida, y con ella, la reparación
y construcción de la paz. Así, resulta para el
arte cinematográco hacer una propuesta de
movilización, de empoderamiento, de acción
y de conanza no referidos al hecho de
movilizaciones políticas, bélicas, sino al hecho
de escribir un poema redactar un ensayo, una
columna de interés o simplemente hacer cada
cosa que nos corresponde sin corrupción, sin
cadenas, sin dudar de la esencia sagrada de la
vida humana.
Finalmente, la devolución creativa que es el
último momento en el enfoque praxeológico
pudimos socializar los productos nales. Esta
devolución tiene un asunto muy bello en aras
de compartir los aprendizajes del curso desde
los productos. Entonces, pudimos escuchar la
lectura de poemas que presentaban imágenes
bellas de paisajes rurales. Ensayos hondos
desde el rap como medio de expresión de los
jóvenes. Relatorías en las que se comentaban
puntos desde la obra Garcíamarquiana. Reseñas
de las películas con las que se identicaron los
participantes. Incluso, crónicas desde las voces
de los familiares de los estudiantes.
Esta amalgama de posibilidades de creación
nos permitió comprender que el ejercicio de
interpretación hermenéutica de la realidad
brinda diversas salidas en la edicación de
un pensamiento crítico que nos permite a
todos mediante la educación comprender las
dinámicas del conicto. La pedagogía social
nos permite al igual que el modelo praxeológico
desmiticar las categorías para que sean
aterrizadas en las prácticas, las líneas generales
de un proyecto muy humano que le permite a
la universidad pensarse como una institución en
donde convergen los saberes más diversos y, en
donde sin duda, toda la polifonía de voces tiene
una preponderancia marcada por la fraternidad
y por los valores de alteridad que necesitan ser
trabajados con urgencia.
5. Resultados
Volviendo a una de las preguntas vitales
que nos ocupó al nal de la introducción del
presente artículo, ¿Cómo hallar en la literatura
de García Márquez y en algunas producciones
cinematográcas elementos especícos que
se constituyan en un bálsamo reconstructor
del perdón y de la paz en Colombia?, el trabajo
pedagógico que se presentó en este artículo
giró a través de la lectura y de la escritura,
tomando como objeto de análisis la literatura de
Gabriel García Márquez y algunas producciones
fílmicas con el n de desarrollar el pensamiento
crítico. Esta sinergia de criterios nos llevó a la
consolidación de una metodología praxeológica
entendida desde sus cuatro fases de acción que
se tejen en una espiral hacia la construcción
de una pedagogía crítica que nos permitió el
diálogo desde las producciones artísticas como
elemento sensibilizador del proceso educativo.
En esta propuesta se aborda la literatura
garcíamarquiana, tanto en la modalidad de
textos escritos como algunos de ellos llevados
a la pantalla, pues cuando se recurre a material
visual, se permiten otras formas de lectura, otros
códigos, no solo lingüísticos, sino semióticos,
con el n de hacer más digerible la empresa de
acercamiento al contenido social de la literatura,
pues, sin duda, el séptimo arte opera como
facilitador pedagógico y didáctico que hace que
los asistentes se conmuevan y puedan pensar
cómo a través de cultivar su moral y sus acciones,
se puedan acercar al otro y reconocerlo como un
par a quien se debe ayudar.
Así, el fomento de las competencias del
lenguaje contribuyó a generar un pensamiento
crítico regional que estribó en paramétros de
alteridad y discernimiento. Luego del panorama
propuesto, es necesario subrayar que, dentro
del contexto pedagógico, las últimas sesiones
de clase antes de nalizar el semestre, cada uno
de los estudiantes presentó su proyecto nal. A
través de las técnicas discursivas concluimos
que lo más apropiado para la presentación de los
instrumentos nales era una mesa redonda cuya
presentación pudiera acaparar toda la atención de
los asistentes. Algunos estudiantes sustentaron
escritos de corte reexivo, otros presentaron
insumos de creación artística como cuentos y
poemas. La lectura del momento propició un
espació genuino en donde los estudiantes se
mostraron emocionados. De paso, algunos de
ellos sentían que desde este ejercicio podrían
empezar a pensarse como sujetos con una
119
inteligencia política, apasionados por las letras
y por el cine.
Desde luego, este ejercicio de corte
hermenéutico e interpretativo contribuyó a la
generación de la lectura desde una perspectiva
crítica e inferencial en el aula de clases. La
escritura estuvo permeada por las relaciones
y conexiones intertextuales que se sucedían al
interior del contexto de la obra y la voz polifónica
que se mostraba en las historias a través
de los personajes. Por citar un ejemplo, una
estudiante hizo un poemario al conicto y nos
regaló algunas imágenes de cómo ella concebía
la visión de los bananeros eliminados por los
soldados enviados por la United Fruit Company.
Precisamente esta dinámica nos pone ante
un panorama de alteridad de cómo uno puede
interiorizar los sentires del otro.
El cine y la literatura como instrumentos artísticos
que operan en lo social pusieron en evidencia
diversas maneras de ver cómo funcionan los
discursos bélicos, las actitudes políticas y los
diversos marcos para discutir la consolidación
de la paz en esta nación. Educar es, en esencia,
emancipar, es decir, movilizar las sensibilidades
y la razón. La escritura, la lectura y el cine son
elementos artísticos que permiten resignicar las
realidades de nuestros estudiantes. La discusión
para sembrar interrogantes relacionadas a los
discursos políticos en la edicación de la paz
nos permitió entender cómo la educación es,
antes que nada, un asunto político en donde las
estéticas y el arte permiten elaborar sinergias
analíticas de distintos cortes.
El mundo mágico de Macondo, piso narrativo
de casi todas las producciones artísticas del
proyecto garcíamarquiano, contribuyó para
que los estudiantes de UNIMINUTO pudieran
sensibilizarse con un acercamiento a la
belleza. Además, la lectura, la escritura, y la
transversalidad de los saberes dieron cuenta
de un ejercicio pragmático bien elaborado,
en donde la literatura y el cine mostraron una
manera “otra” de pensarnos como sociedad.
Usar al cine como elemento de sensibilización
permitió también dar cuenta cómo uno de los
estudiantes presentó un cortometraje usando
su celular. A través de imágenes que captó el
estudiante en su andar, reejó las problemáticas
de su comuna y cómo a través de algunos
talleres de literatura integraba a su comunidad.
Así, pues, como docentes pudimos conjeturar
que, efectivamente, la paz se construye desde
las voluntades de los sujetos quienes a través
de la educación logran acciones positivas.
En lo que nos rearmamos es en el papel
político de la educación en la construcción de la
paz y de una sociedad más justa. Conamos de
lleno en la literatura y en el hecho poético, pues
de esas sustancias sensibles está compuesto el
espíritu humano. Eso no se puede negar. Por
ejemplo, la película Sometimes in April dejó
grandes reexiones, sobre todo, a partir de dos
posturas que nos sirvieron con ejemplo para
mirar de cerca cómo funciona la instauración de
la paz. El primero, es el perdón. A través de las
escenas Hutus y Tutsis luego de matarse entre
sí, tuvieron que compartir vivienda y vecindario.
Actitud política esta que nos confronta en
nuestras fragilidades. En aquellas reexiones
preguntábamos a los estudiantes sobre el asunto
del perdón. La conversación fue nutrida y la
sensibilización fue dejando rostros pensativos.
Podemos armar que los estudiantes sintieron
que el cine es uno de los posibles senderos que
elimina las brumas de pesimismo, sobre todo,
con un tema tan delicado. Finalmente, ¿Cómo
no pensar que la lectura y el cine son en esencia
la vida misma? Como lo han propuesto diversos
estudiantes. No se trata de un ejercicio objetivo
en el que alguien podría tener la última palabra.
Se trata más bien de una mesa de diálogo.
6. Conclusiones
La estrategia pedagógica y la función
de compromiso a través de la narrativa
garcíamarquiana ha permitido la construcción
de caminos de reconciliación que unen las
diferentes visiones de mundo dadas por la
cotidianidad en cada uno de los estudiantes
de UNIMINUTO. Consecuentemente, las
discusiones y conversaciones que permiten tejer
cultura se convierten en espejos que retratan las
realidades del otro y abren caminos de compasión
y entendimiento en el tortuoso escenario de la
violencia en el conicto armado que nos toca a
todos, aunque sea colateralmente.
El recorrido por cada una de las cintas
cinematográcas a saber voces inocentes,
Sometimes in April, El pianista y Chircales les
posibilitó a los estudiantes hallar puntos de
contraste con las obras literarias de Gabriel
García Márquez, dado que, desde el aula de
clase, se propició la construcción de nuevas
perspectivas a manera reexión que posibilitaron
una postura transversal del conocimiento con
la experiencia. Poder escudriñar las obras,
opinar sobres ellas, generar insumos artísticos y
devoluciones creativas reeja un trabajo de aula
mediado por un pensamiento crítico. El proyecto
de aula garcíamarquiano también propende por
integrar otras miradas críticas sobre el proceso
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA / vol.18 número 35 / PP 107-121
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de paz, de perdón y de reconciliación en
Colombia. Muchos de nuestros estudiantes son
testigos directos y cercanos a las dinámicas del
conicto. De alguna manera, el asunto los había
tocado. Conocer las obras literarias de García
Márquez les generó una visión más amplia de
cómo la literatura brinda su versión de la historia.
El perdón y la reconciliación son asuntos políticos
netamente humanos que se discurren en el
tiempo a través del actuar. La academia debe
generar espacios que permitan la desmiticación
de las categorías que imposibilitan ver al
conocimiento como un elemento útil en la vida
de los estudiantes que les permite compartir sus
juicios sobre cómo ven el país. Escuchar sus
experiencias y observar de qué manera cada
uno de ellos se preocupa por su sociedad nos
permite entender que la escuela y la universidad
son puentes que transforman la vida. Así naliza
nuestra propuesta de proyecto garcíamarquiano
en el que se puso en evidencia una posible
construcción de la paz en Colombia. Las sesiones
de clase evidenciaron un puente integrador con
las áreas del conocimiento, Las nociones del
perdón y de la reconciliación salieron a ote en
las clases. Pusimos en evidencia cómo desde
la universidad se pueden construir proyectos
pedagógicos de aula en donde la literatura
anclada con el cine brinda un sendero para la
comprensión del mundo. Hallamos el sentido
en conjunto de la carrera de los estudiantes
en donde simpatizamos con el cambio y la
transformación social de nuestra nación de
acuerdo con el compromiso que cada uno tiene
para consigo y para con el otro.
Este artículo, antes que nada, también pretende
ser un homenaje para todos aquellos sujetos que
han soñado con un país mejor. Este tejido onírico
apenas comienza. Sabemos, de antemano que
esta experiencia es replicable en todas las aulas
de clase. La literatura como un bálsamo que
cura. El cine como un medio para reconocerse
a través de los personajes. Gabriel García
Márquez como un escritor comprometido con la
paz que metió su pluma en los procesos de paz.
Sus obras muestran caminos hacia un porvenir
mucho más provechoso. Los estudiantes de
primer semestre ahora tienen en su haber futuros
profesionales para orientar una perspectiva
de cambio para las niños y niñas de Colombia
y del mundo. Por eso hay que reconocerse en
la Historia, conocerla y tener una capacidad de
discernimiento que opte por una buena moral
al momento de tomar decisiones que puedan
afectar al otro.
La universidad como el centro en donde
convergen las diversas miradas sociales y
culturales está llamada a generar estos espacios
de diálogo e interacción con los docentes y
estudiantes. Hay una cantidad de acciones por
empezar a sembrar. El deber del intelectual es,
antes que nada, sacar del silencio a las personas
que se les ha impedido hablar.
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