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Cuaderno de Pedagogía
Universitaria
Vol. 14 / no. 28 /julio-diciembre 2017 / República Dominicana / PUCMM / ISSN 1814-4152 (en línea) / ISSN 1814-4144 (impresa) / pp. 34-44
Dr. Bartolo García Molina*
Aportes de Saussure al desarrollo de la
Lingüística como ciencia
Resumen
Este artículo es un esfuerzo por establecer hasta qué punto las ideas de Saussure mantienen vigencia en
la lingüística actual y cuál ha sido su aporte a la constitución de la lingüística en ciencia. Parto del corpus
saussureano, fundamentalmente del Curso de lingüística general y del texto De la doble esencia del lenguaje,
encontrado en 1996 en la casa veraniega de Saussure. Examino veinte (20) de las principales categorías
saussureanas, su autenticidad y su pertinencia, y comparo lo que se dice en el Curso con lo que se dice
en los manuscritos autógrafos. Hago especial énfasis en algunos de los conceptos nodales propuestos por
Saussure, o atribuidos a este, tales como, teoría del signo, sistema, carácter inmanente de los estudios
lingüísticos, estructura, etc. Además, trato de establecer la rentabilidad de algunas de esas categorías con
la propuesta de una estrategia que fomenta la competencia enciclopédica. Concluimos que, contrario a lo
que muchos creen, el estructuralismo todavía tiene explicaciones y propuestas válidas para comprender la
lengua y su enseñanza: la teoría del signo lingüístico es insoslayable para entender el funcionamiento de
la lengua; el concepto de relaciones asociativas o paradigmáticas sigue siendo fundamental para entender
y estimular un pensamiento articulado y de conjunto; la teoría del valor remite a la necesidad de enseñar la
lengua en contextos comunicativos, y la teoría del cambio lingüístico advierte sobre lo inevitable y necesario
de la variación lingüística.
Abstract
This article is an eort to establish the extent to which Saussure’s ideas remain valid in current linguistics, what
has been his contribution to the constitution of linguistics in science. I start my article from the of Saussurean
corpus, fundamentally of the “Course of general linguistics” and of the text “Of the double essence of the
language” found in 1996, in the summerhouse of Saussure. I examine the main Saussurean categories, their
authenticity and pertinence, for which I compare what is said in the Course, with what is said in the autograph
manuscripts. I make special emphasis on some of the nodal concepts proposed by Saussure, or attributed to it,
such as sign theory, system, immanent character of linguistic studies, structure, etc. In addition, I try to establish
the protability of some of these categories to the teaching of the language.
*Dr. Bartolo García Molina
: Licenciado en Letras, Lenguas Extranjeras y Magíster en Educación Superior por la Universidad
Autónoma de Santo Domingo. PhD en losofía del lenguaje por Universidad Complutense de Madrid. Es profesor de lingüística
y teoría del discurso en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Para contactar al autor: bartologarciam@hotmail.com
Recibido: 15-03-17
Aprobado: 26-09-17
Contributions from Saussure to the
development of Linguistics as Science
Palabras clave
Corpus saussureano; manuscritos autobiográcos; signo lingüístico; estrategia
Keywords
Saussurean corpus; autograph manuscripts; sign activators; strategy
“Cuando la lingüística haya comprendido a Saussure, habrá progresado para adquirir una
dimensión reexiva y crítica.”
François Rastier
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«Aportes de Saussure al desarrollo de la Lingüística como ciencia». Dr. Bartolo García Molina.
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Introducción
Evaluar el corpus saussureano de lingüística general en
todas sus aristas sería una empresa ilusoria, por lo que
he optado por presentar una panorámica general de los
aportes de Saussure a la constitución de la lingüística
en ciencia, y de la vigencia del estructuralismo, aunque
existan varias corrientes lingüísticas contemporáneas.
Mi tesis es que Saussure y el estructuralismo viven,
y que hay aspectos de la lingüística en los cuales
no han sido superados y que pueden ser aplicados
en todo el currículum universitario. Naturalmente,
también señalaré los aspectos en que Saussure ha
sido superado. A pesar de que en 1959 Robert Godel
publicó Las fuentes manuscritas del curso de lingüística
general; y de que Rudolf Engler publicó en 1968 y
1974 los tomos l y ll de la edición crítica del Curso de
lingüística general, en las cuales incluyó las notas de
Saussure sobre lingüística general, en la República
Dominicana se han manejado casi exclusivamente
el Curso de lingüística general y en los Escritos de
lingüística general, por tanto, me enfocaré solo en
estas dos obras.
Al corpus saussureano de lingüística general se
incorporaron a partir del 2002 otros textos autógrafos
del maestro ginebrino. Se trata del borrador de un
libro de lingüística general anunciado en 1891 en la
primera lección de lingüística general que dio en la
universidad de Ginebra. Fue publicado con el título:
De la esencia doble del lenguaje y nuevas notas de
los cursos impartidos entre 1906 y 1911. Estos y otros
textos saussureanos de lingüística general (como las
lecciones de su cátedra de lingüística en la Universidad
de Ginebra) forman parte del libro Escritos de lingüística
general, de F. de Saussure.
Hoy el corpus saussureano de lingüística general está
compuesto por tres tipos de fuentes: 1) fuentes de
primera mano o textos autógrafos del autor (las notas
de los cursos, las lecciones de lingüística general y el
libro De la doble esencia del lenguaje, entre otros); 2)
fuentes de segunda mano (las notas autógrafas de los
alumnos); 3) fuentes de tercera mano (la edición de las
notas de los alumnos preparadas por Albert Sechehaye
y Charles Bally). Irónicamente, estas últimas son las
que más se conocen, pues son las que dieron origen al
Curso de lingüística general. No obstante, el grueso de
los conceptos del Curso es validado por los textos que
posteriormente se han publicado.
Sería interesante en otro estudio establecer una
relación minuciosa entre todas las fuentes del corpus.
Mientras tanto, me ocuparé de examinar los aportes de
Saussure al desarrollo de la lingüística, enfocado en
el Curso y en los Escritos de lingüística general, pues
estos dos textos subsumen la mayoría de los conceptos
contenidos en las notas manuscritas de Saussure y en
las de los alumnos.
Este estudio se fundamenta en cuatro líneas temáticas:
Incubación y difusión de las ideas lingüística de
Saussure, actualidad de las ideas de Saussure,
evaluación de las principales categorías saussureanas
y la aplicación de algunas de las categorías. El eje
central es la evaluación de las principales categorías
saussureanas. Las principales categorías que someto
a evaluación son: objeto de estudio de la lingüística,
lengua, lenguaje, sistema, estructura relaciones
sintagmáticas y asociativas, teoría del valor, teoría del
signo, teoría del cambio, entre otras. También es de
mucha importancia la línea temática de la aplicación de
las teorías de Saussure. Esta contiene una propuesta
para que los aportes de Saussure se apliquen en todo
el currículum universitario en el desarrollo de una
competencia léxica o enciclopédica.
Incubación y difusión de las ideas lingüísticas
de Saussure
Las ideas revolucionarias de Saussure sobre la lengua
y la lingüística debieron comenzar a incubarse a
nales de la década de 1880, pues ya en las lecciones
inaugurales de su cátedra en la Universidad de
Ginebra expone algunas de ellas que luego renaría en
el manuscrito conocido hoy con el título De la esencia
doble del lenguaje; y en los cursos de lingüística
general dictados entre 1906 y 1911. También en el
borrador del artículo sobre Whitney, el que inicia
hablando del signo para luego examinar el papel de
Whitney en el comparativismo. Apuntan Simon Bouquet
y Rudolf Engler, en la introducción al libro Escritos de
lingüística general, de Saussure, que en una carta
enviada a su amigo de París, Antoine Meillet en1894,
este le decía que era consciente de “…la inmensidad
del trabajo necesario para enseñarle al lingüista lo
que hace». Además, le decía que estaba abrumado…
por la ineptitud de la terminología al uso, la necesidad
de reformarla y de demostrar para ello qué clase de
objeto es la lengua en general” (Saussure, 2006, p.
18). Al parecer, Saussure escribió mucho de lingüística
general en el primer lustro de la última década del siglo
XlX, aunque muy pocas de sus ideas se publicaron.
Se puede señalar el 1906 como el año de lanzamiento
de las nuevas ideas de Saussure, pues en ese año
comienza a dar a conocer a sus discípulos de los
cursos sus nuevas ideas sobre la lengua y la lingüística.
En las aulas universitarias, Saussure fue cristalizando
sus ideas y depurándolas. En principio, debió seguir
anclado en las corrientes que lo precedieron y en las
cuales se formó: el comparativismo y la neogramática.
Saussure es uno de los pocos casos en que un cientíco
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social de la facultad del lenguaje y como “un conjunto
de convenciones necesarias adoptadas por el
cuerpo social” (Saussure, 1995, pp. 24-25). De esa
concepción, lo más destacable es la claridad con que
se sitúa la lengua como un producto social determinado
biológicamente. Pero no solo la vio como una entidad
social y psicológica, sino que fue capaz de ver la
intricada red de relaciones que las formas lingüísticas
establecen. Su actitud fue tan radical en contra de que
se confundiera la lengua con su manifestación material
o sustancia (sonidos y letras) que llegó a establecer
que «la lengua es forma y no sustancia» (Saussure,
1995, pp. 142 y 153). Esta formulación tan extrema ha
sido criticada, pues contradice la teoría del signo (el
cual está compuesto de forma y sustancia), y la esencia
misma de la lengua. Al situar la lengua en el plano de
las abstracciones, de la virtualidad y de las relaciones,
la delimitó del lenguaje y del habla.
Lenguaje: Este es un concepto que todavía hoy tiende
a confundirse con la lengua, incluso, con el discurso.
Sabida es la lucha que se ha sostenido para que se
deslinden los alcances de la lengua, del lenguaje y
del discurso, pues al existir una relación tan estrecha,
incluso de continuidad entre esos dos conceptos, no
pocos subsumen la lengua al lenguaje. Sin embargo, los
estudios neurolingüísticos han demostrado que se trata
de dos realidades distintas. Saussure en cierto modo se
adelantó a la neurolingüística en este campo. Se auxilió
de los estudios de Paul Pierre Broca para establecer
que el lenguaje es una facultad humana: “Broca ha
descubierto que la facultad de hablar está localizada
en tercera circunvolución frontal izquierda” (Saussure,
1995, p. 26). Para más claridad, Saussure (1995)
arma: “Para nosotros, la lengua no se confunde con
el lenguaje: la lengua no es más que una determinada
parte del lenguaje, aunque esencial” (p.24).
Habla: En el Curso de lingüística general se delimitan
con claridad los conceptos de lengua y habla. Para
Saussure, el habla es un acto individual de voluntad e
inteligencia, contrario a la lengua que es social. En el acto
de habla, Saussure (1995) distingue las combinaciones
por las que el sujeto hablante utiliza el código de la
lengua con mira a expresar sus pensamientos, y el
mecanismo psicofísico que le permite exteriorizar esas
combinaciones. La lingüística posterior a Saussure,
aunque con distintos nombres (actuación, acto de
habla, cadena hablada, discurso, etc.), ha retomado
esa categoría de la lingüística clásica que germinó del
Curso de lingüística general.
A Saussure se le ha criticado su supuesto maniesto
menosprecio por el habla, al insistir en que el objeto
de estudio de la lingüística es la lengua. Sin embargo,
en un discurso, en la creación de la cátedra de Bally,
Saussure (2006) planteó que el lenguaje comprende dos
impugna el paradigma en que se formó y en el cual
ejerció sus actividades investigativas y académicas.
Precisamente eso le permitió erigirse en un hito no solo
de la lingüística, sino también de la historia de la ciencia.
Sostiene Thomas Kuhn (2006), que cuando se produce
un cambio de paradigma, los cientícos comienzan a
ver cosas nuevas allí donde habían buscado antes. Y
eso fue lo que le pasó a Saussure.
Actualidad de las ideas de Saussure
La necesidad de deslindar el campo de la lingüística
como ciencia llevó a Saussure a desarrollar un
pensamiento binario, dicotómico y antitético expresado
en sus famosas dicotomías y antinomias, la mayoría
de las cuales tiene aún vigencia cientíca. Entre las
dicotomías saussureanas vigentes se pueden señalar:
lengua/habla; lengua/lenguaje; diacronía/sincronía;
relaciones asociativas/relaciones sintagmáticas;
lingüística interna/lingüística externa; fonética/
fonología; lingüística de la lengua y lingüística del habla;
lingüística estática/lingüística evolutiva; innovación/
conservación y signicante/signicado.
Sería interesante el estudio a profundidad de estas
dicotomías para determinar cuáles forman antinomias
y cuáles aún tienen vigencia. Pero mi interés en este
estudio, como ya sugerí, es más abarcador: pretendo
examinar el pensamiento de Saussure en general
para establecer sus aportes al establecimiento de la
lingüística como ciencia. Los aportes de Saussure a lo
que ya podríamos llamar lingüística clásica es inmenso.
Veamos los de mayor trascendencia, por supuesto, solo
de manera taxativa, pues su desglose y explicación
harían demasiado extenso este artículo. Además de
las anteriores dicotomías, Saussure aportó un corpus
de categorías que contribuyeron a la constitución de
la lingüística en ciencia. A continuación, esbozo las de
más vigencia y rentabilidad cientíca.
Evaluación de las principales categorías
saussureanas
Objeto de estudio de la lingüística: Todavía hoy hay
quienes se confunden con el objeto de estudio de la
lingüística. Para Saussure, sin lugar a ningún titubeo, la
lengua es la materia u objeto de la lingüística, posición
que ha sido difundida y defendida con vehemencia en
R.D. por los profesores Celso J. Benavides y Carlisle
González (2014), de quienes sus discípulos heredamos
el amor y el respeto por la lingüística como ciencia, y por
Saussure como uno de sus más connotados fundadores,
especialmente, el Saussure del Curso lingüística
general. Curiosamente, en De la esencia doble del
lenguaje, Saussure se desentiende de establecer
con claridad el objeto de estudio de la lingüística.
Lengua: Saussure la concibe como un producto
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la lengua. Pero al menos lo sugirió: “Se podría llamar
a la lengua el dominio de las articulaciones (…): cada
término lingüístico es un miembro, un artículus donde
se ja una idea en un sonido y donde un sonido se hace
el signo de una idea” (Saussure, 1995, p. 141). En los
demás documentos es muy poco lo que se habla de
ese concepto fundamental de la lingüística estructural,
aunque en la teoría del valor ampliamente expuesta en
De la esencia doble del lenguaje queda implícito.
Más adelante, André Martinet (1972) retomaría el
carácter articulado de la lengua para establecer que
en realidad esta es doblemente articulada. A la primera
articulación pertenecerían las unidades signicativas
(los signos lingüísticos). Esa sería la articulación que
sugirió Saussure, y la que Martinet llamó primera
articulación de la lengua. Pero Martinet, además de
explicar la primera articulación, agregó una segunda,
correspondiente a las unidades no signicativas (los
fonemas). Hoy se considera el carácter doblemente
articulado de la lengua uno de los rasgos que la
diferencia de los demás sistemas de comunicación.
Distinción de la fonética y la fonología: Si bien
Saussure no hace una diferencia de campo de estudio
entre estas dos disciplinas, sino más bien de perspectiva
temporal, sienta las bases para lo que hoy se conoce
como estudio del aspecto fónico de la lengua, sin
separar el estudio de los sonidos especícos o reales
de los fonemas. O sea, la fonología de la fonética. En
esa perspectiva, González (2013) propone el término
de fonetología para abordar los dos aspectos de los
sonidos de la lengua: el material y el funcional. Tal vez
esta sea la primera propuesta para recuperar la unidad
dialéctica entre esas dos disciplinas de la lingüística,
como ocurre con la morfología y la sintaxis que,
aunque son diferentes, son inseparables, por lo que
comúnmente se habla de morfosintaxis.
Si hay un tema en cuyo enfoque hay un alto nivel
de coincidencia en todas las fuentes del corpus
saussureano, es el de los respectivos objetos de estudio
de la fonética y de la fonología. Incluso, coinciden en la
reiteración o espacio que se les da a estos conceptos,
tanto en los manuscritos como el Curso de lingüística
general.
Grados de abertura de los fonemas: A nales del
siglo XlX y principios del siglo XX, los estudios de la
fonética articulatoria se basaban más en la explicación
del punto de articulación de los fonemas que en el grado
de abertura de los mismos. Saussure establece siete
grados de abertura que ni siquiera con los modernos
estudios basados en aparatos tecnológicos como el
espectrógrafo y el sonógrafo se han podido refutar.
Esos grados son; grado 0, oclusivas; grado 1, fricativas;
grado 2, nasales; grado 3, líquidas; grado 4, vocales
partes igualmente importantes: “una que se encuentra
más cerca de la lengua, depósito pasivo, la otra que
está más cerca del habla, fuerza activa y verdadero
origen de los fenómenos que luego se perciben poco a
poco en la otra mitad del lenguaje” (p. 273).
Sistema: Esta es una noción que ninguna concepción
o corriente lingüística ha podido impugnar. Saussure
(1995, pp. 142 y 144) reiteró que “La lengua es un
sistema en el que todas las partes pueden y deben
considerarse en su solidaridad”. En más de veinte
ocasiones reitera su tesis de que la lengua es sistémica.
Cierto que primero que él, James Harris (citado por
González y Benavides, 2014) ya había planteado el
carácter sistémico de la lengua, pero fue Saussure
quien más insistió en que la lengua era un sistema de
signos, siendo esta una de sus mayores contribuciones
a la conceptualización de la misma y de la lingüística.
De hecho, a su teoría debió llamársele lingüística
sistémica, en lugar de estructuralismo.
Concepto de estructura: Esta es una categoría
fundamental en el estructuralismo. Pero la verdad es que
Saussure solo la usó dos veces, y una de ellas de forma
muy vaga, sin dar muestra de que la quisiera asumir:
“Se suelen emplear los términos de construcción y de
estructura a propósito de la formación de las palabras;
pero esos términos no tienen el mismo sentido según
se apliquen a la aglutinación o a la analogía” (Saussure,
1995, p. 218). Es más, se puede armar que Saussure
evitó usar el término estructura. Cada vez que tenía que
usarla con el valor que tiene hoy, prerió otros términos
(entidad concreta, forma, cadena hablada, elementos,
unidad, combinación de palabras, etc.). Incluso, en el
libro Escritos de lingüística general, que recoge los
demás textos inéditos de Saussure, solo se menciona
tres veces (Saussure, 2006).
¿Por qué, entonces, los seguidores de Saussure
reivindicaron el término estructura? Porque el concepto
de sistema en el que enfatizó Saussure supone el de
estructura. Este concepto remite al de sistema, pues la
lengua estaría compuesta por unidades articuladas. De
hecho, es el concepto de estructura la base para que los
epígonos del maestro descubran que la lengua es un
sistema doblemente articulado. Nótese que el concepto
de estructura es esencial en todas las corrientes
lingüísticas (estructura profunda y estructura supercial,
en el generativismo; superestructura, microestructura y
macroestructura, en la teoría del discurso; estructuras
mentales, en la lingüística cognitiva, etc.).
Articulación: La noción de articulación está
estrechamente vinculada con la de estructura. En
denitiva, las estructuras de la lengua son el resultado
de las articulaciones de las unidades lingüísticas.
Saussure no insistió mucho en el carácter articulado de
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cerradas; grado 5, vocales medias; 6, vocales abiertas.
Esta observación de Saussure sirvió de base para el
desarrollo de la fonética articulatoria.
Enfoque sincrónico: A principios del siglo XX,
predominaba el enfoque diacrónico en el estudio de
la lengua. Recuérdese que aún el comparativismo y
el historicismo lingüístico tenían vigencia. El propio
Saussure tenía que dedicar parte de su programa de
los cursos de lingüística general a temas del paradigma
histórico-comparativo. Esta debió ser una camisa de
fuerza impuesta al maestro ginebrino, pues sus nuevas
ideas estaban más acordes con la perspectiva sincrónica.
Para salvar su doctrina lingüística de eclecticismo,
Saussure trató de diferenciar esos dos enfoques de
tal modo que sus discípulos tuvieron que dedicarles
sendas partes del libro, ambas con ocho capítulos. La
segunda parte dedicada a la sincronía tiene 46 páginas
de las 280 que tiene el libro (16.43%); y la tercera,
dedicada a la diacronía tiene 58 páginas (20.71%). “La
oposición entre los dos puntos de vista (sincrónico y
diacrónico) es absoluto y no tolera componendas”,
sostiene Saussure (1995, p.107). Esta es la única
dicotomía que Saussure asume expresamente de
manera radical en el Curso de lingüística general. El
propio Saussure se pregunta si no se podrá estudiar
la lengua desde un punto de vista pancrónico. A lo que
contesta, después de un circunloquio en que parece dar
una respuesta armativa: «En la lengua no podría tener
hecho concreto susceptible de explicación pancrónica».
Lo dicho hasta aquí es siguiendo lo que ponen en boca
de Saussure los editores de los cursos que él dictó
entre 1906 y 1913. Sin embargo, en ninguno de los
manuscritos auténticos o textos autógrafos de Saussure
se formula esta distinción radical y excluyente. Solo en
las notas autógrafas para el último curso (1910-1911)
se abordan, casi de soslayo estos conceptos. Pero el
ginebrino lo hace desde la perspectiva del dinamismo
del signo lingüístico. Se advierte en ese contexto,
que el estudio diacrónico es una consecuencia del
cambio lingüístico (Saussure, 2006). A pesar de esa
oposición radical que algunos seguidores de Saussure
quisieron imponer en los estudios lingüísticos, hoy
se aplican los dos enfoques, como se sugiere en las
notas manuscritas para el tercer curso, según las
necesidades investigativas o explicativas que guíen los
estudios lingüísticos.
Diferencia entre lología y lingüística: Desde el primer
capítulo del Curso de lingüística general, Saussure
establece la diferencia entre lingüística y lología. Dice
que esta fue una fase de los estudios lingüísticos que
se encargaba, ante todo, de jar, interpretar y comentar
los textos, además de ocuparse de la historia literaria,
de las costumbres, de las instituciones, etc. (Saussure,
1995). Desde la tercera conferencia de las lecciones
inaugurales de la cátedra de Lingüística comparada
en la Universidad de Ginebra, Saussure se ocupó de
demarcar los respectivos campos de estudio de la
lingüística y de la lología. Lo interesante no es tanto
la denición que ofrece Saussure de lología, sino que
se atreviera a deslindar los campos de estudio de las
dos ciencias.
Es notorio que todavía hoy se asuma, entre otras
delimitaciones, la que ofrece Saussure. En España,
por ejemplo, hay universidades que tienen la Facultad
de Filología. Claro, para otros, la lología tiene un
campo de estudio más restringido. Por ejemplo, para
Marchese y Forradellas (1998), la lología se encarga
de “…recuperar el texto de una obra literaria mediante
procedimiento cientíco de jación y restauración del
mismo y de analizar su forma y contenido, apoyándose
en estudio e interpretación del material lingüístico y
del contexto histórico y cultural del que forma parte
dicho texto”. Incluso, hay quienes limitan el campo de
estudio de la lología aún más. El acierto de Saussure
fue diferenciar a los lólogos de los lingüistas. Para
su época eso implicaba negarles a los llamados
comparativistas la condición de lingüistas. De hecho,
arma que la gramática o lología comparativa fue la
tercera fase de los estudios de la lengua.
Semiología: Saussure no explicó en detalles en qué
consistirían los estudios semiológicos (aunque usó el
sustantivo semiología en reiteradas ocasiones), sino
que previó la necesidad de una ciencia que se encargara
de las relaciones de los signos en la sociedad, a la cual
pertenecería la lingüística. “Se puede, pues concebir
una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno
de la vida social”, propone Saussure (1995, p. 32). Esa
ciencia existe ya: los europeos la llaman semiología,
apegado al término propuesto por Saussure; y los
lingüistas norteamericanos e hispanoamericanos
la llaman semiótica. Se podría alegar que antes de
Saussure, ya Charles Sanders Peirce (1958) había
hablado, en EE UU, de la semiótica. Pero al parecer,
Saussure no conoció la teoría del estadounidense,
pues sería imperdonable que no lo citara tanto en la
teoría del signo como en su propuesta de una ciencia
del signo. De todos modos, la semiótica de Peirce es
más losóca que lingüística.
En algunas notas de Saussure anteriores a los famosos
cursos de lingüística general, ya aparece el concepto
de semiología, lo que indica que la visión de una
ciencia general de los sistemas sígnicos no fue una
improvisación al calor de las clases áulicas, incluso, él
llegó a hablar de signología. (Saussure, 2006).
Teoría del signo: El signo es un tema recurrente en las
fuentes que conforman el corpus saussureano. Desde
De la doble esencia del lenguaje hasta los manuscritos
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del último curso de lingüística general, el signo es un
concepto importante. Ya es un lugar común decir que,
para Saussure, (1995 y 2006) el signo es la relación
de un signicante y de un signicado, pero la verdad
es que no siempre se ha entendido bien a Saussure.
Vamos a examinar la teoría del signo formulada por
Saussure por su trascendencia. Comencemos por el
signicante.
Muchos confunden el signicante con los sonidos. Así
dicen que la parte material del signo es el signicante
(Eco, 1976 y 1995; Mounin, 1969; Roca Pons, 1973
y 1974; Rodríguez Adrados, 1980). Sin embargo,
para Saussure (1995, p. 88) el signicante también
es mental, es una imagen acústica. “Lo que el signo
lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un
concepto y una imagen acústica”. La imagen acústica
no es el sonido material, cosa puramente física, sino su
huella psíquica, la representación que de él nos deja
el testimonio de nuestros sentidos. Resulta realmente
admirable la clarividencia de Saussure. Bertil Malmberg
(1973) es de los pocos seguidores de Saussure que
comprendió y defendió el componente psíquico o
mental del signicante. “El signicante no es la misma
onda sonora ̶ hecho físico, sino la idea de la secuencia
de sonidos, una imagen o una representación de aquel
hecho” (Malmberg, 1974, p. 27). El signicante es una
abstracción, los fonemas de una lengua.
Claro, uno se preguntaría, si el sonido no es el
signicante, entonces qué papel juega en la lengua.
Los sonidos del habla son activadores de las imágenes
acústicas de la que habla Saussure. Son activadores
sígnicos. Si no se tienen esas huellas o representaciones
fonemáticas, no podríamos delimitar el continuum que
representa la cadena hablada. Nótese que cuando no
conocemos una lengua, podemos oír sonidos, pero
no podemos retener palabras, sintagmas, oraciones,
etc. porque no tenemos representaciones o imágenes
acústicas de esa lengua. Incluso, en la lengua materna,
cuando oímos por primera vez una palabra, tenemos
duda de si se ha escuchado bien, pues esta se asocia o
se confunde con la más próxima en nuestra conciencia
fonológica. Hay que señalar que en De la doble esencia
del lenguaje, Saussure explica con más amplitud el
carácter psíquico, no solo del signicante, sino también
del signicado. “Los dos elementos del aire son de
orden material, y los dos elementos de la palabra son,
por el contrario, de orden mental; nuestro punto de
vista constante será decir que no sólo la signicación
sino también el signo es un hecho de conciencia puro”
(Saussure, 2006, p. 41).
El error de Saussure fue separar el sonido de la imagen
acústica. En realidad, el signicante también tiene
dos caras: el sonido o aspecto material, y la imagen
acústica asociada a cada sonido, o aspecto mental.
Por su parte, el signicado también tendría dos caras:
el referente o realidad a partir del cual se crea el
concepto; y la representación o imagen conceptual.
Es inadmisible que se confunda el signicado con
el referente, como suelen hacer los profanos. Por
ejemplo, el signicado de caballo no es un dibujo de
un caballo ni la imagen de algún caballo en particular,
sino los rasgos que tienen en común todos los caballos.
Así las cosas, podemos armar que el signo lingüístico
tiene cuatro planos: dos vinculados a la realidad física,
y dos que son representaciones o imágenes mentales
de la realidad. Esta propuesta supera la teoría tríadica
de Peirce (1958): interpretante, objeto e intérprete.
Finalmente, para Saussure (1995), posiblemente bajo
la inuencia de William Whitney a quien cita, la relación
entre las caras del signo es arbitraria, o inmotivada
con lo que retoma la vieja polémica entre naturalistas
y convencionalistas (Cratilo y el libro V de la Metafísica
de Aristóteles). En esa tesitura, Saussure sostiene: “El
lazo que une el signicante al signicado es arbitrario;
o bien, puesto que entendemos por signo el total
resultante de la asociación de un signicante con un
signicado, podemos decir más simplemente: el signo
lingüístico es arbitrario” (p. 90).
Hay un aspecto de la teoría del signo que merece
ser evaluada. En su afán por establecer dicotomías,
Saussure (1995) le atribuyó al signo lingüístico las
condiciones contradictorias de ser mutable e inmutable.
La primera se corresponde con la esencia de la lengua,
pero la segunda niega el carácter dinámico del signo
y de la lengua. El signo no es inmutable desde ningún
punto de vista. Eso es antidialéctico. La inmutabilidad
hay que verla más bien como la continuidad del signo
y de la lengua como sistema o totalidad. Si lo que se
quiere decir con inmutable es que los cambios no se dan
abruptamente, sino por etapas o de manera gradual,
que ninguna lengua cambia tan rápido que pueda
comprometer la comprensión entre sus usuarios, es
mejor hablar de continuidad de la lengua o gradualidad
de los cambios lingüísticos.
Teoría del cambio: De todas las instituciones sociales,
la más cambiante y dinámica es la lengua. En ella, «lo
único permanente es el cambio», como diría Heráclito.
Saussure, como otrora comparativista, se percató de
esa característica de la lengua. Abordó el tema del
cambio lingüístico aunque se circunscribió al aspecto
fónico (y en menor medida al morfológico). Examinó
nueve posibles causas del cambio fonológico (fonético,
para él): la raza, el suelo y el clima, la ley del menor
esfuerzo, la educación fonética (hábitos articulatorios),
situación social o cambios sociales, el sustrato, la
moda, la analogía y la aglutinación. A la penúltima, le
dedicó un capítulo completo; y a la última le dedicó dos.
Saussure (1995) descartó que los nueve factores
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anteriores sean causas verdaderas del cambio. Para él
el factor determinante del cambio es el tiempo:
Pero el cambio mismo, abstracción hecha de
su dirección especial y de sus manifestaciones
particulares, en suma, la inestabilidad de la
lengua depende del tiempo solamente. La
diversidad geográca es, pues, un aspecto
secundario del fenómeno general. La unidad
de los idiomas emparentados no se vuelve
a hallar más que en el tiempo. Este es un
principio con el que los comparatistas deben
compenetrarse si no quieren ser víctimas de
engañosas ilusiones. (p. 241).
En este tema, Saussure vuelve a ser demasiado
radical. En realidad el cambio se da en el espacio y
en el tiempo, como todos los fenómenos, por lo que es
ingenuo plantear que el tiempo por sí solo es factor de
cambio. Todos los factores presentados por Saussure
(1995, pp. 182-187) de una manera u otra inciden, no
solo en los cambios fonéticos y fonológicos, sino en
todos los cambios que se operan en la lengua.
La analogía: La analogía junto a la tendencia al menor
esfuerzo y la necesidad de distinción constituyen las
tres leyes fundamentales que rigen la evolución de
las lenguas. Saussure (1995) denió así esta ley: “La
analogía supone un modelo y su imitación regular. Una
forma analógica es una forma hecha a imagen de otra
o de otras muchas según una regla determinada” (p.
198). El error de Saussure (1995) fue no comprender
la importancia que tiene la analogía en los cambios
lingüísticos. “Las innovaciones de la analogía son más
aparentes que reales. La lengua es traje cubierto de
remiendos hechos con su propio paño” (p. 211). No,
en la lengua no hay remiendos, en la lengua el cambio
es permanente, la lengua la hacen y la rehacen los
hablantes cada día. Las lenguas del mundo permanecen
vivas gracias a que se renuevan cada día.
La metáfora saussureana del remiendo es desafortunada,
pues en el fondo, niega la creación que es uno de
los mecanismos del cambio lingüístico. Sería como
armar que en un poema no hay nada nuevo porque
las palabras que lo componen ya existían. “En cierto
sentido, se puede decir que la analogía precisamente por
utilizar siempre la materia vieja para sus innovaciones,
es eminentemente conservadora” (Saussure, 1995, p.
211). Aquí Saussure confunde la conservación con la
regularidad. La analogía tiende a establecer o restablecer
la regularidad del sistema (de la lengua), pero no es una
fuerza conservadora, sino más bien de cambio.
Estudio inmanente de la lengua: Hay quienes
cuestionan que la idea del inmanentismo de los
estudios lingüísticos sea del maestro ginebrino (Rastier,
2016; Nethol, 1985). Se fundamentan en que esa idea
solo aparece en la última frase del Curso de lingüística
general: “La lingüística tiene por único y verdadero
objeto la lengua considerada en sí misma, y por sí
misma” (Saussure, 1995, p. 280) y en que esa frase
recuerda más a Franz Bopp que a Saussure. Lo cierto
es que en los manuscritos autógrafos de Saussure
no aparece esa propuesta. ¿De dónde habrá salido?
¿Será una adulteración de las ideas de Saussure? En
tiempo de Saussure, los estudios de la lengua eran
muy heterogéneos: históricos, sociales, lológicos,
literarios, losócos, etc. Probablemente, esto llevó al
maestro en algún momento de sus clases a intentar
delimitar los estudios estrictamente lingüísticos de los
no lingüísticos.
En todo caso, el mérito de esta frase está en llamar la
atención sobre la necesidad de enfocarse en el estudio
de la lengua en sí, en lugar dedicarse al estudio de
los factores externos a la misma. Pero excluir esos
factores en el estudio de la lengua, desde el punto de
vista metodológico y epistémico, es un error igual que
el que se quiere combatir. Si se aplicara el principio
de inmanencia, no existirían las disciplinas híbridas
como la sociolingüística, dialectología, psicolingüística,
etnolingüística, y otras.
Teoría del valor: Este concepto no ha gozado de
mucha popularidad en la lingüística estructural. Sin
embargo, en él se evidencia una vez más la agudeza
y el espíritu reexivo de Saussure. Esta teoría permite
ver que las palabras tienen más valor en sus relaciones
sintagmáticas que aisladas. Como la palabra forma
parte de un sistema, “…está revestida, no solo de una
signicación, sino también, y, sobre todo, de un valor,
lo cual es cosa muy diferente” (Saussure, 1995, p.
145). Esta propuesta es una consecuencia lógica del
carácter radicalmente arbitrario del signo lingüístico,
de la condición de sistema de la lengua y del principio
de oposición o de diferenciación: “En la lengua no
hay más que diferencias”, arma Saussure (1995, p.
150). Desde el inicio de la década de 1890, Saussure
estaba reexionando sobre la diferencia del valor de las
unidades lingüísticas y su contenido semántico. En De
la doble esencia del lenguaje ya aparece esa inquietud
del maestro ginebrino.
Para Saussure, al igual que en las nanzas, donde el
valor de las monedas no es intrínseco, no está dado por
su suporte material (sustancia), sino por los intangibles
que se les atribuye (en su relación con las demás
mercancías); en la lengua, el valor de las unidades
depende de sus relaciones en el sistema, y no del
signicante (sustancia). Por ejemplo, palabras como
discriminación-indiscriminación, viejo-anciano, positivo-
negativo tienen valores diferentes dependiendo del
contexto lingüístico, o sea, de su relación con otras
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palabras. Así, discriminación tiene un valor negativo si
se aplica a raza, ideología o clase social; pero tendrá un
valor positivo si se aplica a razonamiento, evaluación,
ética, etc. Los términos de la segunda pareja (viejo-
anciano) parecen signicar lo mismo, pero no tienen el
mismo uso. Asimismo, los términos de la tercera pareja
pueden tener un valor totalmente opuesto a lo que
aisladamente signican. Piénsese en los resultados
de un examen médico: lo positivo es negativo (malo)
en término reales; y lo negativo es positivo (bueno). El
concepto de valor también es aplicable al subsistema
fonológico, pues el valor de los fonemas está en
función de su diferenciación con los demás fonemas
de la lengua. El fonema /p/ tiene valor fonológico en la
medida que sea capaz de diferenciarse de los demás
fonemas oclusivos anteriores como él: (/b/, /d/, /t/).
El valor de las unidades lingüísticas es una manifestación
de la rentabilidad comunicativa y cognitiva de la lengua.
Saussure (1995) atribuye el valor al polo del signicado
del signo lingüístico. “El valor, tomado en su aspecto
conceptual, es sin duda un elemento de la signicación,
y es muy difícil saber cómo se distingue la signicación
a pesar de estar bajo su dependencia” (p. 143). En De la
doble esencia del lenguaje, Saussure es más explícito
al relacionar este concepto con los de oposición y de
sistema: «Del mismo modo que en el juego de ajedrez
sería absurdo preguntar qué es una reina, un peón,
un all o un caballo fuera de ese juego, tampoco tiene
sentido, si se considera verdaderamente la lengua,
buscar lo que es cada elemento por sí mismo. No es
nada más que una pieza que vale por su oposición con
otras según determinadas convenciones» (Saussure,
2006, p. 69).
En perspectiva, la teoría del valor de las unidades
lingüísticas (signos) ya tenía en ciernes una noción
del valor del contexto lingüístico, y por tanto, de las
connotaciones y de la pragmática; del efecto o valor
sinérgico de las relaciones sintagmáticas; y del efecto
de las connotaciones y de las metáforas en el discurso.
Enfoque psicológico de la lengua: En lugar de ver
la lengua como un organismo biológico, Saussure
la concibió como una institución social con fuertes
vínculos con la mente humana. Su concepción del
signicante como imagen acústica permea todo el libro
Curso de lingüística general. A esto habría que agregar,
que para él también el signicado es una imagen
mental. Aún más, Saussure (1995) fue capaz de ver
una relación estrecha entre lengua y pensamiento:
“Psicológicamente, hecha abstracción de su expresión
por medio de palabras, nuestro pensamiento no es
más que una masa amorfa e indistinta” (p.140). La
visión psicológica de la lengua se percibe en gran parte
del Curso de lingüística general. El surgimiento de la
psicolingüística y de la lingüística cognitiva demuestra
que Saussure estaba bien encaminado cuando
establecía un ángulo virtual para estudiar la lengua.
Relaciones sintagmáticas: Este concepto es
elaborado en el Curso de lingüística general, pero no
aparece en los manuscritos autógrafos de Saussure. Es
probable que haya sido una de las últimas elaboraciones
teóricas del maestro. Más adelante, precisaría que las
conexiones sintagmáticas se realizan en presencia.
Independientemente de que ni el concepto de relaciones
sintagmáticas ni el de sintagma son recurrentes en el
discurso saussureano, hay que admitir que los mismos
han resultado altamente rentables para todas las
corrientes de la lingüística.
En el discurso las palabras contraen entre sí
en virtud de su encadenamiento, relaciones
fundadas en el carácter lineal de la lengua,
que excluye la posibilidad de pronunciar dos
elementos a la vez (…). Estas combinaciones
que se apoyan en la extensión, se pueden
llamar sintagmas. El sintagma se compone,
pues de dos o más unidades consecutivas.
(Saussure, 1995, p.154).
Relaciones paradigmáticas: Este concepto alude
a las constelaciones de términos que se asocian en
la mente de los hablantes, en virtud de algún tipo de
anidad. “Por otra parte, fuera del discurso, las palabras
que ofrecen algo en común se asocian en la memoria,
así se forman grupos en el seno de los cuales reinan
relaciones muy diversas”. (Saussure, 1995, p.154).
Estas relaciones las llamó Saussure asociativas o en
ausencia. Aunque Saussure solo menciona de soslayo
la palabra paradigma (y solo en el Curso de lingüística
general), este concepto ha resultado de mucha
utilidad para la lingüística, la didáctica de la lengua
y la psicolingüística. Incluso, podría ser que la teoría
de conjunto de la matemática tenga su base en este
concepto saussureano.
Es de justicia señalar que en el Curso este concepto
está más claro que en las demás fuentes, en ninguna de
las cuales usa la expresión relaciones paradigmáticas.
Incluso, en De la esencia doble del lenguaje les llama a
esas relaciones paralelia.
Aplicación de la teoría de Saussure al desarrollo de
las competencias comunicativas
En lo esencial, la conceptualización de lengua elaborada
por Saussure mantiene plena vigencia. Aunque en la
academia tenemos que insistir en que la lengua es
mucho más que un sistema de comunicación; incluso,
más que un modelo de percepción y conceptualización.
El dominio de la lengua es una de las principales
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competencias del ser humano. Los maestros de todas
las disciplinas no pueden soslayar esa condición.
Con la lengua y en el discurso se construye y se vehicula
el conocimiento, por tanto, la lengua permea todo el
currículum. De ahí la importancia de aplicar algunas
de las categorías saussureanas a la enseñanza del
nivel superior. Las categorías de paradigma, campo
semántico, sistema, oposición y funcionalidad son
esenciales para la adquisición y uso del vocabulario.
Muchos autores han llevado a cabo estudios sobre la
importancia del léxico para la comprensión lectora y la
apropiación del conocimiento en diferentes disciplinas
curriculares (Fajardo, Hernández & González, 2012;
Ramírez Gelbes, 2013; Villardón-Gallego, 2015). La
aplicación de estos conceptos no solo garantiza el
incremento lexical espontáneo, sino que favorecen
el uso contextualizado de las palabras, y con él, el
desarrollo de una competencia léxica (o enciclopédica).
Hoy se insiste a una adoración del cuerpo y un olvido
del tremendo poder de la lengua. En ese tenor, todavía
resuenan las palabras de Pedro Salinas (1990) en la
cuadragésima graduación de la Universidad de Puerto
Rico:
Una de las mayores penas que conozco es la
de encontrarme con un mozo joven, fuerte, ágil,
curtido de los ejercicios gimnásticos, dueño de
su cuerpo, pero que cuando llega al instante de
contar algo, de explicar algo, se transforma en
un baldado espiritual, incapaz de moverse entre
sus pensamientos; ser precisamente contrario,
en el ejercicio de las potencias de su alma, a
lo que es en uso de las fuerzas de su cuerpo.
Propuesta para fortalecer y ampliar el caudal
léxico a partir de las relaciones sintagmáticas
y paradigmáticas de la lengua
A sabiendas de la necesidad del dominio de la lengua
para el desarrollo social y profesional, la propuesta
que propongo permite que una persona que esté
vinculada a las actividades académicas o a la cultura
intelectual pueda enriquecer su léxico y aplicarlo en
los contextos adecuados. Esta estrategia ayuda a
relacionar actividades rutinarias tales como: estudiar
las asignaturas de su carrera, leer distintos tipos
de textos, escuchar noticias, asistir a actividades
culturales, navegar en internet, etc., con el uso del
diccionario, la aplicación de conocimientos previos y la
redacción de textos. Puede ser utilizada para construir
glosarios en las asignaturas introductorias que aportan
los fundamentos de las disciplinas.
La estrategia consta de siete pasos, los cuales
constituyen una guía metodológica de autoaprendizaje.
La rentabilidad o aprovechamiento de la misma
dependen de la rigurosidad con que cada quien la
aplique.
Paso I: Se anotan las palabras de signicado
desconocido: Cuando se lee o se estudia un tema de
cualquier asignatura; se lee el periódico, una revista o
un libro; cuando se escucha un programa de radio, una
conferencia o un programa de panel; cuando se asiste a
una presentación artística, a una clase o a una reunión;
cuando se ve una película, un programa televisivo o
una representación teatral; cuando se navega en
internet, en n, cuando se está en actividades propias
de la academia o de la cultura intelectual, a menudo
se perciben palabras que se desconocen total o
parcialmente. Esas palabras se deben anotar y luego
buscarlas en el diccionario.
Paso lI: Se ja el cotexto: El cotexto microestructural
de una palabra está constituido por la oración o el
párrafo en que aparece. Cuando se lee o escucha una
palabra, el cotexto da una idea del signicado, del valor
y del uso del término. Saber o retener el cotexto de una
palabra ayuda al uso apropiado de la misma. No basta
saber el signicado denotativo de las palabras, hay que
aprender a usarlas de acuerdo al contexto lingüístico
como situacional (competencia pragmática) para evitar
expresiones ingenuas, agramaticales o inaceptables.
Por ejemplo, célula signica celdilla, pero sería ingenuo
decir que el delincuente está detrás de las células.
Paso llI: Se dene el signicado: Anotadas las
palabras en sus contextos, se procede a buscar
su signicado en un diccionario con credibilidad
académica, preferiblemente el DRAE. Buscar una
palabra en el diccionario promoverá su escritura
correcta. Esto contribuirá considerablemente a la
ortografía. Siguiendo con célula, tendríamos:
1. El sustantivo célula se deriva del latín cientíco
cellula, diminutivo de cella que signicaba celda
// 2 La célula es unidad funcional de los tejidos
vivos compuesta de su núcleo y el citoplasma.
Paso IV: Se construye el paradigma morfológico de
la familia de palabras: El paradigma morfológico es el
conjunto de palabras derivadas de una misma raíz. Este
paso es importante porque permite más posibilidades
de usar un término en el contexto adecuado. Por
ejemplo, de la palabra célula se podrían derivar:
celulitis, celulosa, celda, celdilla, celular, celulítico,
celuloide, etc.
Paso V: Se construye el paradigma semántico
o campo léxico: Un paradigma semántico está
constituido por las palabras polinímicas, (sinónimas,
según la terminología tradicional) anes o correlativas.
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Por ejemplo, un paradigma semántico posible de
la palabra célula sería: molécula, núcleo, mitosis,
meiosis, átomo, cromatina, cromosoma, tejido, órgano,
óvulo, medicina. En la medida que se tengan mayores
saberes previos sobre el campo al que pertenece el
léxico que estamos tratando de adquirir, tendremos
construcciones paradigmáticas más amplias.
Paso VI: Se determina el paradigma de los términos
contrarios, si es posible: En la organización mental
del léxico es importante saber los términos contrarios
o las relaciones de contradicción como propone
John Lyons (1979). En este paradigma estarían los
términos inversos (estudiante-profesor), los términos
complementarios (macho-hembra) y los términos
antisémicos (frío-caliente), llamados antónimos por el
autor referido. La importancia de este paradigma radica
en que, en ocasiones, justamente se necesita expresar
lo contrario de lo que se lee o se escucha. Sin embargo,
hay que aclarar que no todas las palabras establecen
relaciones de contradicción, aunque sí de oposición.
Las categorías cientícas, por ejemplo, muy pocas
veces entran en relaciones de contradicción. Ese es el
caso de la palabra célula.
Paso VII: Se redactan oraciones o textos: Para
jar el signicado y el valor de la palabra, se deberán
escribir un mínimo de dos oraciones. Es preferible que
en una de las oraciones la palabra sea usada con valor
connotativo.
La estrategia exige esfuerzo y dedicación, pero es
muy rentable lingüística y didácticamente. Además de
que, con la misma, hay una mejor comprensión, se
aanzan con mayor conciencia los conocimientos y
se adquiere un caudal lexical amplio, ecaz y exible.
Como resultado, se aumentará la efectividad en la
comunicación y la capacidad interpretativa de textos
orales y escritos. En la medida en que crezca el acervo
léxico, crecerán las competencias comunicativas y la
cultura en general.
Conclusión
De todo lo dicho, se pueden establecer las siguientes
conclusiones generales:
Las categorías saussureanas han devenido en la base
de la constitución de la lingüística en ciencia. Todas las
corrientes lingüísticas modernas están en deuda con
la lingüística sistémica saussureana, o estructuralismo.
Es importante resaltar que la concepción de lengua,
lenguaje y habla, sistema, sintagma, paradigma,
signo lingüístico, de Saussure se han convertido en
categorías de todas las corrientes lingüísticas actuales.
Algunas de ellas piensan que la teoría del signo está
en crisis y eso no es cierto, lo que está en crisis es la
visión ingenua y metafísica del mismo y la designación
inconsistente de la relación de sus componentes.
Valoramos la visión del maestro ginebrino, pues sus
propuestas fueron antecedentes importantes para
el desarrollo de la lingüística y ciencias anes. Por
ejemplo, la propuesta de que se constituya una ciencia
futura que se encargue del estudio de los signos en
la sociedad, a la cual pertenecería la lingüística, ha
servido de estímulo para que surja la semiótica o la
semiología (el mismo nombre que él propuso). La visión
psicolingüística de Saussure constituye un antecedente
importante de los estudios psicolingüísticos como de la
lingüística cognitiva.
Es necesario que puntualicemos algunos desaciertos
de la teoría de Saussure. Se pueden señalar: la
exclusión de la diacronía en los estudios lingüísticos, su
tesis de que el tiempo es la única causa de los cambios
fonéticos y fonológicos; creencia de que la analogía es
una fuerza conservadora en la lengua, y su tesis de
que el estudio de la lengua debe ser exclusivamente
inmanente, si es que este último se le puede atribuir.
Sin embargo, esto, lejos de restarles méritos a las
ideas de Saussure, desde el punto de vista cientíco
y epistémico, lo reviste de mayor relevancia, pues
la ciencia pervive por ser ensayo y error. En n, el
corpus saussureano contiene una propuesta teórica
y metodológica para el estudio de la lengua, y como
tal, no solo da respuestas a problemas de la lingüística
de su tiempo, sino que concita y suscita nuevas
interrogantes, por ejemplo, sobre la teoría del signo, la
semiología, la fonología, etc.
Contrario a lo que muchos creen, los aportes de Saussure
todavía tienen explicaciones y propuestas válidas
para comprender la lengua y su enseñanza: la teoría
del signo lingüístico es insoslayable para entender el
funcionamiento de la lengua; el concepto de relaciones
asociativas o paradigmáticas sigue siendo fundamental
para entender y estimular un pensamiento articulado y
de conjunto; la teoría del valor remite a la necesidad
de enseñar la lengua en contextos comunicativos; la
teoría del cambio lingüístico advierte sobre lo inevitable
y necesario de la variación lingüística.
Para cerrar, se puede convenir que a Saussure hay que
tenerlo presente:
…en vista de lo que logró en circunstancias
tan desfavorables. Sentó las bases de una
teoría del lenguaje, construyó el armazón de
la lingüística moderna, presentó los problemas
de la manera más ilustrativa. Su doctrina no
es dogmática sino sugestiva y estimulante;
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reexión personal para todo aquel que la sepa
comprender correctamente (R. Godel, en
Nethol, 1985, p. 149).
Además, Saussure (1995) concibió y describió la
lengua como un bien de la colectividad, un producto
social, “un tesoro depositado por la práctica del habla
en los sujetos que pertenecen a una misma comunidad,
un sistema gramatical virtualmente existente en cada
cerebro, o, más exactamente, en los cerebros de un
conjunto de individuos” (p. 41). Por lo cual, es parte de
la misión de los educadores fomentar el buen uso de
la lengua e implementar estrategias que posibiliten el
empoderamiento del léxico de sus disciplinas para que
nuestros estudiantes se conviertan en profesionales,
no solo con un dominio técnico de sus carreras, sino
con gran dominio de las competencias comunicativas.
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